La pel¨ªcula que Van Damme intent¨® ocultar sigue sorprendiendo 35 a?os despu¨¦s

Un hombre estadounidense est¨¢ haciendo autostop en el sur de Francia cuando se detiene ante ¨¦l un peque?o descapotable de color naranja que conduce un joven de m¨²sculos de hierro. El coche, repetimos, es muy peque?o, as¨ª que los dos se sientan muy juntos mientras el joven musculoso arranca y comienza a conducir bajo el sol.

¡°Como otras estrellas que manipulan su filmograf¨ªa, Van Damme no tiene ningunas ganas de hablar de 'karateka gay', su personaje en 'Monaco Forever¡±, public¨® en 1995 la revista 'Entertainment Weekly'

¡°?Eres de por aqu¨ª?¡±, pregunta el conductor. ¡°?Qu¨¦ bonito est¨¢ el cielo!¡±, a?ade. Y, tras colocar su mano en su muslo, le comenta: ¡°?Haces deporte? Tienes muy buen cuerpo¡±. Poco despu¨¦s, va m¨¢s all¨¢ y planta la mano en sus genitales: ¡°?Buenas piernas!¡±, exclama.

Es demasiado para el estadounidense, interpretado por Charles Pitt, que se baja del coche y le reta a una pelea: ¡°Voy a ense?arte buenas maneras¡±. Mala decisi¨®n: no sabe que se est¨¢ enfrentando a un jovenc¨ªsimo Jean-Claude Van Damme (Berchem-Sainte-Agathe, B¨¦lgica, 1960), que se har¨ªa famoso pocos a?os despu¨¦s con el sobrenombre de "los m¨²sculos de Bruselas". Cuando le dice ¡°?vamos, maric¨®n, pelea!¡±, Van Damme comienza a propinar sus famosas patadas voladoras al aire, deteni¨¦ndose a escasos cent¨ªmetros de su cara. El estirado estadounidense comienza a correr a c¨¢mara r¨¢pida por la campi?a francesa huyendo de ¨¦l. Van Damme, haciendo gala de una pluma exagerada, se r¨ªe y se aleja caminando.

Monaco Forever (1984) la pel¨ªcula en la que se encuentra esta escena, no ser¨ªa recordada hoy por absolutamente nada si no fuese porque aquel actor que hac¨ªa de karateka gay acab¨® convirti¨¦ndose en una de las estrellas de acci¨®n m¨¢s famosas del mundo. La pel¨ªcula ha sido reeditada posteriormente, colocando en su portada a Van Damme aunque solo aparezca un par de minutitos.

Lo que sucedi¨® despu¨¦s fue uno de los auges y ca¨ªdas m¨¢s r¨¢pidos y dolorosos que se recuerdan en Hollywood. Van Damme convirti¨® en ¨¦xitos una serie de pel¨ªculas de acci¨®n de bajo presupuesto e hizo que Hollywood se fijase en ¨¦l. Tras el ¨¦xito de Soldado universal (1992) y Timecop: polic¨ªa en el tiempo (1994), Van Damme estaba en todo lo alto. Acud¨ªa a fiestas con Cindy Crawford, era la estrella invitada en Friends y ocupaba portadas de revistas tan influyentes como The Face.

Entonces, cuando Universal Pictures le ofreci¨® un contrato millonario de tres pel¨ªculas a raz¨®n de 12 millones de d¨®lares por cada una, ¨¦l exigi¨® 20. Igual que Jim Carrey, el actor mejor pagado de Hollywood en aquel momento.

Por aquel entonces, Van Damme ocultaba Monaco Forever, sin saber que un d¨ªa Internet y YouTube se convertir¨ªan en una hemeroteca implacable. ¡°Preg¨²ntale a Jean Claude Van Damme sobre su primera pel¨ªcula y te dir¨¢ que es No Retreat, No Surrender, de 1986¡±, escribi¨® el periodista George Mannes en Entertainment Weekly en 1995. ¡°Como otras estrellas que manipulan su filmograf¨ªa, Van Damme no tiene ninguna gana de hablar de 'karateka gay', su personaje en Monaco Forever¡±.

La hoy famosa escena de Van Damme en 'Monaco Forever' (1984), en la que el actor interpreta a un "karateka homosexual".

Van Damme no quiso hablar (ni entonces ni nunca) de esa pel¨ªcula en p¨²blico, pero s¨ª se puso en contacto con el distribuidor Marc Bruder cuando se enter¨® de que, a rebufo del ¨¦xito de Blanco humano (1993), hab¨ªa comprado los derechos de Monaco Forever y planeaba distribuirla en Estados Unidos (por la espectacular suma de 30 d¨®lares, unos 25 euros hoy que en aquella ¨¦poca eran mucho m¨¢s). ¡°La gente de Van Damme me contact¨® y me preguntaron qu¨¦ pod¨ªan hacer para que la pel¨ªcula no viese la luz. Yo les ped¨ª una determinada cantidad de dinero y nunca volvieron a responderme¡±, cont¨® el productor.

Las ¨ªnfulas de Van Damme al querer ser el actor mejor pagado de la industria, los decepcionantes resultados de las pel¨ªculas que estren¨® en la segunda mitad de los noventa y su adicci¨®n a la coca¨ªna y tumultuosa vida personal acabaron apuntalando su destierro. Durante la primera d¨¦cada del siglo XXI sus pel¨ªculas se produjeron directamente para el videoclub y fueron ignoradas por la cr¨ªtica y el p¨²blico generalista, con una gloriosa excepci¨®n: JCVD (2008).

JCVD, cuyo nombre son las siglas del actor, es un filme belga donde Van Damme se interpreta a s¨ª mismo como un actor de acci¨®n acabado que vuelve a su ciudad natal y se ve envuelto en un atraco. En una magn¨ªfica escena, Van Damme comienza a flotar hasta el techo y ejecuta un mon¨®logo en el que habla de su vida sin tapujos: el ¨¦xito, el fracaso, las mujeres, la droga...

Pese a que la pel¨ªcula fue estrenada directamente en DVD, como casi la totalidad del resto de su producci¨®n reciente, Van Damme vio por primera vez a la cr¨ªtica rendida a sus pies. Richard Corliss, el temido cr¨ªtico de la revista Time, posicion¨® su interpretaci¨®n como la segunda mejor de aquel a?o por detr¨¢s de la de Heath Ledger en El caballero oscuro. ¡°Vi el dolor en sus ojos, me hizo llorar¡±, dijo Nicolas Cage durante una entrevista sobre el trabajo del actor de acci¨®n.

Estos ¨²ltimos a?os en su filmograf¨ªa ha seguido habiendo lugar para la acci¨®n directa a v¨ªdeo (con casi 20 pel¨ªculas es uno de los actores m¨¢s ocupados de Europa), su regreso a Hollywood (fue el villano de Los mercenarios 2 en 2012) y un espectacular anuncio de Volvo que se volvi¨® viral y hoy acumula casi 100 millones de visualizaciones (este, en el que ejecuta su famoso spagat sobre dos camiones en marcha).

El verano pasado sorprendi¨® con unas declaraciones poco propias de un actor que se hab¨ªa abierto ante los espectadores y que hab¨ªa debutado interpretando a un personaje homosexual. ¡°?Hombres que se casan con otros hombres? Hombres que se casan [entre ellos], mujeres que se casan, perros que se casan¡­¡±, exclam¨® en la televisi¨®n francesa para indignaci¨®n de los telespectadores. ¡°Tengo muchos amigos gais. Si quieren casarse, por m¨ª vale. La cuesti¨®n es: si todos los chicos se casaran entre ellos y las chicas entre ellas, ?c¨®mo ¨ªbamos a tener hijos?¡±, a?adi¨®.

Hoy Van Damme mantiene sus m¨²sculos junto a un rostro ya propio de un hombre de casi 60 a?os. Un rostro de un actor de car¨¢cter que puede dar momentos grandiosos si le dan la oportunidad y un hombre luchador y simp¨¢tico que puede conquistar al gran p¨²blico de nuevo... si se piensa dos veces lo que dice ante las c¨¢maras de televisi¨®n.