El misterio Pablo Motos: ?por qu¨¦ es l¨ªder de audiencia y despierta a la vez tanta animadversi¨®n?
Su programa, 'El Hormiguero', funciona como un reloj y cautiva a millones de espectadores, pero las cr¨ªticas semanales a sus entrevistas dejan su imagen p¨²blica en entredicho
Hay un grupo en Facebook llamado Por un mundo sin Pablo Motos?que tiene 17.000 miembros. Las noticias destinadas a se?alar sus fallos y controversias triunfan en medios digitales, siempre ¨¢vidos de pillarlo en una nueva pregunta fuera de tono a una invitada (casi siempre son mujeres). El diario sat¨ªrico El Mundo Today ha publicado 17 noticias sobre ¨¦l. El Hormiguero deja tanta controversia como audiencia (en su ¨²ltima temporada super¨® la media de 2.700.000 espectadores) y tambi¨¦n la constataci¨®n de que, al menos, es un trabajador incansable: en 13 a?os nunca ha faltado al programa, ya sea en muletas o en el mismo d¨ªa que fallec¨ªa su madre. ?Por qu¨¦ despierta entonces Pablo Motos reacciones tan encontradas?
¡°?Qu¨¦ opini¨®n crees que tiene la gente sobre ti?¡±, le preguntaron en una entrevista. ¡°Me dej¨® de importar la primera vez que me hicieron da?o", respondi¨® Pablo Motos. "El que me quiera, que me quiera, y el que me tenga que odiar que me odie cuanto antes¡±
Es una pregunta dif¨ªcil de responder porque no se puede comparar con otros casos. El ejemplo de Bert¨ªn Osborne viene a la mente como el otro gran presentador que despierta tantas pasiones como rechazo, pero es mucho m¨¢s sencillo encontrar los motivos: si existen dos Espa?as, Bert¨ªn es el terrateniente de una de ellas. Pablo Motos (Valencia, 1965) apenas se ha mojado en pol¨ªtica, aunque en su ¨²ltima ronda de entrevistas a los principales candidatos a las elecciones generales del 28 de abril fue comentad¨ªsima su complicidad con Albert Rivera y una ins¨®lita animadversi¨®n (dado el esp¨ªritu blanco y familiar del programa) hacia Pablo Iglesias. Por lo dem¨¢s, Motos es un misterio. Apenas concede entrevistas. Los medios de sociedad especulan sobre su vida privada, pero ¨¦l es una tumba en ese aspecto. Ni tan siquiera organiza ruedas de prensa para promocionar su programa al inicio de cada temporada, como es costumbre en casi todos los espacios de ¨¦xito.
Una de las pocas entrevistas que ha concedido Motos fue, precisamente, a Bert¨ªn Osborne para su programa En la tuya o en la m¨ªa. Y en un formato amable como ese hubo varias preguntas que apuntaban al car¨¢cter especial y a la extra?a imagen p¨²blica de Motos. Por ejemplo, sobre su comportamiento como jefe. Dentro de la industria televisiva, el creador de El Hormiguero tiene fama de duro con su equipo y el presentador lo reconoci¨® de manera c¨¢ndida ante la c¨¢mara: ¡°Yo no soy f¨¢cil como jefe, en absoluto. Cuando empieza el programa, no conozco a nadie. Cuando acaba el programa, vuelvo a conocer a todo el mundo¡±. Despu¨¦s, Osborne pas¨® a una pregunta de esas que hacen el espectador levante la cabeza del plato: ¡°?Qu¨¦ opini¨®n crees que tiene la gente sobre ti?¡±. ¡°Me dej¨® de importar la primera vez que me hicieron da?o", respondi¨® Motos. "El que me quiera, que me quiera, y el que me tenga que odiar, que me odie cuanto antes¡±.
Nadie odia a Pablo Motos, pero es f¨¢cil constatar, en conversaciones sociales, c¨®mo a mucha gente le genera un inexplicable rechazo. En 2011, la desaparecida revista masculina FHM lo nombr¨® el ¡°peor comediante¡± de Espa?a tras hacer una encuesta entre sus lectores. No es sencillo explicar por qu¨¦, pero s¨ª adivinar que ¨¦l mismo podr¨ªa ser consciente de la imagen que proyecta. El pasado verano, varios medios de sociedad se hicieron eco de una noticia llamativa: que Motos hab¨ªa dejado en manos de una consultor¨ªa la gesti¨®n de su imagen p¨²blica, preocupado por las crecientes cr¨ªticas hacia su trabajo. Algo curioso para un personaje tan blindado, al que, seg¨²n cont¨®, ya no le importaba la opini¨®n de la gente.
Se dir¨ªa que el presentador se ha convertido en la diana de un odio casi especular: Espa?a es capaz de ver en ¨¦l sus peores caracter¨ªsticas. Por ejemplo, un machismo recalcitrante cuando tiene delante a una invitada que considera atractiva y que ni los tiempos del #MeToo han conseguido aplacar. Pregunt¨® a las protagonistas de Las chicas del cable si sab¨ªan bailar reguet¨®n, a Amaia Salamanca si le ¡°cambia un poco la actitud¡± por te?irse de rubia, a Pilar Rubio por su ropa interior, a Cristina Pedroche qu¨¦ pensaba hacer cuando se le cayese el pecho, a Elsa Pataky tambi¨¦n por su ropa interior, a Rosa L¨®pez por sus fotos en bikini. Cuando pregunt¨® a Jessica Chastain cu¨¢ndo se acabar¨ªa "la rivalidad" entre hombres y mujeres y ella le aclar¨® que no exist¨ªa tal cosa antes de elaborar un valioso discurso explicando por qu¨¦, ¨¦l respondi¨®: "Qu¨¦ guay".
Casi ning¨²n invitado a su programa tiene m¨¢s protagonismo que ¨¦l. Una f¨®rmula que, vistas las cuotas de audiencia y a saber por qu¨¦, le funciona, pero hace imposible catalogar su programa como un espacio de entrevistas
El Hormiguero, un programa dise?ado a medida de su presentador, tambi¨¦n convierte a Motos en una tipolog¨ªa de personaje egoc¨¦ntrico que todos conocemos. Casi ning¨²n invitado a su programa tiene m¨¢s protagonismo que ¨¦l. Una f¨®rmula que, vistas las cuotas de audiencia y a saber por qu¨¦, le funciona, pero hace imposible catalogar su programa como un espacio de entrevistas. Tal vez porque, simplemente, no es un buen entrevistador. Tampoco lo es Bert¨ªn Osborne, pero su f¨®rmula ha demostrado que un sof¨¢ y un poco de silencio son suficientes para que la conversaci¨®n se vuelva fluida e interesante entre dos personas. ¡°Lo que hay que hacer para vender libros¡±, exclam¨® con cierta molestia Xavier Sard¨¢ en febrero de 2017 durante una visita a El Hormiguero para promocionar su libro Una historia de la mala leche. ¡°?Ya est¨¢?¡±, pregunt¨® al terminar. ¡°?Es que nunca s¨¦ en qu¨¦ momento estamos!¡±, remach¨® Sard¨¢.
La respuesta es que en El Hormiguero siempre es el momento de Pablo Motos. Y tal vez por eso despierta unas reacciones tan iracundas: si bien otros presentadores con una personalidad muy fuerte y un enorme dominio de sus programas (pensemos en Jorge Javier V¨¢zquez) dejan de vez en cuando el protagonismo a sus invitados, esto no ocurre en El Hormiguero, donde en el mejor de los casos el equilibrio de importancia entre presentador y entrevistado ser¨¢ del 50%.
Otras estrellas han criticado directamente esa caracter¨ªstica del programa: son memorables los comentarios de los actores Jesse Eisenberg o Charlize Theron al respecto. Muchos tildan el programa de ca¨®tico, pero a Motos hay que alabarle un control absoluto sobre el producto que quiere hacer. Cuando se llev¨® el programa a Antena 3 desde Cuatro, donde se emiti¨® entre 2006 y 2011, el consejero delegado de Mediaset Paolo Vasile dijo sobre ¨¦l: ¡°Ten¨ªamos la consigna de no tocarle los cojones a Pablo Motos porque ya sab¨ªamos que era un tipo nervioso al que no se le pod¨ªa tocar nada de la escaleta¡±.
Los hay que tienen una conexi¨®n casi espiritual con Motos. Will Smith ha visitado el programa seis veces y cuenta con la ventaja de tener, probablemente, un ego igual de grande que el de Motos. Si otras estrellas siguen yendo, aunque el programa pueda haberse revelado como un extra?o t¨®tum revol¨²tum en el que se baila y se rompen cosas m¨¢s que se habla, es porque acudir a El Hormiguero es el impuesto revolucionario que una estrella debe pagar para ser visible en Espa?a: es el espacio de m¨¢s audiencia donde un artista puede promocionar su trabajo.
Un d¨ªa Motos hizo al actor Andrew Garfield una pregunta tan larga que el propio Pablo sinti¨® la necesidad de apostillar lo siguiente: ¡°A lo mejor he hablado mucho en la pregunta y no te he dejado sitio para la respuesta¡±. Garfield respondi¨®: "Creo que no hace falta contestar. Tu pregunta no requer¨ªa una respuesta".
Los espa?oles llevamos desde 2006 intentando adivinar de qu¨¦ va este programa y tuvo que venir un tipo desde Los ?ngeles a resumir el programa en 12 palabras.
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