Tanto odio
Batido de uno y otro flanco, Pedro S¨¢nchez permanece agarrado al azar de s¨ª mismo
Van bien peinados, visten ropa de marca, besan todav¨ªa las manos a las se?oras, han aprendido de ni?os a manejar el cubierto del pescado, puede que usen un perfume caro, pero sus ideas pol¨ªticas huelen a choto machista, a sudor taurino, a franquismo revenido. No se reconocen de extrema derecha y menos como ultras o fachas, aunque m¨¢s a la derecha de Vox ya solo est¨¢ el tabique o el precipicio. En cualquier espacio de la pol¨ªtica en que este partido aporte una m¨ªnima presencia todo va a saber a Vox, porque es como el ajo, un condimento tan dominante que basta con un solo diente para que su sabor se apodere de todo el guiso. Ha llegado a las instituciones como un recuelo franquista encaramado a hombros del Partido Popular gracias a Ciudadanos, un partido que vino con un talante liberal a airear los viejos odres de la derecha anquilosada y ha acabado siendo un exacerbado mamporrero de esta obscena coyunda. Por otro lado est¨¢ Podemos, una grey pol¨ªtica que trata de entrar en el Gobierno sin haberse quitado de encima la sensaci¨®n de estar todav¨ªa bebiendo cerveza a morro en los bares de Lavapi¨¦s. Su jefe de filas es una criatura medi¨¢tica fabricada por las c¨¢maras, gracias a su locuacidad imbatible. Aunque un d¨ªa Pablo Iglesias se presentara con su cogote esculpido a navaja, prueba de su integraci¨®n en el sistema, es dif¨ªcil imaginarlo callado ante un micr¨®fono a la salida del Consejo de Ministros sin intentar segarle la hierba bajo los pies al Partido Socialista, dado su car¨¢cter. Batido de uno y otro flanco, Pedro S¨¢nchez permanece agarrado al azar de s¨ª mismo. La derecha le empuja a abrazarse a los independentistas para poder achicharrarlo y es como si los curas te obligaran a pecar para poder mandarte al infierno. Este verano los p¨¢jaros caer¨¢n ya fritos del tejado y no ser¨¢ por el calor sino por tanto odio pol¨ªtico consolidado.
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