No tuvieron elecci¨®n

En el centro de Londres, junto a Hyde Park, se erige un sencillo monumento que conmemora a los animales que lucharon en las guerras que combati¨® el Ej¨¦rcito brit¨¢nico. El conjunto, inaugurado en 2004, muestra las esculturas en bronce de un caballo y dos mulas de carga junto a una pared blanca en la que puede leerse: ¡°Este monumento est¨¢ dedicado a todos los animales que sirvieron junto a las tropas brit¨¢nicas y aliadas en guerras y campa?as a trav¨¦s de los tiempos. Muchos y muy diversos animales fueron empleados a trav¨¦s de los siglos y millones de ellos murieron. Desde las palomas mensajeras hasta los elefantes, jugaron un papel vital en todas las regiones del mundo en defensa de la causa de la libertad humana. Su contribuci¨®n no debe ser nunca olvidada¡±. El monumento culmina con la siguiente frase: ¡°No tuvieron elecci¨®n¡±.

El descubrimiento la semana pasada de una ballena beluga en un fiordo noruego que parece haber sido entrenada por la Marina rusa ha servido para recordar que los animales han sido muchas veces convertidos en m¨¢quinas de guerra a lo largo de la historia. El simp¨¢tico mam¨ªfero marino blanco no resulta especialmente feroz y, adem¨¢s, no ha dudado en desertar a Noruega. Se pasa la vida buscando el contacto de los seres humanos, a los que acude cuando es llamado como un perrillo. Es m¨¢s, el hecho de que se sospeche de Rusia porque en su equipamiento ¡ªuna c¨¢mara Gopro¡ª ponga Made in San Petersburgo parece m¨¢s propio de la TIA de Mortadelo y Filem¨®n que del Servicio Federal de Seguridad de Vlad¨ªmir Putin.

Sin embargo, la docilidad de la beluga no deber¨ªa hacernos olvidar que sin los animales no se hubiesen podido combatir la mayor¨ªa de las guerras de la humanidad, desde los elefantes con los que An¨ªbal cruz¨® los Alpes hasta los cientos de miles de caballos utilizados en los dos conflictos mundiales del siglo XX ¡ªaunque en el segundo, la caballer¨ªa estaba pr¨¢cticamente desaparecida del campo de batalla, los ¨¦quidos fueron imprescindibles por ejemplo en la invasi¨®n de la URSS¡ª. Las tecnolog¨ªas m¨¢s modernas no han frenado en el siglo XXI los programas para entrenar animales especialmente inteligentes, como los delfines, con fines militares. Lo que tampoco ha cambiado, desde luego, es que siguen sin tener elecci¨®n.