?La belleza!
No todo son ventajas para la gente bella; en algunos casos la armon¨ªa de sus rasgos provoca en la persona que los observa par¨¢lisis e, incluso, ganas de huir
La belleza abruma e intimida, esto es una certeza, como cuando est¨¢s fregando y abres el grifo sabiendo que irremediablemente el chorro ir¨¢ directo a la cuchara (la ¨²ltima vez que fregu¨¦, la cuchara estaba en la encimera y el chorro hizo un doble looping).
Como dec¨ªa, no todo son ventajas para la gente bella; en algunos casos la armon¨ªa de sus rasgos provoca en la persona que los observa par¨¢lisis e, incluso, ganas de huir. ?No les sucede que cuando aparece en televisi¨®n Albert Rivera se apoderan de ustedes unas ganas irrefrenables de cambiar de canal? Pues ya saben a qu¨¦ se debe.
El otro d¨ªa grab¨¦ con la actriz Kira Mir¨® un episodio de la segunda temporada de Cap¨ªtulo 0, la serie que perpetro con mi compinche Ernesto Sevilla para Movistar (la dirige ¨¦l, por cierto, y a m¨ª me parece bien porque mientras hace esto pues no hace otras cosas).
Una de las escenas en cuesti¨®n era de amor. La acotaci¨®n del guion rezaba lo siguiente: ¡°La cortina ondea mecida por el viento. El eco de un saxof¨®n se cuela sinuoso por la ventana. Nuestros protagonistas, presos de una pasi¨®n irrefrenable, clavan sus pupilas el uno en el otro y se funden en un abrazo apasionado. Fundido a negro¡±.
Mentir¨ªa si dijera que sali¨® bien a la primera, repetimos unas 37 veces la toma (toma arriba, toma abajo). No quiero se?alar culpables (son vicisitudes propias de un rodaje), pero mi partenaire se mostr¨® inquieta. En el instante m¨¢s rom¨¢ntico, cuando se supone que deb¨ªamos mirarnos fijamente, ella dirig¨ªa sus ojos hacia el techo. Se lo hice saber y aunque me asegur¨® que no hac¨ªa tal cosa, yo segu¨ªa notando su mirada esquiva. Bien sabe Dios que intent¨¦ no salirme del papel. ¡°Por la calle de la A, me encontr¨¦ con la M, que me dijo que la O, es amiga de la R¡± repet¨ªa una y otra vez mentalmente, pero nada, la toma se malograba sin remedio. No entend¨ª el porqu¨¦, pero ahora todo est¨¢ meridiano.
Querida Kira:
No te culpes por lo que te sucedi¨® el otro d¨ªa en el rodaje, simplemente te abrum¨® mi belleza. Contemplar mi mandorla de cerca no es moco de pavo. Ahora soy consciente de que mi guapura conlleva una gran responsabilidad, pero en ese momento no supe lo que estaba sucediendo; me sent¨ª confuso y por eso los gritos y los portazos.
Quiero que sepas que te perdono porque la belleza y la bondad van de la mano.
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