La represi¨®n en el Pa¨ªs Vasco
La idea de que la violencia franquista fue m¨¢s exterminadora y salvaje la puso en circulaci¨®n el lehendakari Agirre en 1938
Cumple un aniversario m¨¢s del bombardeo de Gernika por la aviaci¨®n a las ¨®rdenes de Franco, y volvemos a escuchar las ya habituales desmesuras que forman parte de lo puede denominarse como ¡°el canon de la historia vasca del mundo¡±. Un canon en el que lo de la villa foral se define como un martirio, genocidio, holocausto o exterminio de un pueblo por sus seculares enemigos. Canon que adem¨¢s lleva camino de convertirse en memoria com¨²n por mor de la hegemon¨ªa nacionalista en la construcci¨®n de la vasca.
Otros art¨ªculos del autor
Este canon incluye tambi¨¦n la noci¨®n de que la represi¨®n franquista en el Pa¨ªs Vasco fue m¨¢s salvaje y exterminadora que la que tuvo lugar en otras provincias espa?olas. La puso en circulaci¨®n el lehendakari Agirre en 1938 y desde entonces sigue siendo mantenida como verdad indubitada, incluso alimentada por los Gobiernos vascos actuales que no titubean en proporcionar en sus p¨¢ginas oficiales listados incorrectos de represaliados. Por cierto, el canon de la represi¨®n especialmente salvaje es el que movi¨® a los j¨®venes de ETA a iniciar lo que imaginaron como la venganza de sus padres.
Es curioso, la historia documentada de la represi¨®n franquista en las tres provincias vascas nos dice todo lo contrario. Como ha resumido el historiador Erik Zubiaga, si nos atenemos a los listados de ejecutados que se aceptan hoy por la academia, el n¨²mero porcentual de ejecutados/habitantes en el Pa¨ªs Vasco fue del 0,16%, el m¨¢s bajo de Espa?a salvo el de Catalu?a del 0,12% (la media espa?ola fue casi el 0,50%). El mito de la feroz represi¨®n se convierte en un caso de suavidad excepcional, como ya se?al¨® y estudi¨® Francisco Espinosa hace pocos a?os, y lo que necesita de explicaci¨®n es esa lenidad excepcional del franquismo en la guerra y posguerra en Euskadi, no lo contrario.
Hoy est¨¢n probados unos 199 muertos extrajudiciales en 1936 en ?lava (G¨®mez Calvo) y 500 en Gipuzkoa (Aizpuru/Barruso), y menos de 900 condenados y ejecutados por la justicia militar en Bizkaia despu¨¦s de su ocupaci¨®n en 1937. La suma total equivale al de asesinados o ejecutados en la represi¨®n revolucionaria o contraderechista, materia en la que, tambi¨¦n en contra de la imagen de oasis de paz que se ha sostenido hasta hoy, los promedios de asesinados en el Pa¨ªs Vasco igualan a los del resto de Espa?a.
Provincias como Burgos, Zamora o Valladolid sufrieron un n¨²mero muy superior de asesinados, a pesar de su muy inferior poblaci¨®n
?Raz¨®n de esta excepcional lenidad? No es una cuesti¨®n f¨¢cil de responder. No se debe, desde luego, al car¨¢cter cat¨®lico y conservador de la poblaci¨®n vasca rural. Provincias m¨¢s conservadoras y agrarias como Burgos, Zamora o Valladolid sufrieron un n¨²mero muy superior de asesinados a pesar de su muy inferior poblaci¨®n. Tampoco se debe al hecho de que cuando la represi¨®n lleg¨® a Bizkaia en el verano de 1937 hab¨ªa desaparecido la violencia incontrolada y la represi¨®n la aplicaba con m¨¦todo la fiscal¨ªa militar, que se supone ser¨ªa m¨¢s controlada. No es as¨ª, porque esa misma justicia militar caus¨® un n¨²mero proporcional muy superior de muertes inmediatamente antes en M¨¢laga, donde debut¨®, y tambi¨¦n en Santander y Asturias donde sigui¨® a Bizkaia en su rastro de muertes. El propio fiscal a cargo denunci¨® entonces que en el territorio vasco no se cumpl¨ªan las normas represoras con la severidad de otros sitios. Y Gim¨¦nez Caballero lo justificaba entonces en la prensa donostiarra alegando que no era necesario ¡°purificar justicieramente¡± Bizkaia como s¨ª lo era M¨¢laga o Badajoz. ?La religi¨®n? ?La pol¨ªtica hacia el nacionalismo vasco? Lo cierto es que en fecha tan temprana como 1943 no quedaba en las c¨¢rceles de Franco ni un solo nacionalista vasco (Espinosa).
Igual de significativo sobre este trato de favor es el hecho de que las proporciones de combatientes vascos que fueron encausados y fusilados tras consejo de guerra en Bizkaia, Santander y Asturias exhiben una llamativa disparidad en el caso de los combatientes nacionalistas (pues fueron el 41,7% de combatientes y solo el 1,0% de fusilados) mientras que las proporciones entre combatientes y fusilados guardan correlaci¨®n normal en el caso de anarquistas, socialistas, comunistas y republicanos. En este sentido, y refiri¨¦ndose a los a?os posteriores, Fernando Molina ha puesto de manifiesto c¨®mo las tradiciones de comunidad socialistas o anarquistas fueron desarraigadas de la sociedad por la represi¨®n mientras se toleraba la reproducci¨®n familiar del canon nacionalista. Vamos, que Luis Arana Goiri volvi¨® del exilio en 1941 siendo como era cofundador del PNV y vivi¨® tranquilamente, mientras que Juli¨¢n Zugazagoitia fue entregado por la Gestapo en 1940 e inmediatamente fusilado.
Dig¨¢moslo en breve: lo asombroso del canon vasco de la represi¨®n franquista es que pueda seguir siendo memoria com¨²n, incluso aceptada d¨®cilmente en el resto de Espa?a. ?Cu¨¢nta historia hace falta para ajustarlo?
Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz Soroa es abogado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.