Fuera del alcance de los ni?os
En el pensamiento criminal de creer que hay una ideolog¨ªa de g¨¦nero est¨¢ el trasfondo no s¨®lo de la negaci¨®n sino del exotismo
A m¨ª me parece no s¨®lo grave sino divertido que la diputada auton¨®mica Roc¨ªo Monasterio, del partido antiautonomista Vox, sea la pr¨®xima consejera de Educaci¨®n del Gobierno de Madrid, si ese es su deseo. Y proceda desde el poder, como ocurre en el resto de Espa?a desde la oposici¨®n o la insignificancia, a abolir, matizar o, mejor a¨²n, promover la educaci¨®n sexual de los ni?os seg¨²n los par¨¢metros ideol¨®gicos correspondientes. No por ver a las criaturas convertidas en conejillos de Indias de experimentos educativos de los a?os cuarenta, sino por ver a esas mismas criaturas volcar esas teor¨ªas bajo la voz en off con la que acababa Jurassic Park: ¡°La vida siempre se abre paso¡±. Y detr¨¢s de la vida, casi pegada, el sexo.
Muchas de las guerras que en Espa?a ha vuelto a levantar la extrema derecha y su influencia en los partidos que pactan con ella son ilusorias, presa de una nostalgia inacabada que reclama menos atenci¨®n de la que debiera. El sexo no es Madrid Central, ni la masturbaci¨®n unos impuestos que se puedan quitar, ni empezar a tocarse con tu amigo o tu amiga la peatonalizaci¨®n de Pontevedra. Es tan importante que desborda la influencia pol¨ªtica, y al mismo tiempo necesita de ella, de su injerencia, para evitar la reproducci¨®n de prejuicios, conductas y perpetuaci¨®n de roles instaurados y recibidos como ¨²nicos. ¡°El pap¨¢ que se siente orgulloso de que su hijo sea un machito, pero le preocupa que su princesa se acueste con m¨¢s de uno o dos. La mam¨¢ que sacraliza el sexo y transmite a la hija que no se lo d¨¦ a nadie que no lo merezca¡±, escribe Olga Carmona en este peri¨®dico en un art¨ªculo sobre los riesgos de no querer asumir la educaci¨®n sexual.
Lo explic¨® estos d¨ªas el director de Ordenaci¨®n Acad¨¦mica del Gobierno asturiano, Francisco Laviana, a quien desde Vox se le intent¨® montar una hoguera por fomentar las ¡°relaciones sexuales adolescentes variopintas y la masturbaci¨®n¡±, nada diferente a lo que ocurre cada vez que un taller de sexualidad dirigido a menores se pone en marcha en cualquier parte, con la salvedad de que con ¡°relaciones sexuales variopintas¡±, conociendo el percal, el dirigente pol¨ªtico igual se refiere al sexo con medusas. ¡°Nosotros¡±, dijo el educador Laviana a La Voz de Asturias, ¡°no vamos a ense?ar en clase a los chicos y a las chicas a masturbarse, pero s¨ª hay que hablar de la masturbaci¨®n, porque lo van a hacer igual. Por no hablar de ello ?creemos que no lo van a hacer? Una cosa es que tu convicci¨®n religiosa te diga que el sexo es s¨®lo para procrear, pero tienes que seguir sabiendo lo mismo, tienes que ser consciente de que puede haber una pr¨¢ctica de riesgo, ser consciente de que la masturbaci¨®n existe, de que no puedes forzar a una persona a tener relaciones si no quiere¡±.
Dicho lo cual, en el pensamiento criminal de creer que hay una ideolog¨ªa de g¨¦nero por explicarle a los ni?os (tambi¨¦n ni?as trans, y ni?os trans) que lo que ven por la calle no es lo normal ¡ªporque tambi¨¦n hay chicas que se enamoran de chicas y chicos de chicos, aunque no los vea de la mano ni bes¨¢ndose por las calles de sus pueblos y sus ciudades (no, Chueca no es Espa?a)¡ª est¨¢ el trasfondo no s¨®lo de la negaci¨®n sino del exotismo: que la diversidad lo siga siendo a condici¨®n de que se pueda se?alar, ya sea para sugerir su cura o para aislarla como desperfecto biol¨®gico, manteni¨¦ndose fuera del alcance de los ni?os. Cuando lo que hay que mantener lejos de ellos es una ideolog¨ªa de odio muy concreta.
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