Las m¨¢quinas que nos vigilan
Uno de los indicios claros de que algo inquietante est¨¢ ocurriendo se produce cuando las distop¨ªas comienzan a llegar al mundo real
Desde las novelas de Philip K. Dick hasta la serie Black Mirror,la ciencia ficci¨®n ha especulado sobre los l¨ªmites de la tecnolog¨ªa y el momento en que deja de ser una ayuda para convertirse en un problema. Uno de los indicios claros de que algo inquietante est¨¢ ocurriendo se produce cuando las distop¨ªas comienzan a llegar al mundo real. Y ese es el problema que plantean ahora mismo los sistemas de reconocimiento facial, una revoluci¨®n tecnol¨®gica que amenaza la privacidad de todos los ciudadanos en los espacios p¨²blicos.
Un hombre fue multado recientemente en Londres por cubrirse ante una c¨¢mara para evitar el reconocimiento facial, un incidente que fue filmado por la BBC. El Parlamento Europeo ha aprobado la creaci¨®n de una base de datos con los rostros de los 500 millones de habitantes de la UE, mientras que la Estaci¨®n Sur de autobuses de Madrid, por la que pasan 20 millones de personas, cuenta con un sistema de este tipo. China es el pa¨ªs donde el reconocimiento facial est¨¢ m¨¢s desarrollado (hay una c¨¢mara por cada siete habitantes) y se utiliza para el control de la poblaci¨®n en una situaci¨®n que se parece cada vez m¨¢s al Gran Hermano de George Orwell.
Primero se multiplicaron las c¨¢maras en los espacios p¨²blicos y luego se introdujeron sistemas cada vez m¨¢s sofisticados para poner un nombre a cada uno de esos rostros de la multitud. Esta tecnolog¨ªa no es solo capaz de reconocer a una persona de cerca ¡ªcomo ocurre para desbloquear algunos m¨®viles, en tiendas o en cajeros autom¨¢ticos¡ª, sino que tambi¨¦n puede localizar a alguien y conocer sus movimientos y los lugares que visita.
La reciente prohibici¨®n de estos sistemas por parte de la ciudad de San Francisco, donde est¨¢n basadas muchas de las multinacionales tecnol¨®gicas, ha lanzado la voz de alarma sobre las derivadas indeseadas de estos sistemas que, si bien es cierto que pueden ser un instrumento muy ¨²til contra el crimen, tambi¨¦n tienen la capacidad de laminar la privacidad. Este paso de San Francisco se produjo mientras algunos inversores de Amazon trataban de que la multinacional frenase la distribuci¨®n de su sistema Rekognition, uno de los m¨¢s eficaces del mercado, pero fracasaron. El debate sigue, pero el ojo del Gran Hermano se hace m¨¢s grande y m¨¢s preciso.
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