Culta
Visto lo visto, llego a la iconoclasta conclusi¨®nde que la tele nos hace pensar. En qu¨¦ ya no sabr¨ªa decirlo.
En casa vemos concursos que exhiben la cultura de quienes participan. La cultura, entendida como conocimiento acumulado, sirve para ir sumando dinero. O para hacer el rid¨ªculo cuando no sabemos, por ejemplo, que el ¨²ltimo campe¨®n de liga fue el Bar?a. El otro d¨ªa, despu¨¦s de escandalizarme porque una se?ora no conoc¨ªa a Jimmy Hendrix, acab¨¦ d¨¢ndome bofetadas por ser tan clasista y pija, pero a la vez me asalt¨® la duda existencial de si yo pod¨ªa considerarme a m¨ª misma una persona culta, si podr¨ªa definir qu¨¦ es ser culta ¡ªculto tambi¨¦n¡ª en nuestro universo mutante. Porque¡ ?ser culta es traducir con soltura del lat¨ªn?, ?comunicarte en esperanto o en ingl¨¦s vehicular?, ?saber qui¨¦n es Jimmy Hendrix?, ?Shostak¨®vich?, ?escribir correctamente el nombre anterior?, ?recordar elementos de la tabla peri¨®dica, capitales del mundo?, ?qu¨¦ es una cookieen sentido recto y figurado?, ?saber nadar?, ?acordarse del grupo que gan¨® el ¨²ltimo festival de Eurovisi¨®n?, ?y del ¨²ltimo premio Nobel Alternativo de Literatura?, ?el conocimiento eurovisivo es de friquis y el conocimiento del Nobel Alternativo es de friquis que adem¨¢s son pedantes?, ?ser culta es respetar reverencialmente a Faulkner como los guardias civiles en las utop¨ªas de Cuerda?, ?estar al tanto de las ¨²ltimas aplicaciones para el m¨®vil?, ?comerse los quesitos del Trivial?, ?existe a¨²n el Trivial?, ?diferenciar un reguet¨®n de una bachata?, ?el s¨ªndrome de Klinefelter?, ?saber si las patatas engordan m¨¢s solas y fritas que cocidas y con pollo?, ?d¨®nde est¨¢ la Pantoja?, ?Dios existe?
Otro programa de televisi¨®n, La Voz senior, me hizo considerar posmodernamente la diluci¨®n del l¨ªmite entre alta y baja cultura, la demonizaci¨®n de la primera y el renombramiento de la segunda como cultura popular a trav¨¦s del tamiz legitimador de oferta y demanda, y la aparente imparcialidad de las leyes de mercado. ?Es razonable que los coaches no sepan qui¨¦nes son Jos¨¦ Mar¨ªa Guzm¨¢n o Elena Bianco?, ?es un cl¨¢sico Jos¨¦ Mar¨ªa Guzm¨¢n?, ?es razonable que se haya invertido el orden de los factores y juzgue quien menos sabe? De alguien que se llama coach se puede esperar cualquier cosa y, adem¨¢s, funcionamos con el prejuicio de que en las artes solo importan las emociones. Los contenidos de lo que entendemos por cultura son ef¨ªmeros, porque la oferta se multiplica, la novedad alimenta los negocios, los sistemas operativos caducan a la velocidad de la luz, porque vivimos en una vertiginosa obsolescencia de im¨¢genes superpuestas que me permiten ser al mismo tiempo gata y chica¡ ?Sirve la cultura para algo m¨¢s que para ganar dos millones de euros desactivando bombas en horario de m¨¢xima audiencia?, ?no es una falacia hacer creer a los televidentes ¡ªa las televidentas, tambi¨¦n¡ª que por la cultura se llega a la acumulaci¨®n de capital? Un concursante, profesor universitario, dej¨® su trabajo porque no le sal¨ªan las cuentas: los sueldos en docencia e investigaci¨®n no son para tirar cohetes¡ Llego a la conclusi¨®n ¡ªresiliente, comunicativa, razonable¡¡ª de que quiz¨¢ una persona se merece el nombre de culta cuando aprende a convertir en destrezas sus conocimientos ¡ªlos chorras, enciclop¨¦dicos y techies¡ª activando estrategias que hacen de la necesidad virtud: se les saca partido, en lectura, escritura y conversaciones, a las cuatro cositas que se saben o se creen saber. Como ustedes pueden comprobar, yo tambi¨¦n he dado clases en una Facultad de Lenguas Aplicadas y, visto lo visto, llego a otra iconoclasta conclusi¨®n: la tele nos hace pensar. En qu¨¦ ya no sabr¨ªa decirlo.
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