Ciudad f¨ªsica, ciudad mental
Cara y gesto, cuerpos en movimiento, angustia y luz.Todo eso est¨¢ en el asfalto: un efervescente lugar f¨ªsico. Pero tambi¨¦n un inabarcable espacio mental
EN MA?ANA TENDREMOS OTROS NOMBRES, la novela de Patricio Pron ganadora del ¨²ltimo Premio Alfaguara, todos los personajes viven en Madrid, pero todos vienen de fuera, incluso de muy afuera. Tal circunstancia provoca que la gran ciudad vaya perdiendo a lo largo del relato, y de forma casi imperceptible, su condici¨®n de lugar f¨ªsico para convertirse en un espacio mental. Madrid como espacio mental, Nueva York como espacio mental, Londres como espacio mental, Tokio como espacio mental, Par¨ªs como espacio mental¡ Tal es la caracter¨ªstica de las urbes mencionadas y de otras muchas: su falta de existencia f¨ªsica. De ah¨ª que todo el mundo desee conocerlas. ?Qu¨¦ inter¨¦s tiene en nuestros d¨ªas (en ?nuestros posd¨ªas m¨¢s bien) viajar a lugares existentes?
Observen la variedad de rostros del reportaje fotogr¨¢fico: es la misma que nos podemos encontrar en un vag¨®n de metro de Berl¨ªn, Roma o Bruselas. El suyo de usted forma ya parte de esa riqueza en la que se diluyen las diferencias identitarias, en la que la racializaci¨®n pierde sentido. El problema de la Espa?a vac¨ªa es el de su materialidad. Est¨¢ compuesta de restos anal¨®gicos de un mundo en v¨ªas de extinci¨®n. Nadie da un duro ya por ser real, y en los lugares de los que hu¨ªamos ¨¦ramos reales como la vida misma. Los que nacieron en Madrid, en Londres o en Par¨ªs podr¨¢n objetar que ellos no vinieron de fuera. Se equivocan. Hay muchos modos de venir de fuera y quiz¨¢s el m¨¢s genuino sea ese: el de venir de dentro. Si deseamos, en fin, repoblar los lugares abandonados, empecemos por certificar su inexistencia.