La negociaci¨®n va por territorios
Casi parecer¨ªa que hay a quien Madrid no le deja ver el bosque
La casi totalidad del poder municipal est¨¢ repartido y es hora de hacer balance. Si se toman los 200 municipios m¨¢s poblados, el PSOE gana poder pasando de 91 a 104 alcald¨ªas. Por su parte, los populares han retrocedido de 52 a 40, pero pactado algunas plazas tan importantes como Madrid, Zaragoza o C¨®rdoba. Ciudadanos ha conseguido seis ciudades, algunas por dos a?os, como Palencia, Melilla o Granada. Mientras, las confluencias de Podemos, que se desploman, retienen C¨¢diz o Barcelona y Comprom¨ªs aguanta Valencia.
El PNV ha consolidado su hegemon¨ªa en el Pa¨ªs Vasco y, cegados por la Ciudad Condal, ha pasado inadvertido que ERC controla casi la mitad de las alcald¨ªas catalanas, incluyendo Lleida y Tarragona. Por lo tanto, el poder local en Espa?a est¨¢ bastante repartido y ha girado algo m¨¢s a la izquierda (?hay vida fuera de Madrid!).
De cara a futuras negociaciones hay que recordar que la carta municipal, que est¨¢ sobre la mesa, es presa. La raz¨®n es simple: si no existe una coalici¨®n alternativa en el pleno, los alcaldes est¨¢n blindados. Por lo mismo que en Burgos y Huesca las puede ganar la derecha si retoma su pacto a tres, el alcalde de Madrid podr¨ªa incumplir tranquilamente su acuerdo con Vox porque la moci¨®n de censura, al ser constructiva, supondr¨ªa investir a un candidato de la izquierda y eso la hace inviable.
Diferente es la arena auton¨®mica, que permite recurrir a abstenciones o amagar con la repetici¨®n electoral, a?adiendo m¨¢s alternativas. En el balance final parece que los socialistas ganar¨¢n los Gobiernos de La Rioja, Canarias y (quiz¨¢) Navarra,?pero, de nuevo, sin que nadie se salga de la pol¨ªtica de bloques.
La estrategia de Ciudadanos ha tenido mucho que ver con esto ¨²ltimo porque ha preferido no emplear su posici¨®n central en un sistema de cinco partidos. Al cerrarse de entrada a pactar con el PSOE ha perdido poder negociador (sin siquiera amagar para subir su precio o pedir presidencias) y este veto le ha obligado a acercarse a Vox, lo que necesariamente le desgasta.
Esta ¨²ltima contradicci¨®n de Ciudadanos, que plantean como inevitable en la Comunidad de Madrid, ni de lejos lo era en otros territorios. En la Regi¨®n de Murcia PSOE y Cs llegar¨ªan juntos a la absoluta, pero al negociar s¨®lo con el PP ha hecho imprescindible el concurso de la extrema derecha. En Castilla y Le¨®n, donde Vox no era necesario, Cs lo ha metido en la ecuaci¨®n al pedir las alcald¨ªas populares de Palencia y (no consumada) Burgos.
Pero, adem¨¢s, esto aboca a Ciudadanos al imposible de vender cambio y regeneraci¨®n entrando en coalici¨®n con quienes llevan d¨¦cadas gobernando Castilla y Le¨®n o Murcia. Despu¨¦s de todo, no es problem¨¢tico que Ciudadanos pacte con el PP, muchos de sus votantes tienen ese origen, sino m¨¢s bien que apliquen el mismo molde, encaje o no, a todos los territorios. Casi parecer¨ªa que hay a quien Madrid no le deja ver el bosque.
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