El anuncio de detergente que indigna a los conservadores de Pakist¨¢n
Para los ultras, la publicidad de Ariel subvierte los valores isl¨¢micos
Apenas 15 segundos han bastado para poner en pie de guerra a Pakist¨¢n, al menos al Pakist¨¢n conectado a las redes sociales. Y no se trata de la derrota en el ¨²ltimo partido de cr¨ªquet contra su archienemigo India. 15 segundos es lo que dura el anuncio de una conocida marca de detergente que ha ofendido a los conservadores paquistan¨ªes por mostrarse favorable a los derechos de las mujeres. Ante las acusaciones de insultar al islam, la empresa ha retirado la publicidad.
En el anuncio, varias mujeres profesionales, entre ellas una arquitecta y una m¨¦dica, aparecen retirando s¨¢banas sucias de una cuerda de tender. Pero la suciedad no es tal, sino expresiones habituales en urdu con las que se refuerza la discriminaci¨®n de la mujer. Son frases que la conservadora y patriarcal sociedad paquistan¨ª utiliza para poner a las mujeres ¡°en su sitio¡±.
El ¡°log kia kaheingay?¡± (?qu¨¦ dir¨¢ la gente?) escrito en la s¨¢bana que descarta la periodista hace referencia al esc¨¢ndalo que se desata cada vez que una mujer cuestiona los estereotipos de g¨¦nero. A continuaci¨®n, una azafata rechaza el mensaje ¡°chaar dewari mein raho¡± (qu¨¦date en casa). La secuencia se cierra con la capitana de la selecci¨®n femenina de cr¨ªquet, Bismah Maroof, diciendo ¡°no son solo frases, son manchas¡±. Y las cinco mujeres se preguntan a un¨ªsono ¡°?qu¨¦ nos quitar¨¢ estas manchas?¡±, antes de que aparezca un paquete de Ariel con la promesa de eliminar las manchas dif¨ªciles en un solo lavado.
Si Procter & Gamble, la empresa estadounidense fabricante del detergente, esperaba cumplir as¨ª con su responsabilidad social corporativa, le ha salido el tiro por la culata. Poco despu¨¦s de que el primer anuncio apareciera en varias cadenas de televisi¨®n la semana pasada, un tuitero que se identifica como Saman Khan ped¨ªa, en ingl¨¦s y en urdu: ¡°Empecemos una campa?a contra Ariel por atacar nuestros valores isl¨¢micos¡±.
Con apenas dos centenares de seguidores su #BoycottAriel era anecd¨®tico. Pero no fue el ¨²nico. Enseguida esa etiqueta incendi¨® las redes y lleg¨® a ser tendencia. Numerosos usuarios insist¨ªan en la idea de que la publicidad ¡°ridiculiza los valores isl¨¢micos¡±, poniendo de relieve el machismo que subyace a su interpretaci¨®n del islam. Su fundamentalismo quedaba de relieve en algunos tuits en los que han borrado el rostro de Maroof de la instant¨¢nea del anuncio que utilizan para denunciarlo.
¡°Ni una sola mujer musulmana quiere desobedecer a Al¨¢¡±, proclamaba un tuit cuyo autor s¨®lo se identifica con la foto de un barbudo. Lo curioso es que tambi¨¦n algunas cuentas con nombre de mujer, como la de Afiya Malick, se apuntaban a las cr¨ªticas y proclamaban ¡°No m¨¢s Ariel¡±.
Otros exig¨ªan la intervenci¨®n de las autoridades y responsabilizaban al ¨®rgano censor, la Autoridad Reguladora de los Medios Electr¨®nicos (PERMA), de la emisi¨®n del v¨ªdeo comercial. La mayor¨ªa de las cuentas revisadas por esta corresponsal no parecen tener muchos seguidores, pero una semana despu¨¦s de que estallara la pol¨¦mica los tuits llamando a boicotear el detergente a¨²n suman el medio millar diario. La empresa parece haberse tomado el asunto en serio porque el anuncio ha desaparecido de su web. La solicitud de EL PA?S para recabar su reacci¨®n no ha recibido respuesta.
A pesar de que las activistas de Pakist¨¢n llevan a?os luchando para salvaguardar los derechos de la mitad de sus 208 millones de habitantes, el avance de la mujer sigue lastrado por las tradiciones y el analfabetismo. Matrimonios forzados, ni?as fuera de la escuela, violaciones impunes y asesinatos bajo el torticero ep¨ªgrafe de cr¨ªmenes de honor, oscurecen cualquier progreso legal. En las zonas rurales, el 60 % del pa¨ªs, las adolescentes no salen de la casa del padre si no es para casarse; en un matrimonio arreglado, por supuesto.
Incluso en las ciudades, las mujeres profesionales se enfrentan a la discriminaci¨®n en el lugar de trabajo y el acoso en los lugares p¨²blicos. Pocas se atreven a caminar solas por la calle. De hecho, no es la primera vez que un anuncio es objeto de una reacci¨®n machista. A principios de a?o, la app de Careem (una empresa de VTC) decidi¨® promocionar sus servicios con la imagen de una novia que hu¨ªa y el mensaje ¡°si quieres escapar de tu boda, reserva una carrera con Careem¡±. Hasta hubo una demanda en los tribunales.
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