Todo o nada
Varios lectores creen que EL PA?S ha sobrepasado a veces en la campa?a la necesaria frontera entre opini¨®n e informaci¨®n
La confusi¨®n entre informaci¨®n y opini¨®n se ha convertido para los lectores en un problema grave que solo los periodistas pueden resolver. La mitad de los norteamericanos no distingue entre uno y otro concepto. Lo afirma el investigador Kevin Loker en un trabajo del American Press Institute basado en sondeos del Media Insight Project. Uno de los principios de EL PA?S es esa separaci¨®n entre informaci¨®n y opini¨®n. En pocas ocasiones sobrepasa esa frontera, pero varios lectores creen que eso ha ocurrido en algunos casos en la ¨²ltima campa?a electoral.
Tanto en la web como en el papel, esa diferencia viene marcada por la presentaci¨®n formal de los textos: los titulares de las noticias, cr¨®nicas y reportajes deben escribirse en redonda; los de opini¨®n, editoriales y columnas, en cursiva. El problema surge cuando, bajo titulares en redonda o textos publicados en campa?a bajo el ep¨ªgrafe La Cr¨®nica, se cuelan opiniones o percepciones subjetivas no sustentadas a continuaci¨®n. No hay que confundirlas con la interpretaci¨®n y el contexto, recomendables en una cr¨®nica, aunque estos se deben ¡°explicar y razonar¡± para que ¡°la informaci¨®n prime sobre la interpretaci¨®n¡± (punto 3.68 del Libro de estilo).
Pese a estas normas, algunos lectores dicen haberse sorprendido al encontrar opiniones como estas en diversas cr¨®nicas durante la pasada campa?a: ¡°Se juegan demasiado como para pedirles cordura en la recta final. Los principales protagonistas de la campa?a electoral est¨¢n desatados¡± (14 de abril). ¡°Santiago Abascal se limita a llenar pabellones y a que este cronista se pregunte si el l¨ªder de Vox ha sintonizado con el zeitgeist ¡ªel esp¨ªritu de nuestro tiempo¡ª o se limita a conectar con lo m¨¢s ancestral de Espa?a¡± (16 de abril).
O estas otras, tambi¨¦n dentro de cr¨®nicas: ¡°S¨¢nchez salv¨® los muebles, Rivera se pas¨® de agresivo y solo Casado boxe¨® por debajo de su peso¡± (23 de abril). ¡°En el mercado de compraventa de ilusiones pol¨ªticas, los dos debates organizados para los comicios vienen a cristalizar la degradaci¨®n de la vida p¨²blica de los ¨²ltimos meses¡± (24 de abril). ¡°Vamos a ciegas: las cocinas demosc¨®picas no sirven¡± (27 de abril). ¡°La suciedad de los hechos durante las ¨²ltimas semanas supera todas las expectativas¡± (27 de abril).
Claudi P¨¦rez, uno de los dos redactores jefes de Espa?a, comenta que a la secci¨®n se le encarg¨® ¡°contar la campa?a con un tono y una textura un poco diferentes¡± bajo ese ep¨ªgrafe diario de La Cr¨®nica. Se trataba de ¡°tener una respuesta atractiva para el lector dentro de ese g¨¦nero h¨ªbrido entre informativo e interpretativo¡±. ¡°El sesgo interpretativo pudo ser un punto excesivo en alg¨²n momento¡±, concluye Claudi P¨¦rez, firmante de varios de esos textos. ¡°Pero el tono general responde, con mayor o menor acierto, a ese planteamiento de partida¡±.
Excepciones de ese tipo encierran riesgos. Uno de ellos, como refleja el American Press Institute, es confundir al lector al transmitirle como verdad absoluta lo que es una apreciaci¨®n subjetiva del periodista.
Otro riesgo es caer en apreciaciones hiperb¨®licas al valorar hechos o actitudes. Esta vez, el peri¨®dico lo hizo con el reiterativo uso de los t¨¦rminos ¡°jugar¡±, ¡°todo¡± y ¡°nada¡± tanto en titulares como en el cuerpo de las informaciones. Estos son algunos ejemplos: ¡°Casado se la juega a todo o nada en la derecha¡± (21 de enero); ¡°Ciudadanos se la juega a todo o nada en la campa?a¡± (12 de abril); ¡°Iglesias juega al todo o nada en la estrategia para formar un Gobierno de izquierdas¡± (5 de mayo, ya despu¨¦s de las elecciones); ¡°Todo se juega en la movilizaci¨®n¡± (17 de febrero); ¡°Rivera se la juega todo a conseguir el sorpasso al PP¡± (24 de febrero); ¡°Casado se juega todo¡± (7 de abril); ¡°As¨ª que todo se juega en la ¨²ltima semana¡± (12 de abril); ¡°Pese a que el PSOE se lo juega todo el d¨ªa 28¡¡± (12 de abril).
En un reportaje hemos dicho a los lectores que los espa?oles ten¨ªan un ¡°desinter¨¦s total¡± ante las elecciones y, al final de la campa?a, les contamos en una cr¨®nica que en las calles se percib¨ªa ¡°un inter¨¦s inaudito en estas elecciones¡±.
En su apartado 1.25 dice el Libro de estilo: ¡°El periodista transmite a los lectores noticias comprobadas y se abstiene de incluir en ellas sus opiniones personales¡±. Al final de cada informaci¨®n en la web, EL PA?S incluye los principios del Trust Project, el consorcio internacional en el que participa porque comparte y respeta unos ¡°est¨¢ndares de confianza¡± consensuados.
Uno de los compromisos del proyecto se?ala que el peri¨®dico debe distinguir en la presentaci¨®n de cada texto a qu¨¦ g¨¦nero period¨ªstico (informaci¨®n, opini¨®n o an¨¢lisis) pertenece. El diario cumple globalmente ese mandamiento y no ha decidido hacer excepciones. Est¨¢ demostrado que el ciudadano peor informado es el que m¨¢s confunde la opini¨®n con la informaci¨®n. La funci¨®n del periodista es evitar esa peligrosa mezcla.
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