El coco te llevar¨¢
HE AQU? UN gran invento: la cuna-ata¨²d para ni?os desnutridos. A medida que la meces, el cr¨ªo, en vez de dormirse, se muere. La desnutrici¨®n, como casi todo en la existencia, se puede contemplar a la luz de las teor¨ªas o de las emociones. Te¨®ricamente hablando, el s¨ªndrome que presentan estas criaturas se debe a la escasez de calor¨ªas que corren por sus cuerpos. Podemos afirmar que ingieren pocas prote¨ªnas y pocos hidratos de carbono, por lo que padecen tambi¨¦n un d¨¦ficit de hierro, vitaminas, yodo, etc¨¦tera. De ah¨ª su postraci¨®n (no es que est¨¦n ech¨¢ndose la siesta). All¨¢ donde reina la pobreza, la desnutrici¨®n empieza en el espermatozoide, que llega a destino agotado, como si hubiera subido siete pisos sin detenerse a respirar. Pero tampoco el ¨®vulo, si tenemos en cuenta el hambre de la portadora, lo recibe en buenas condiciones. Significa que el encuentro, m¨¢s que sumar, resta.
Y no ser¨¢ porque en el mundo no haya calor¨ªas. Est¨¢ lleno de ellas, pero se encuentran mal repartidas. Hay acaparadores de calor¨ªas como hay acumuladores de chatarra. Cuando el presidente de un banco se jubila, le dan calor¨ªas para seis o siete generaciones. Y quien dice el presidente de un banco dice el de una hidroel¨¦ctrica o el de una gas¨ªstica, no s¨¦. Tendr¨ªan que vivir mil vidas para consumirlas. Otros, en cambio, han de conformarse con las que les proporciona la ingesti¨®n de un escarabajo o una mosca flaca atrapada al vuelo. Esto ¨²ltimo es teor¨ªa econ¨®mica. Y nos hemos quedado sin espacio para hablar de las emociones. Mu¨¦rete, ni?o, mu¨¦rete ya, que si no el coco te llevar¨¢.?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.