El espect¨¢culo del horror
Las guerras de verdad son secretas, se sustancian hoy en los ¨¢mbitos de la econom¨ªa, la tecnolog¨ªa y el consumo
Apocalypse Now necesita, cuarenta a?os despu¨¦s, una reconsideraci¨®n para ajustar los hiperb¨®licos entusiasmos, las fobias pol¨ªticas y la imagen hist¨®rica de una guerra crucial que construy¨® en su momento. Como cine, es el producto de la megaloman¨ªa de Francis Ford Coppola, desplegada en su voluntad por encima de enfermedades y huracanes de construir una obra total sobre la guerra de Vietnam. En ese sentido, la perspectiva sesgada de la planificaci¨®n (recu¨¦rdese la distanciada destrucci¨®n de la aldea vietnamita desde los helic¨®pteros a los sones de Wagner), impl¨ªcita en una narraci¨®n construida desde el personaje de Willard, es coherente con el prop¨®sito de construir Vietnam como un mito para la siguiente generaci¨®n de espectadores. El envoltorio m¨ªtico fue el horror alucinatorio; la imagen grotesca de una guerra ininteligible para quienes la libran se convierte en la guerra misma.
Y aqu¨ª es donde entra Joseph Conrad. El coraz¨®n de las tinieblas es el v¨®rtice que convierte Apocalypse Now en una narraci¨®n simb¨®lica, inmune incluso a sus defectos cinematogr¨¢ficos. El relato de Conrad, mal entendido por Hannah Arendt en clave heideggeriana como la experiencia del civilizado Kurt frente a lo que no puede considerarse como civilizado, resulta para Coppola el motivo inteligible de la pel¨ªcula: el coronel Kurtz se desquicia y pierde su condici¨®n civilizada ante una experiencia totalmente humana, que es la guerra. A partir de Conrad, Coppola construye el ¡°espect¨¢culo del horror¡±, con napalm, surf, conejitas de Playboy, ¨¦l mismo rodando la entrada de un pelot¨®n en la aldea, marihuana, una naturaleza destructiva tenebrosa para los occidentales, ceremonias tribales y una ejecuci¨®n final. El horror que invoca Kurtz desde sus proclamadas tinieblas interiores en un mon¨®logo caramelizado de intensidad filos¨®fica es el que ha convertido Coppola en espect¨¢culo durante el metraje. Vietnam puede interpretarse como el ¨²ltimo episodio de la Guerra Fr¨ªa y como la aniquilaci¨®n del concepto de ocupaci¨®n del territorio persistente en el modelo b¨¦lico occidental desde Alejandro Magno. Las guerras de verdad son secretas, se sustancian hoy en los ¨¢mbitos de la econom¨ªa, la tecnolog¨ªa y el consumo y las dirigen los Halliburton; el horror sigue teniendo cara, pero es el rostro del desorden pol¨ªtico mundial.
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