Geopol¨ªtica para CEOS

El mundo se ha convertido en un lugar tan complejo para las empresas que todas deber¨ªan tener una direcci¨®n geopol¨ªtica, encarnada adem¨¢s en el mism¨ªsimo consejero delegado (los CEOS, en la jerga anglosajona). As¨ª lo afirma un informe elaborado por KPMG y Eurasia Group, dos grandes consultoras globales. El chief geopolitical officer, como ellos lo llaman, tendr¨ªa la obligaci¨®n de incorporar la pol¨ªtica global a la estrategia empresarial, de llevarla al consejo de administraci¨®n, en un entorno en el que los altos directivos se han convertido en actores pol¨ªticos de primera divisi¨®n (que se lo digan a Mark Zuckerberg).

No es que la pol¨ªtica haya sido ajena a la empresa hasta ahora, pero la velocidad y la profundidad de los cambios en el panorama global, la envergadura de las amenazas imprevistas, requieren una nueva actitud, mucho m¨¢s comprometida, mucho m¨¢s concienzuda. Ah¨ª est¨¢n, sin ir m¨¢s lejos, los vaivenes de los ¨²ltimos a?os en los nuevos tratados comerciales, como el Transpac¨ªfico (TPP) o el Transatl¨¢ntico (TTIP), o en los viejos, como el de Norteam¨¦rica. O la famosa guerra comercial entre Estados Unidos y China lanzada por Donald Trump.

Se podr¨ªa pensar que al menos las grandes multinacionales ya ten¨ªan incorporada una figura que asumiera esa visi¨®n y ese liderazgo, pero es mucho suponer. La presi¨®n por los resultados a la que est¨¢n sometidas las directivas relega a menudo el an¨¢lisis al propio sector empresarial y a los pa¨ªses del mundo en los que operan, sin capacidad para preocuparse por lo que ocurre un poco m¨¢s all¨¢.

En Espa?a, donde la visi¨®n global, en general, es un bien escaso, tampoco es diferente. Es cierto que nuestras grandes corporaciones son pocas, en comparaci¨®n con las de otros pa¨ªses, y su internacionalizaci¨®n es relativamente nueva ¡ªcomenz¨® en los noventa¡ª; pero no es f¨¢cil ver primeros ejecutivos espa?oles ¡ªmucho menos ejecutivas¡ª en foros de debate internacional como puede ser Davos.

Y no deber¨ªa ser cosa solo de las grandes. La econom¨ªa espa?ola sali¨® de la crisis, en gran medida, por el esfuerzo exterior de miles de empresas que encontraron en otros mercados las oportunidades que no hab¨ªa en este. Un impulso que deber¨ªa consolidarse.

Las que lo han entendido perfectamente son las empresas chinas. Seg¨²n el ?ndice de Multinacionales Emergentes de la Universidad de Cornell, China ha triplicado su presencia en la lista de las 500 empresas globales de la revista Fortune en solo ocho a?os, acerc¨¢ndose mucho al n¨²mero de norteamericanas. Adem¨¢s, se est¨¢n colocando en los primeros puestos mundiales en sectores tan estrat¨¦gicos como la banca, la ingenier¨ªa, la miner¨ªa, el petr¨®leo o los metales. No hay que olvidar que el principal accionista de muchas de estas firmas es el Estado. Ellos s¨ª que comprenden bien el v¨ªnculo entre pol¨ªtica y empresa.