M¨¢s que por necesidad, por virtud
Un acuerdo estable entre el PSOE y Unidas Podemos es la opci¨®n m¨¢s coherente para corregir las pol¨ªticas sobre la redistribuci¨®n de la riqueza. El Gobierno debe asegurar el di¨¢logo entre partidos y Administraciones
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Espa?a ha concluido un largo ciclo electoral tras varios a?os de inestabilidad pol¨ªtica e incapacidad manifiesta de gestionar la nueva realidad posbipartidista. El ciclo concluye con una cierta recomposici¨®n de la correlaci¨®n de fuerzas en el ¡°bloque progresista¡± ¡ªreforzando con nitidez al PSOE¡ª y una disgregaci¨®n del voto liberal conservador en tres partidos entre los que irrumpe ¡ªlimitadamente, eso s¨ª¡ª uno de car¨¢cter extremista que ha sido capaz de contaminar el discurso pol¨ªtico de sus presumibles socios.
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En todo caso, el nuevo mapa pol¨ªtico demanda acuerdos estables que garanticen una legislatura normalizada y que afronten los retos fundamentales del pa¨ªs. Y eso debe hacerse con una visi¨®n estrat¨¦gica de la que adolecemos desde hace bastante tiempo. Para CC OO estos retos pasan, en primer lugar, por hacer frente a la desigualdad creciente instalada y a la precariedad laboral y vital que afecta a millones de personas de forma cada vez m¨¢s cronificada. En segundo lugar, por abordar las reformas y la adecuaci¨®n regulatoria y de incentivos ante los profundos cambios que se est¨¢n dando en la econom¨ªa y en la sociedad.
La lucha contra la desigualdad y la precariedad pasa por una correcci¨®n de las reformas impuestas llevadas a cabo entre el a?o 2010 y 2014. Dos reformas laborales, particularmente la de 2012 y la de pensiones en 2013, que se instaron desde ¨¢mbitos supranacionales pensando en la devaluaci¨®n interna de un pa¨ªs sometido a una intensa presi¨®n en los mercados de deuda. Ambas se hicieron desde una intenci¨®n evidente: reducir los costes salariales y aligerar en gasto en pensiones mediante una reducci¨®n sostenida de las mismas.
Espa?a necesita reformas de calado: revisi¨®n del Estatuto de los Trabajadores y de formaci¨®n profesional
Un reciente informe de la OCDE relacionaba el mejor comportamiento de la econom¨ªa espa?ola respecto a otras en la recuperaci¨®n salarial relativa ¡ªlos convenios colectivos firmados suponen ganancia de poder adquisitivo, el SMI impulsa al alza los salarios m¨¢s bajos¡ª, as¨ª como en la revalorizaci¨®n de este a?o en las pensiones bas¨¢ndose en el IPC.
Sin embargo, las reformas estructurales lo son porque est¨¢n pensadas m¨¢s all¨¢ de la coyuntura. Si no se deroga la reforma de pensiones, ¨¦stas volver¨¢n a perder poder de compra. Si no se corrige la reforma laboral, ser¨¢ muy complicada una recuperaci¨®n salarial sostenida. La mejora de los saldos exteriores de la econom¨ªa espa?ola no puede basarse en una reducci¨®n salarial que es incompatible con un vigor en nuestra demanda interna y una mejora de las tasas de ahorro. CC?OO va a exigir que el Gobierno y la mayor¨ªa parlamentaria impulsen estas correcciones. En la anterior legislatura, tras la moci¨®n de censura, se aleg¨® que no exist¨ªa una mayor¨ªa parlamentaria para ejecutar los compromisos adquiridos. Bien, ahora existe. Ejec¨²tense.
Pero somos conscientes de que no todo puede ir de correcciones y derogaciones. La econom¨ªa espa?ola y, por tanto, el mundo del trabajo y la mayor¨ªa social, se enfrentan a profundos cambios en las formas de producir, distribuir, aprender, innovar...
Espa?a necesita abordar algunas reformas estrat¨¦gicas de calado. Una de ellas ser¨ªa la revisi¨®n del Estatuto de los Trabajadores, que algunos denominan, con cierta pompa, ¡®para el Siglo XXI¡¯. Otra, una revisi¨®n de nuestro modelo de formaci¨®n profesional y para el empleo sabiendo que la cualificaci¨®n permanente, a lo largo de toda la vida, es una variable clave ante el salto tecnol¨®gico y de digitalizaci¨®n aplicada a la producci¨®n. De importancia capital ser¨ªan las pol¨ªticas transicionales, energ¨¦ticas, ecol¨®gicas, de empleo, industriales, que nos someten a cambios y tensiones que hay que pactar. Adem¨¢s, debemos afrontar la reducci¨®n de la brecha fiscal con la Uni¨®n Europea, que nos lleva a recaudar casi ocho puntos de PIB menos que nuestro entorno. Y, por ¨²ltimo, la suficiencia financiera de un sistema p¨²blico de pensiones que, cuando a¨²n no ha salido de los efectos de la crisis de empleo, se enfrenta ya a los efectos previsibles de la jubilaci¨®n de generaciones m¨¢s numerosas, con mayor esperanza de vida y bases de cotizaci¨®n m¨¢s altas. Todas estas materias y algunas otras exigen de una cierta calma prospectiva en la pol¨ªtica espa?ola.
CC OO no demanda pasivamente a la pol¨ªtica; ofrece la legitimidad de nuestra funci¨®n constitucional
Para CC?OO, estos escenarios de cambios para el corto y el largo plazo se deben abordar desde la convicci¨®n del papel insustituible de los agentes sociales y los marcos de di¨¢logo social. No demandamos pasivamente a la pol¨ªtica. Ofrecemos la legitimidad de nuestra funci¨®n constitucional como primera organizaci¨®n social del pa¨ªs en tasas de afiliaci¨®n y primer sindicato espa?ol por representatividad, para abordar negociaciones tripartitas. Emplazamos a la CEOE a jugar el papel que le corresponde. No debi¨¦ramos caer nadie en la tentaci¨®n de buscar alg¨²n ventajismo en la situaci¨®n pol¨ªtica tras el ciclo electoral y los resultados de las elecciones generales. M¨¢s bien reivindicar la autonom¨ªa, que no indiferencia, de los agentes sociales para poner de relieve nuestro papel democr¨¢tico.
Pero hay una segunda convicci¨®n con la que afrontar la tarea: este proceso de modernizaci¨®n inclusiva del pa¨ªs debe hacerse desde una perspectiva progresista. Necesitamos un Gobierno estable, sustentado en una mayor¨ªa parlamentaria que desarrolle un programa s¨®lido y monitorizable, que sirva para salir del periodo de inestabilidad de los ¨²ltimos tres a?os.
Solicitamos que un acuerdo estable entre el PSOE y Unidas Podemos sea el vector central de la legislatura porque es la opci¨®n m¨¢s coherente para corregir pol¨ªticas en relaci¨®n con la distribuci¨®n y redistribuci¨®n de la riqueza. En esta tarea deber¨¢ recabar m¨¢s apoyos, obviamente. Adem¨¢s, debe tener amplitud de miras ante las reformas estrat¨¦gicas que trascienden la duraci¨®n de una legislatura o van m¨¢s all¨¢ de las atribuciones competenciales de la Administraci¨®n central. O lo que es lo mismo, un Gobierno capaz de asegurar el di¨¢logo pol¨ªtico entre distintos partidos y entre administraciones.
En esta legislatura est¨¢ en juego restablecer la confianza de la ciudadan¨ªa en las instituciones democr¨¢ticas. Si no se consiguiera, la opci¨®n antipol¨ªtica tendr¨ªa un peligroso sesgo conservador. El neoliberalismo ha sido un enorme disolvente de lealtades colectivas y fragmentaci¨®n social que, tras la catarsis de la crisis econ¨®mica y sus consecuencias en funci¨®n de mayor desigualdad, rupturas aspiracionales y precarizaci¨®n de la vida, ha abierto la puerta a una nueva dualidad sociopol¨ªtica: las tentaciones reaccionarias, que en forma de identidades cerradas, neonacionalismos e individualismo son un riesgo que atraviesan Espa?a y los pa¨ªses de nuestro entorno. En sentido inverso, la oportunidad progresista, que pasa por una reconstrucci¨®n de un contrato social que nos dote de certezas y protecci¨®n de las contingencias de la vida desde un modelo solidario. El sindicalismo tiene clara su opci¨®n. Hagamos de la necesidad, virtud.
Unai Sordo es secretario general de CC OO
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