V¨ªrgenes, pl¨¢tanos y Judas
La libertad de expresi¨®n en Polonia est¨¢ siendo desafiada con la excusa de la defensa de los sentimientos religiosos
La polic¨ªa llam¨® a la puerta de su casa a las 6:10 de la ma?ana. Tras el registro, traslad¨® a Elzbieta Podlesna a la comisar¨ªa. La psic¨®loga y activista fue puesta a disposici¨®n judicial acusada de ofensa de sentimientos religiosos al profanar el icono de la Virgen Negra de Czestochowa. El ministro del Interior agradeci¨® en Twitter a la polic¨ªa por la detenci¨®n de la sospechosa y a?adi¨®: ¡°ning¨²n cuento de libertad ni toleranciale da derecho a nadie a faltar el respeto a los sentimientos de los creyentes¡±.
?En qu¨¦ ha consistido el supuesto hecho delictivo de Podlesna? Hab¨ªa pegado carteles con la imagen de la Virgen con un arco iris en su aureola en los alrededores de una iglesia. Y eso, al parecer pudo ofender los sentimientos religiosos de otros, un hecho penado con hasta dos a?os de c¨¢rcel seg¨²n el art¨ªculo 196 del C¨®digo Penal polaco. La elecci¨®n de la iglesia no fue casual. Es all¨ª donde, entre los carteles que se exhibe durante la Semana Santa, uno puede encontrar tambi¨¦n a tales pecados como ¡°g¨¦nero¡±, ¡°LGTB¡± o ¡°perversi¨®n¡±.
Solo unos d¨ªas antes miles de personas se congregaron a las puertas del Museo Nacional de Arte en Varsovia y empezaron a comer pl¨¢tanos para protestar contra la decisi¨®n de retirar de la exposici¨®n a una obra ¡ªun cl¨¢sico de arte feminista del 1972¡ª en la que una mujer consume un pl¨¢tano de forma sensual. Seg¨²n el director, ¡°cierta tem¨¢tica relacionada con el g¨¦nero no deber¨ªa ser expuesta en el Museo Nacional¡± ya que puede ¡°distraer a los j¨®venes¡±.
Al final la obra volvi¨® a su puesto, pero las injerencias del Gobierno de Ley y Justicia (PiS en sus siglas polacas) y sus allegados en el mundo de la cultura son innumerables. La justificaci¨®n m¨¢s utilizada es precisamente una supuesta humillaci¨®n de los sentimientos religiosos. As¨ª se intent¨® censurar obras de teatro (entre ellas Golgota Picnic de Rodrigo Garc¨ªa) o incluso la instalaci¨®n de un arco iris de flores en una de las plazas de la capital. S¨ª, parece que lo m¨¢s ofensivo en la Polonia de hoy es el arco iris. Y eso que, adem¨¢s del s¨ªmbolo del movimiento LGTB, el arco iris es seg¨²n la Biblia el signo del pacto entre Dios y la tierra.
Por suerte los jueces suelen defender el principio de libertad de expresi¨®n. Sin embargo, los intentos de censurar la cr¨ªtica de las instituciones desvelan una deriva preocupante. Muchas veces se impone la autocensura. Adem¨¢s, abundan las destituciones y reducciones de subsidios. Que se lo cuenten al exdirector del Museo de la Segunda Guerra Mundial en Gdansk, destituido por montar una exposici¨®n que no era lo suficiente ¡°polaca¡± y demasiado ¡°antib¨¦lica¡± y ¡°civil¡±.
PiS utiliza el enga?o y la manipulaci¨®n sin escr¨²pulo alguno. Sirva de ejemplo que mientras que la fiscal¨ªa acusaba de apolog¨ªa del nazismo a los autores de un reportaje sobre la celebraci¨®n del cumplea?os de Hitler, la Televisi¨®n P¨²blica (controlada manualmente desde la sede del partido) no tuvo reparos en adornar con im¨¢genes de Hitler y Stalin la informaci¨®n sobre la visita de Donald Tusk, insinuando que el presidente del Consejo Europeo trabaja en inter¨¦s de Alemania en lugar del de su madre patria.
Estamos en un a?o electoral. Todo vale en la manipulaci¨®n para ganar votos. Incluso utilizar los sentimientos religiosos para que sirvan de excusa ¡ªparad¨®jicamente, si atendemos a la doctrina¡ª para alentar el discurso del odio y la intolerancia. Hace unas semanas, las im¨¢genes de un grupo de ni?os polacos golpeando a un monigote caracterizado como un jud¨ªo dieron la vuelta al mundo. Es verdad que tanto la Iglesia como el Gobierno condenaron la ¡°quema¡± de Judas en Pruchnik (tradici¨®n parecida a la de Coripe, Sevilla). No obstante, uno de los senadores de PiS recomend¨® a un comentarista polaco jud¨ªo, cr¨ªtico con la reactivaci¨®n de esta tradici¨®n antisemita, que ¡°no se metiera en asuntos ajenos¡±. ¡°Cuando sea cat¨®lico, lo entender¨¢¡±, le dijo.
Que hay que defender a la libertad de expresi¨®n es una obviedad. Incluso para que un senador de PiS pueda decir semejantes barbaridades. Asimismo, deben existir limitaciones a la libertad de expresi¨®n para evitar el da?o a otros. Sin embargo, estas limitaciones no deber¨ªan significar la persecuci¨®n de artistas/activistas, como muestra el caso de Podle?na, o intentos de silenciar a los cr¨ªticos con el Gobierno, como Wojciech Sadurski, un destacado constitucionalista que se enfrenta a una serie de cargos por sus cr¨ªticas abiertas al partido gobernante.
Encontrar el equilibrio entre el principio de libertad de expresi¨®n y otros derechos (honor) o delitos (apolog¨ªa al odio) no es f¨¢cil. Espa?a tampoco se libra de las pol¨¦micas. Quiz¨¢s la mejor manera de defender la libertad de expresi¨®n es utiliz¨¢ndola para promover la tolerancia, para criticar al Gobierno en su justa medida y, en definitiva, para defender los derechos de todos. Mejor esto que ir quemando Judas, ya sea en Polonia o en Espa?a.
Piotr Zag¨®rski es investigador en Ciencia Pol¨ªtica de la Universidad Aut¨®noma de Madrid.
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