Tradiciones y pobreza ralentizan el avance de las mujeres en Pakist¨¢n
A pesar de haber tenido una jefa de Gobierno, la participaci¨®n pol¨ªtica de las paquistan¨ªes es muy limitada
![Mujeres paquistan¨ªes, durante un mitin en Rawalpindi.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/XR4HKWRXFYQ22ME7Y6MQJ72IEI.jpg?auth=a9aebc458c34778fb26efff71175d67dfa5b9f688be01ac2dd429ea067e35731&width=414)
![?ngeles Espinosa (Enviada Especial)](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F32bb7ff4-537e-43ea-9dab-0cb3f83ba60b.png?auth=fe7906998c48e4418837148be26d16b394f20655dd6a58f57c74c79fe3150bd9&width=100&height=100&smart=true)
Cualquiera que asista a un mitin electoral en Pakist¨¢n se llevar¨¢ la idea de que este pa¨ªs est¨¢ habitado en exclusiva por hombres, o que a las mujeres no les interesa la pol¨ªtica. Da igual cu¨¢l sea el partido convocante. En contados casos, y s¨®lo en las ciudades, un pu?ado de seguidoras, con frecuencia familiares del candidato, asisten desde primera fila y separadas de los varones por una barrera. Ni siquiera las candidatas agitan la bandera del feminismo. Pakist¨¢n rompi¨® un tab¨² al elegir como primera ministra a Benazir Bhutto en 1988, pero una mezcla de tradiciones, analfabetismo y pobreza ralentiza el avance de las paquistan¨ªes.
El panorama es complejo. De un lado, los medios de comunicaci¨®n est¨¢n llenos de mujeres profesionales, sean periodistas, abogadas o pol¨ªticas; tambi¨¦n hay embajadoras, funcionarias, e incluso oficiales en el Ej¨¦rcito. De otro, la violencia contra las f¨¦minas sigue siendo un grave problema en este pa¨ªs de 208 millones de habitantes y un 42% de analfabetismo; matrimonios forzados, ni?as fuera de la escuela, violaciones impunes y asesinatos bajo el torticero ep¨ªgrafe de cr¨ªmenes de honor oscurecen cualquier progreso legal.
¡°Tenemos leyes que protegen a las mujeres, tambi¨¦n hay instituciones y ONG, pero falla la ejecuci¨®n¡±, resume Nosheen Gul Karal, abogada y candidata a la Asamblea Nacional por Justicia y Democracia, un partido recientemente creado por un antiguo juez del Supremo. Pone como ejemplo el acoso en el trabajo. ¡°A diario me llegan mujeres que, si tienen un problema con un jefe o un compa?ero y se quejan, ven como se les cierra cualquier oportunidad profesional. Nadie cuestiona al hombre, mientras que a ellas las culpan y las castigan. As¨ª que es normal que tengan miedo a denunciar¡±, explica.
Gul Karal, que lleva 12 a?os ejerciendo y antes trabaj¨® tres en la fiscal¨ªa, vive a diario la discriminaci¨®n. ¡°A las abogadas s¨®lo nos llegan casos de derecho de familia, para los asuntos generales se prefiere a los hombres, se conf¨ªa m¨¢s en ellos¡±, constata. Sin embargo, opina que ¡°la ley isl¨¢mica de familia da muchos derechos a la mujer¡±, y no ve problema con que ¨¦sta reciba una tercera parte que sus hermanos en la herencia.
Las nuevas generaciones tal vez no sean tan comprensivas. A las puertas de la Universidad Federal de Arte, Ciencia y Tecnolog¨ªa, en Islamabad, cuatro j¨®venes estudiantes de inform¨¢tica aseguran que para ellas la igualdad de derechos es fundamental. Amna, Pashmeen, Rabia y Arhama, entre 19 y 21 a?os, son las ¨²nicas chicas entre una treintena de alumnos. Dos se cubren la cara con el dupatta (el chal caracter¨ªstico de la indumentaria femenina en el subcontinente indio) y dos no; tambi¨¦n apoyan a distintos partidos en las elecciones. Coinciden sin embargo en las dificultades que afrontan como mujeres.
?La principal? ¡°La falta de movilidad¡±, responden al un¨ªsono. ?La causa? Se miran c¨®mplices y tras un intercambio en urdu, la lengua nacional de Pakist¨¢n, vuelven al ingl¨¦s para culpar no a los padres sino a ¡°otros miembros de las familias que se dedican a cotillear sobre si entramos, salimos o a d¨®nde vamos¡±. ?El transporte p¨²blico? ¡°Ha mejorado mucho¡±, aseguran en referencia al MetroBus, un sistema de autobuses urbanos que les traslada desde Rawalpindi, donde viven, hasta la capital. Lo consideran seguro, pero admiten que hay casos de manoseo. ?C¨®mo reacciona la gente? ¡°Enseguida viene un vigilante¡±.
Tal vez parezca poco, pero es un gran logro. A¨²n hay 13 millones de ni?as sin escolarizar en Pakist¨¢n. En las zonas rurales, el 60% del pa¨ªs, las adolescentes no salen de la casa del padre si no es para casarse; en un matrimonio arreglado, por supuesto. La participaci¨®n pol¨ªtica refleja esos contrastes.
¡°Las mujeres ya no est¨¢n olvidadas, incluso tenemos discriminaci¨®n positiva. Empezamos a ser visibles¡±, defiende Hina Jilani, de la Comisi¨®n de Derechos Humanos, una ONG.
La Constituci¨®n paquistan¨ª reserva para las mujeres 60 de los 342 esca?os de la Asamblea Nacional (otros 10 son para las minor¨ªas religiosas). Sin embargo, esos puestos no se eligen por sufragio, sino que los designan los partidos pol¨ªticos en proporci¨®n a sus resultados. ¡°A pesar de que en la mayor¨ªa de los casos las nombradas suelen ser esposas, hermanas o cu?adas de los responsables de los partidos, en el ¨²ltimo Parlamento han ejercido bien y algunas han dado el paso a presentarse como candidatas¡±, explica Jilani.
Otras activistas discrepan. ¡°Muchas diputadas, en especial las de los partidos religiosos, ni siquiera intervienen una sola vez durante toda la legislatura¡±, se?ala Tahira Abdullah del Women Action Forum.
En total, 558 mujeres se presentan a las elecciones (172 a la Asamblea Nacional y 386 a las cuatro provinciales), un 24% m¨¢s que en 2013. Es el resultado de la norma que obliga a los partidos a nombrar un 5% de candidatas, y la mayor¨ªa de ellos cumplen el requisito present¨¢ndolas en circunscripciones donde tienen escasas posibilidades.
A ello hay que sumar que, en algunas comarcas, los usos locales impiden que las candidatas salgan de casa para hacer campa?a. En el caso extremo de Zahra Basit Bokhari, del Movimiento por la Justicia (PTI) en Muzaffargarh, una localidad del suroeste de Punjab, quien aparece en el cartel electoral es su marido porque, seg¨²n declar¨® a GeoTV su director de campa?a: ¡°Nuestras mujeres no difunden sus im¨¢genes¡±.
Adem¨¢s, sigue habiendo una significativa brecha de g¨¦nero. Aunque, seg¨²n el censo de 2017, las mujeres representan la mitad de la poblaci¨®n paquistan¨ª, de los cerca de 106 millones de votantes registrados, s¨®lo 46 millones son mujeres, lo que deja a 12,5 millones de ellas fuera de las urnas (en 2013, fueron 10,97 millones). Jilani recuerda, no obstante, que la Comisi¨®n Electoral ha advertido de que anulara los resultados en las circunscripciones donde la participaci¨®n femenina no supere el 10%.
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