Frontera inhumana

La estremecedora imagen de un hombre salvadore?o y su hija de menos de dos a?os flotando ahogados en las orillas del r¨ªo Bravo es el mejor ejemplo del inmenso drama humano que se est¨¢ viviendo en la frontera sur estadounidense y de c¨®mo las pol¨ªticas populistas de soluciones radicales y simplistas aplicadas a la inmigraci¨®n, lejos de solucionar el problema incrementan el sufrimiento.

Desde que inici¨® su carrera hacia la Casa Blanca, Donald Trump siempre ha parecido obsesionado por la inmigraci¨®n, a la que considera uno de los principales problemas de seguridad nacional de EE?UU. Pero sus propuestas, primero como candidato y luego como presidente, lejos de aportar soluciones o aliviar la situaci¨®n no han hecho otra cosa que aumentar su gravedad. Cuando no han creado un caos jur¨ªdico, han desatado indeseados roces diplom¨¢ticos o, lo peor de todo, han provocado un sufrimiento totalmente innecesario a las personas detenidas por intentar entrar en Estados Unidos, y a sus familias. Basta recordar la dura imagen de unos ni?os que observaban c¨®mo la polic¨ªa de fronteras esposaba a sus madres o la de los menores separados de sus padres durante meses.

Nada de esto ha movido a la actual Administraci¨®n, que sigue tratando a los menores inmigrantes con permanente olvido de tratados internacionales que protegen a los ni?os de la crueldad o desconsideraci¨®n, especialmente si es ejercida por las propias autoridades de un pa¨ªs. Las degradantes condiciones en las que se manten¨ªa a 300 menores en un centro de detenci¨®n de Texas son indignas de una democracia republicana fundada y desarrollada gracias precisamente a la inmigraci¨®n. El mismo Trump podr¨ªa decir mucho sobre esto: su abuelo paterno y su madre eran inmigrantes. La dimisi¨®n del jefe interino del Departamento de Inmigraci¨®n, John Sanders, forzada por la indignaci¨®n de muchos de sus compatriotas, es un simple gesto sin valor si, como parece, su sucesor es un representante del ala m¨¢s dura del trumpismo.

En este desolador contexto resulta esperanzador que el Partido Dem¨®crata haya pasado a la ofensiva. La aprobaci¨®n en la C¨¢mara de Representantes de una ley que destina 3.960 millones de euros a mejorar la seguridad y salubridad de los inmigrantes que crucen la frontera s¨ª que est¨¢ acorde tanto con el elemental trato humanitario como con la tradici¨®n de acogida de EE UU. En paralelo, el Partido Dem¨®crata ha comenzado a elegir candidato para las presidenciales del pr¨®ximo a?o. Una oportunidad ¨²nica para mostrar una alternativa viable a Trump.