La sociedad del selfi
La imagen es tan seductora como omnipresente. Con un m¨®vil en la mano, hoy en d¨ªa se cometen toda clase de desafueros
El af¨¢n por fotografiar, grabar y subir a la web o a las redes sociales hasta el m¨¢s m¨ªnimo e irrelevante hecho en la vida de una persona es una muestra del enorme poder de la imagen. Ya apuntaba Maquiavelo la importancia de la reputaci¨®n de un gobernante y el cuidado de su apariencia. La sociedad del selfi podr¨ªa asentarse sobre una de las m¨¢ximas del pol¨ªtico y diplom¨¢tico florentino: ¡°Los hombres en general juzgan m¨¢s por los ojos que por las manos; porque el ver pertenece a todos, y el tocar a pocos¡±.
En la era de Instagram, la imagen es tan seductora como omnipresente. Para muchos, cada instante pasa por la red social. A veces, superando los l¨ªmites que recomienda el respeto a los s¨ªmbolos, la adecuada cortes¨ªa hacia la dignidad humana o el mero sentido com¨²n. El Museo de Auschwitz, en Polonia, ha pedido a los visitantes que se acercan al campo de exterminio nazi que lo hagan con la debida consideraci¨®n hacia lo que el recinto representa. Declarados patrimonio de la humanidad por la Unesco, Auschwitz y el vecino campo de Birkenau encarnan la crueldad nazi en toda su inmensidad, un lugar dise?ado para la aniquilaci¨®n de los jud¨ªos entre 1940 y 1945. M¨¢s de un mill¨®n de personas murieron dentro de sus alambradas, muchas en las c¨¢maras de gas. Las mismas v¨ªas por las que circulaban los trenes de la muerte en Birkenau se han convertido para muchos visitantes en un escenario propicio para fotografiarse haciendo equilibrios sobre los ra¨ªles y subiendo posteriormente las im¨¢genes a la web. Los responsables del museo reprueban estos comportamientos, que tienden a banalizar el Holocausto, y piden respeto a la memoria de las personas que murieron asesinadas en aquellos lugares.
Con un m¨®vil en la mano, hoy en d¨ªa se cometen toda clase de desafueros. Al menos un pasajero del avi¨®n ruso que se incendi¨® hace pocos d¨ªas antes de aterrizar en el aeropuerto de Mosc¨² ¡ªen el que murieron abrasadas 41 personas¡ª grab¨® desde la ventanilla las llamas que comenzaron a expandirse por el exterior de la aeronave. En la filmaci¨®n se ven tambi¨¦n im¨¢genes del interior del aparato y se escuchan los gritos de p¨¢nico de los pasajeros. Como era de prever, el v¨ªdeo es viral.
En la sociedad de la imagen, donde la egolatr¨ªa no tiene fin, hay l¨ªmites que convendr¨ªa no sobrepasar.
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