No debi¨® mencionarme
Sobre el art¨ªculo titulado El jefe del Ej¨¦rcito de Colombia dirigi¨® una brigada acusada de matar civiles, publicado el pasado 5 de junio, y escrito por Francesco Manetto, en donde se?alan de manera expl¨ªcita mi nombre con presuntos casos de violaciones a los derechos humanos, afirmaci¨®n que no guarda relaci¨®n alguna con la realidad, es necesario aclarar tal aseveraci¨®n, toda vez que el art¨ªculo period¨ªstico presenta afirmaciones y contiene una redacci¨®n acusativa y confusa que llev¨® a los lectores de su pa¨ªs, del m¨ªo y a nivel internacional a sacar conclusiones equ¨ªvocas y por dem¨¢s alejadas de la verdad.?
Tales confusiones parten desde el mismo titular que es impreciso por cuanto afirma que dirig¨ª la unidad militar a la cual hace menci¨®n el periodista en su art¨ªculo, pero contradictoriamente en unas l¨ªneas siguientes cita ¡°(...) cuando el general era segundo comandante y jefe del estado mayor de la brigada (...)¡±.
La presentaci¨®n de una noticia en un diario tan prestigioso como este, en la que desde el titular se distorsiona la realidad y no refleja su propio contenido, induce al lector y particularmente a aquellos que no conocen el funcionamiento de nuestra Instituci¨®n Militar a conclusiones erradas. Reitero, como lo he hecho en m¨²ltiples oportunidades, que nunca fui comandante o dirig¨ª dicha unidad militar.
Confirmo mi respeto por la informaci¨®n brindada por los medios de comunicaci¨®n; sin embargo, es importante que lo divulgado corresponda a la realidad. En diferentes oportunidades de manera abierta, ciara y transparente he comunicado que mi cargo en la unidad mencionada ten¨ªa funciones administrativas y no estaba relacionado con el desarrollo de operaciones militares, en el art¨ªculo lo menciona, pero insiste en vincularme a ese respecto al hacer referencia a los casos, por ejemplo:
1.<TB>¡°(...) 23 casos cuando el general era segundo comandante¡±
2.<TB>¡°(...) seg¨²n los documentos a los que ha tenido acceso este diario, la D¨¦cima Brigada Blindada que dirigi¨® el militar (...)¡±;
3.<TB>¡°(...) el 21 de enero de 2006, dos d¨ªas antes de que Mart¨ªnez Espinel dejara el cargo al frente de la D¨¦cima Brigada (...)¡±, y contin¨²a narrando una situaci¨®n vinculada al tema de ejecuciones extrajudiciales, en estos dos ¨²ltimos, insiste en que era comandante.
Finalmente, el sentido de esta carta es reflejar mi preocupaci¨®n en pro de la informaci¨®n que permita al lector conocer la realidad, pues su periodista tuvo acceso a los certificados recientes expedidos por las autoridades encargadas en mi pa¨ªs de investigar y administrar justicia, en los que claramente pod¨ªa constatar que por temas relacionados con derechos humanos no tengo investigaci¨®n, sanci¨®n ni impedimento alguno por parte de Fiscal¨ªa, Procuradur¨ªa, Justicia Penal Militar, ni Justicia Especial para la Paz, instituciones que hacen parte de la rama judicial colombiana.
En otras palabras, el periodista conoc¨ªa mi situaci¨®n jur¨ªdica, de la que insisto no he tenido ni tengo vinculaci¨®n alguna en cualquiera de esos casos, y aun as¨ª dej¨® en entredicho mi nombre, cuando no debi¨® ni siquiera mencionarme. Incluso a esta conclusi¨®n se puede llegar no solamente por la lectura de los documentos, sino por las mismas declaraciones que sobre estos casos he dado en diferentes medios de comunicaci¨®n.
Dichas afirmaciones erradas, alejadas de la realidad han afectado no solo mi reputaci¨®n y la de mi familia a nivel nacional e internacional, sino tambi¨¦n la de una instituci¨®n bicentenaria con m¨¢s de 250.000 hombres y mujeres que cumplen todos los d¨ªas de manera abnegada la misi¨®n constitucional, con irrestricto cumplimiento y apego a la ley.
Todo ser humano, incluso los soldados de Colombia, y en mi caso particular, merecemos la protecci¨®n de nuestros derechos fundamentales, entre ellos el de la dignidad humana, y en t¨¦rminos jur¨ªdicos, en un Estado Social de Derecho, los de presunci¨®n de inocencia y debido proceso no solamente por las autoridades judiciales de quienes siempre atender¨¦ sus requerimientos y llamados, sino de quienes en t¨¦rminos de veracidad cumplen a diario la honorable tarea de informar.
En los t¨¦rminos ya expresados, extiendo mi reclamaci¨®n y absoluto rechazo para que estos no sean vulnerados.
General Nicacio de Jes¨²s Mart¨ªnez Espinel. Comandante del Ej¨¦rcito Nacional de Colombia
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