Ma?ana, el desastre
La jornada de reflexi¨®n es un espejismo vintage, como tantas cosas en la campa?a. Bajo la superficie de la realidad, hierven las redes
La jornada de reflexi¨®n es un espejismo vintage, como tantas cosas en la campa?a. Bajo la superficie de la realidad, hierven las redes. La Junta Electoral a¨²n act¨²a como en los ochenta, frenando vallas y abusos institucionales, pero no tiene herramientas para esto. Por Whatsapp o Facebook fluyen los memes, repicados en Twitter o Instagram por miles de bots que hacen funcionar cuentas como si fuesen perfiles reales. V¨ªdeos de Vox convirtiendo a Abascal en Braveheart para liberar Espa?a, memes vaticinando a Otegi como ministro del Interior de S¨¢nchez, estampas guerracivilistas anacr¨®nicas con la ¨¦pica del ¡°?no pasar¨¢n!¡±. Esta campa?a no se va a resolver con un ejercicio de reflexi¨®n, sino con los higadillos. Bajo la sombra de la trumpizaci¨®n, Steve Bannon advirti¨® al empezar la campa?a que Vox ya hab¨ªa logrado imponer su discurso. Alcanzado el final de la campa?a, nadie duda de eso.
Es probable, incluso altamente probable, que la derecha sume, como sucedi¨® en Andaluc¨ªa, aunque el PSOE gane de largo las elecciones no lejos del 28% que obtuvo Susana D¨ªaz. Y con el mismo factor: no prever bien a Vox, clave de b¨®veda del resultado. Si Podemos irrumpi¨® por la crisis econ¨®mica; Vox lo ha hecho por la crisis constitucional en Catalu?a y va a obtener un gran bot¨ªn. Claro que es posible que las tres derechas no alcancen la cota 176, y los independentistas entren en la ecuaci¨®n. La xenofobia reaccionaria del nacionalismo catal¨¢n es la otra cara de los temores. Por falso que sea que S¨¢nchez haya vendido Espa?a, el tacticismo con los indepes es parte de la f¨®rmula. Ma?ana, suceda lo que suceda, una de las dos Espa?as ver¨¢ el resultado como un desastre: unos como si Espa?a se fuese a acabar, y otros como si Espa?a fuese a acabar en otro siglo.
Es dif¨ªcil confiar en que los l¨ªderes actuales vayan a sacar el pa¨ªs de ah¨ª. La valoraci¨®n de todos ellos es muy baja porque, de hecho, su actuaci¨®n ha sido muy baja. S¨¢nchez ha tratado de parapetarse en un presidencialismo hueco, pero ¨¦l es el profeta del ¡°no es no¡± que abri¨® la din¨¢mica vetocr¨¢tica. Casado ha ido a una reaznarizaci¨®n, pero ya se sabe que la Historia se repite en forma de farsa. Iglesias, de repente, ya no es el activista jupiterino, y errejonea tras haber quemado el errejonismo transversal. Rivera, incapaz de hacerse fuerte en un discurso moderado, ha acabado aferrado a la Antiespa?a. Y mientras Abascal, fuera de los circuitos, ha colocado su marco. Eso, sin entrar en los Torra&C¨ªa, es lo que hay.
Previsiblemente la movilizaci¨®n de la izquierda ser¨¢ determinante, porque la de la derecha pinta muy alta. El resultado en Andaluc¨ªa y en Catalu?a, donde seguramente m¨¢s conciencia se tiene de los efectos de una derrota, pesar¨¢ lo suyo. La alerta por lo sucedido hace menos de cinco meses en el sur, no en los sondeos sino en las urnas, con el PP en el 20% , Cs en el 18% y Vox en el 11% ¡ªahora habr¨¢ menos Cs y m¨¢s Vox¡ª ha provocado un final muy estresante con la izquierda a la baja y la sombra de Trump o el Brexit en frentes muy polarizados. La campa?a sigue hoy, a quemarropa, por las v¨ªas subterr¨¢neas.
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