?Debemos salvar la UE?
Los ochos directores de los medios de la Alianza de Peri¨®dicos L¨ªderes en Europa (LENA) llaman en una Tribuna a proteger el proyecto comunitario
Entre el jueves y hasta ma?ana, casi 400 millones de europeos est¨¢n llamados a las urnas para elegir al Parlamento Europeo de los pr¨®ximos cinco a?os. El auge del populismo en muchos pa¨ªses de la Uni¨®n y el hecho de que los partidos euroesc¨¦pticos ganen peso en una Euroc¨¢mara cada vez m¨¢s fragmentada ¡ªlos dos partidos mayoritarios, conservadores y socialdem¨®cratas, no alcanzar¨ªan el 50% de los 751 esca?os en Estrasburgo, seg¨²n algunos sondeos¡ª inquieta en Bruselas. Los ochos directores y directoras de los medios que conforman la Alianza de Peri¨®dicos L¨ªderes en Europa (LENA, por sus siglas en ingl¨¦s) describen la importancia para los ciudadanos comunitarios de continuar con un proyecto de paz y prosperidad ¨²nico en el mundo.
Carlo Verdelli, director de La Repubblica (Italia)
Tras m¨¢s de 60 a?os de convivencia, la unidad europea parece ya tan asentada e irreversible que muchos no ven m¨¢s que sus defectos y se olvidan de que es, por encima de todo, un milagro de la Historia.
¡°La UE es el mayor espacio de progreso y justicia¡±, dice la directora de EL PA?S
Un continente que estaba devastado por dictaduras y guerras se ha convertido en un modelo de paz, democracia y libertad. Con 500 millones de habitantes y un PIB de 16 billones de euros, Europa constituye hoy la mayor econom¨ªa del planeta, y esa posici¨®n le da la fuerza para defender no solo sus propios intereses, sino tambi¨¦n sus valores en el tablero internacional.
Ning¨²n pa¨ªs europeo puede, por s¨ª solo, hacer valer sus principios frente a grandes potencias y multinacionales ni afrontar los retos de un mundo en continua evoluci¨®n. A pesar de todos sus defectos ¡ªdefectos que exigen correcciones¡ª, Europa debe salvarse. A los esc¨¦pticos hay que recordarles que no es eterna ni se la puede dar por descontada. Es un milagro. Pero ese milagro ¡°no cae del cielo¡±, como dir¨ªa Altiero Spinelli. Tenemos dos opciones: o deshacernos y deslizarnos hacia los m¨¢rgenes del mundo, o ratificar nuestra unidad y continuar escribiendo la historia.
Alexis Br¨¦zet, director de Le Figaro (Francia)
?Hay que salvar Europa? ?Por supuesto! Y, para empezar, de s¨ª misma. Porque lo cierto es que Europa est¨¢ muriendo por el desamor de sus gentes. Esta maquinaria gigantesca que dicen que est¨¢ averiada y que, pese a ello, no deja de producir en cadena directivas, resoluciones, jurisprudencias, normas y sanciones, ya no sabe dirigirse al coraz¨®n de los europeos.
¡°El reto es cambiar la imagen de una potencia fr¨ªa¡±, opina el director franc¨¦s
Ante el ascenso de nuevos peligros, no ha sabido demostrar que es una muralla. Ahora que los pueblos de la Uni¨®n, en el gran caos de la globalizaci¨®n, reclaman m¨¢s protecci¨®n que nunca, esta Europa de la libre circulaci¨®n sin l¨ªmites ni fronteras, tan poco segura de su proyecto y sus valores que incluso niega sus ra¨ªces, les inquieta m¨¢s de lo que les tranquiliza. Y entonces los pueblos regresan a la ¨²nica protecci¨®n que funciona: la de la naci¨®n.
Para salvar Europa no valen remiendos, sino que hace falta reconstruirla. Menos federalismo, menos Comisi¨®n, menos directivas, menos buenismo multicultural, menos librecambismo dogm¨¢tico, menos universalismo abstracto. M¨¢s subsidiariedad, m¨¢s Consejo, m¨¢s democracia, m¨¢s fronteras, m¨¢s protecci¨®n de nuestras industrias, m¨¢s respeto a las identidades. Europa debe cambiarlo todo para convertirse en lo que nunca deber¨ªa haber dejado de ser: una comunidad irremplazable de civilizaci¨®n, historia y destino.
Soledad Gallego-D¨ªaz, directora de EL PA?S
Europa es uno de los inventos m¨¢s extraordinarios de la humanidad, desde sus or¨ªgenes ideados por los antiguos griegos y romanos, hasta hoy, cuyos ideales rebasan los confines de su realidad geogr¨¢fica.
?Por qu¨¦ deber¨ªa ser salvada? Si no fuera por la evidencia emp¨ªrica parecer¨ªa osado afirmarlo, pero la Uni¨®n Europea hoy es el mayor espacio de progreso, prosperidad, cooperaci¨®n y justicia que ha generado la humanidad en 5.000 a?os de civilizaci¨®n. Ha sido la herramienta m¨¢s eficaz despu¨¦s de un cruento siglo XX para evitar conflictos que tienen ra¨ªz en la identidad nacional, en un continente que hace de su diversidad su propia naturaleza y de la tolerancia su gran se?a distintiva.
Merece ser protegida porque la gente que est¨¢ llamada a votar en las elecciones al Parlamento Europeo asiste al prodigio cotidiano de que no existan conflictos b¨¦licos, ni hambre ni enfermedades generalizadas; ni hostigamiento por las ideas, ni miseria, ni tortura. Tampoco censura literaria ni persecuci¨®n pol¨ªtica. Eso es Europa: todo lo que hoy est¨¢ amenazado en el mundo. Europa son todas las Europas que caben en una forma de organizaci¨®n pol¨ªtica que ha querido erigir la cooperaci¨®n, las normas y el di¨¢logo como medio de organizar la vida en sociedad frente a una l¨®gica de poder basada en la competencia y el conflicto entre pa¨ªses. Hoy m¨¢s que nunca, ante una amenaza existencial que cuestiona una manera de vivir juntos y de relacionarnos con los dem¨¢s, Europa debe ser defendida. EL PA?S, que en el primer art¨ªculo de su Libro de Estilo se define como un medio de clara vocaci¨®n europe¨ªsta, se esfuerza y compromete en esa tarea a diario.
Christophe Berti, director de Le Soir (B¨¦lgica)
?Salvar Europa? Es a la vez una obligaci¨®n, una convicci¨®n y un desaf¨ªo. Una obligaci¨®n, porque ?c¨®mo vamos a pensar que podemos afrontar los principales temas de nuestras sociedades sin estar unidos? ?C¨®mo vamos a pensar que un Estado, por grande que sea, puede encontrar por s¨ª solo soluciones para el clima, el terrorismo, el poder adquisitivo, y as¨ª sucesivamente? Ante la globalizaci¨®n actual, si Europa quiere tener peso en el mundo y hacer o¨ªr su voz, no puede permitirse la desuni¨®n ni la discordia.
Una convicci¨®n, porque Europa, pese a sus defectos y pese a los ataques de los que es hoy blanco, sigue siendo el mejor pilar de la democracia, la paz y el desarrollo de los 500 millones de personas que la habitan. Es un mercado econ¨®mico de enorme fuerza y un espacio de defensa de la democracia y de unos valores fundamentales.
Un desaf¨ªo, porque es evidente que la Europa pol¨ªtica ¡ªcomo sucede en muchos Estados de los que Europa es solo el reflejo¡ª debe encontrar un nuevo impulso. Cambiar la imagen de una potencia fr¨ªa, a veces poco transparente, burocr¨¢tica y, sobre todo, sin ideas nuevas en com¨²n. Este es el principal reto de los pr¨®ximos meses y a?os. Un reto complicado, pero que no est¨¢ perdido de antemano.
Fr¨¦d¨¦ric Julliard, director de Tribune de Gen¨¨ve (Suiza)
Los suizos no somos miembros de la Uni¨®n, por lo que estar¨ªa fuera de lugar que di¨¦ramos consejos a nuestros vecinos. Pero tenemos unos lazos tan fuertes que seguimos con inquietud los sobresaltos de una Uni¨®n debilitada. Salvar Europa, s¨ª, a condici¨®n de que ella se quiera salvar a s¨ª misma. Y de que esa voluntad no proceda de los Gobiernos, sino de las ciudadanas y los ciudadanos. Muchos de ellos tienen el sentimiento de que la UE les obliga a sufrir al mismo tiempo los inconvenientes de los Estados (no tener peso suficiente frente a los gigantes mundiales) y los de un gran conglomerado (la burocracia, el d¨¦ficit democr¨¢tico, la competencia sin l¨ªmite).
Europa se ha alejado de la gente. Se ha construido sin tener en cuenta las votaciones democr¨¢ticas o repiti¨¦ndolas hasta obtener el resultado deseado, lo que viene a ser lo mismo. Lo ¨²nico que va a poder salvar la Uni¨®n son unos cambios profundos en el orden democr¨¢tico, medioambiental y ciudadano. ?Ser¨¢ capaz de hacerlos? La respuesta la tiene ella.
Ulf Poschardt, director de Die Welt (Alemania)
Solo si nosotros salvamos a Europa, Europa podr¨¢ salvarnos a nosotros. En un mundo globalizado y entre polos de crecimiento e innovaci¨®n como Estados Unidos, China o la India, los pa¨ªses individuales, a¨²n tan enamorados de s¨ª mismos, no tienen ninguna posibilidad sin una estructura econ¨®mica, pol¨ªtica y cient¨ªfica superior. Europa necesita pensar en s¨ª misma como una unidad con la fuerza de la coalici¨®n, y tambi¨¦n como una confederaci¨®n de pa¨ªses que conservan la facultad de legislar numerosas cuestiones individualmente teniendo en cuenta el bien com¨²n.
¡®Gazeta Wyborcza¡¯ opina que cada pa¨ªs en solitario significa poco frente a China
El reto fundamental es no faltar a la cita con el futuro. En el terreno de la investigaci¨®n, y en lo que a inteligencia artificial se refiere, el hecho es que nos hemos quedado descolgados. Sin embargo, a nadie parece escandalizarle. Incluso da la sensaci¨®n de que la investigaci¨®n y las patentes son menos importantes que la grotesca liturgia social y de la redistribuci¨®n que paraliza al continente. El Estado es utilizado err¨®neamente como funcionario de la religi¨®n social.
En el terreno de la pol¨ªtica medioambiental el panorama es m¨¢s prometedor, ya que las ideas innovadoras procedentes de Escandinavia y Benelux se van imponiendo poco a poco tambi¨¦n m¨¢s al sur. Por otra parte, gracias al movimiento de los #viernesporelfuturo es posible que el consumo y el ocio m¨¢s sostenibles y conscientes se conviertan en un distintivo de Europa. Estamos en el comienzo.
Judith Wittwer, directora de Tages-Anzeiger (Suiza)
Bruselas queda muy lejos, sobre todo para las suizas y los suizos. Incluso aunque quisiese, la poblaci¨®n suiza no tendr¨ªa derecho a participar en las elecciones europeas que se celebran desde el d¨ªa 23 y hasta ma?ana. Suiza est¨¢ situada en el centro de Europa, pero no pertenece a la Uni¨®n Europea. No obstante, en nuestro pa¨ªs, Bruselas no deja indiferente a nadie. Todo lo contrario.
¡°Europa necesita pensar como una confederaci¨®n¡±, dice el alem¨¢n ¡®Die Welt¡¯
Desde hace a?os, nuestra relaci¨®n con la UE es tema de apasionados debates. La gran pregunta es a d¨®nde nos conduce la v¨ªa bilateral. ?A un nuevo acuerdo? ?A la Uni¨®n Europea? ?A un callej¨®n sin salida? Los bandos discuten sobre inmigraci¨®n, protecci¨®n de los salarios y jueces extranjeros. Las trincheras ya no siguen el esquema cl¨¢sico izquierda-derecha. Sin embargo, a excepci¨®n de los nacionalistas conservadores del Partido Popular Suizo, ninguna formaci¨®n pone en duda que Suiza tiene un inter¨¦s vital en que la UE funcione. A Suiza solo le ir¨¢ bien si la Uni¨®n prospera. Al fin y al cabo, las dos son viejas hermanas de esp¨ªritu. En ambas se hablan varios idiomas, y ambas son multiculturales. No aspiran a la homogeneizaci¨®n, pero s¨ª tienen la firme voluntad de conseguir grandes cosas juntas.
Jaroslaw Kurski, adjunto a la direcci¨®n de Gazeta Wyborcza (Polonia)
La palabra ¡°deber¨ªamos¡± est¨¢ totalmente fuera de lugar aqu¨ª. Y es que no deber¨ªamos, sino que debemos, salvar a Europa. Sin la UE, Polonia es un pa¨ªs hacinado entre Alemania y Rusia, abocado al fatalismo hist¨®rico, solitario y perif¨¦rico. Este mismo principio de impotencia y soledad se puede aplicar a todos y cada uno de los pa¨ªses de la Uni¨®n por separado. Cada uno de ellos significa poco para el mundo de las grandes potencias como China, Estados Unidos, la India y Brasil. Ni siquiera una Alemania poderosa, pero aislada pol¨ªticamente, podr¨ªa desenvolverse con soltura en un mundo globalizado.
No es casualidad que el colapso de la Uni¨®n como potencia democr¨¢tica sea el sue?o de los grandes pa¨ªses que siguen una deriva autoritaria, caso de Rusia y China. Tampoco lo que dice Donald Trump sobre la Uni¨®n Europea da lugar a enga?o. La visi¨®n nacionalista de una Europa pol¨ªticamente fracturada, dividida en fronteras con sus correspondientes aduanas, es una idea encaminada a colmar el apetito voraz de las superpotencias. En este banquete, nuestro viejo continente ser¨¢ el plato principal.
Lamentablemente, la mayor¨ªa de la gente ve una cat¨¢strofe solo cuando ya ha ocurrido y hace poco para evitarla. En este sentido, existe un proverbio polaco que dice ¡°el polaco es sabio despu¨¦s de un desastre¡±. As¨ª que m¨¢s vale prevenir que curar: ?defendamos Europa!
Traducciones de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia, Newsclips y Amelia Serraller.
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