Una comuna ¡®hippie¡¯ okupa se instala en la mansi¨®n mallorquina de Boris Becker
El grupo lleva en la propiedad del gran campe¨®n de tenis un a?o
Huertos con vegetales para consumo propio, wifi, una zona de relax al aire libre y habitaciones acondicionadas con camas y mosquiteros para evitar las molestias del verano. El ciudadano alem¨¢n Georg Berres okupa desde hace un a?o Son Coll, la mansi¨®n que el tenista germano Boris Becker compr¨® en los a?os noventa en Art¨¢ (Mallorca). En los ¨²ltimos lustros la casa ha sido el centro de numerosos procesos judiciales derivados de la mala salud financiera del deportista y de las deudas que contrajo para completar su reforma. La mansi¨®n sali¨® a la venta hace unos a?os pero desde entonces ha permanecido en el m¨¢s absoluto abandono. Hasta la llegada de Berres y sus amigos.
El hombre de origen alem¨¢n okup¨® la finca de Son Coll hace ahora un a?o y despu¨¦s sum¨® a una pareja de amigos, tambi¨¦n de origen alem¨¢n. Seg¨²n publica el diario ?ltima Hora, actualmente tambi¨¦n viven en la propiedad una pareja con su hijo y otra chica joven, que residen en dos de las habitaciones del recinto. La comuna liderada por Berres es activa en sus redes sociales y asiduamente publican fotograf¨ªas y v¨ªdeos en los que se trasluce el estado de la finca, con habitaciones limpias y con poco mobiliario, amplias zonas para pasear y caballos pastando en las inmediaciones. Berres permite al resto de okupas vivir en la finca a cambio de trabajar algunas horas al d¨ªa en los huertos.
El tenista compr¨® esta finca situada en el norte de Mallorca a finales de los a?os noventa. Se trata de una propiedad que cuenta con 2.900 metros cuadrados, piscina, pista de tenis, gimnasio, establos y una edificaci¨®n para el servicio y los invitados, adem¨¢s de la casa principal. En su d¨ªa la adquiri¨® por un mill¨®n de euros y acometi¨® unas importantes obras de reforma, que anticiparon los muchos problemas que vendr¨ªan despu¨¦s. Una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Baleares le oblig¨® a demoler gran parte de lo construido, al constatar que las obras se hab¨ªan realizado sin permiso y salt¨¢ndose los l¨ªmites de edificaci¨®n estipulados en las licencias. Adem¨¢s, tuvo que pagar m¨¢s de medio mill¨®n de euros en multas por varias infracciones urban¨ªsticas.
Subasta p¨²blica
Sus problemas financieros fueron en aumento y provocaron que la propiedad saliera a subasta en 2012 por el impago de los 276.000 euros que adeudaba a la empresa que dise?¨® y mantuvo los jardines de Son Coll. Sin embargo, un acuerdo con los denunciantes en el ¨²ltimo momento permiti¨® al tenista paralizar la venta de la propiedad, que fue tasada por el juzgado en 8,5 millones de euros. No fue la ¨²nica amenaza de subasta, ya que dos a?os despu¨¦s la historia se repet¨ªa por otra deuda de medio mill¨®n de euros con la empresa que realiz¨® las reformas. El juzgado sac¨® de nuevo la finca a subasta p¨²blica y una vez m¨¢s, un pago de ¨²ltima hora le permiti¨® conservarla.
El tenista ha intentado vender la finca en los ¨²ltimos a?os, primero por 15 millones de euros y despu¨¦s por siete millones, aunque los intentos han resultado infructuosos ya que no ha aparecido ning¨²n comprador interesado. Para rematar la situaci¨®n financiera del extenista, en junio de 2017 un tribunal de Londres le declar¨® en bancarrota, a pesar de que solicit¨® una ¨²ltima oportunidad para pagar la deuda que contrajo para rehipotecar la finca. Por el momento, Berres y su comuna siguen instalados en el lugar y no tienen intenci¨®n de abandonarlo, aunque si el deportista reclama la propiedad afirman: ¡°Nos iremos y dejaremos que la disfrute¡±.
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