Ni contigo ni sin ti
La mayor¨ªa de los europeos preferir¨ªan la neutralidad ante un eventual conflicto entre Estados Unidos y China
La mayor¨ªa de los europeos preferir¨ªan la neutralidad ante un eventual conflicto entre Estados Unidos y China. Es lo que revela una reciente encuesta del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR) sobre las actitudes hacia la pol¨ªtica exterior de la Uni¨®n. No ser¨¢ f¨¢cil. Las dos potencias, en su particular carrera hacia el liderazgo global, presionan a la UE para que tome partido.
Por un lado, en la esquizofr¨¦nica Casa Blanca de Donald Trump han optado por las amenazas. Verbales, de momento, ya sea sobre los coches alemanes, sobre la industria de defensa o sobre el futuro de la OTAN. Esta es la m¨¢s preocupante, porque los europeos se han permitido el lujo de confiar su seguridad a EE UU durante d¨¦cadas. Ahora sin embargo Europa ve cuestionada la especial relaci¨®n que ha unido a ambos lados del Atl¨¢ntico. Y a base de amenazas, con esa sutileza que le caracteriza, el presidente estadounidense nos recuerda que en su guerra (tecnol¨®gica) con China o se est¨¢ con ¨¦l con contra ¨¦l.
Por el otro, China aspira a seguir extendiendo sus redes econ¨®micas y tecnol¨®gicas tambi¨¦n por Europa, con unas inversiones que llegaron en lo peor de la crisis y que no han cesado de aumentar desde entonces. Los europeos no quieren renunciar a la promesa inversora china, pero, salvo excepciones, ven con recelo su entrada en sectores estrat¨¦gicos. Hace tiempo, por cierto, que otras consideraciones como la situaci¨®n de los derechos humanos pasaron a otro plano.
As¨ª, atrapada entre dos gigantes en proceso de reconfigurar el orden global, la UE sigue discutiendo qu¨¦ papel querr¨ªa desempe?ar. Tiene claro que deber¨ªa asumir un mayor protagonismo en su propia defensa ¡ªautonom¨ªa estrat¨¦gica, lo llaman¡ª; otra cosa es c¨®mo lograrlo. Requerir¨¢ una notable inversi¨®n, un gran esfuerzo de coordinaci¨®n y un cambio de mentalidad para el que las sociedades europeas no est¨¢n especialmente predispuestas. Pero ser¨¢ necesario. La realidad es que la relaci¨®n trasatl¨¢ntica, incluso despu¨¦s de Trump ¡ªya sea en 2020 o en 2024¡ª nunca volver¨¢ a ser la misma. No puede serlo, porque el mundo no es el mismo.
En esa reconfiguraci¨®n, Europa no deber¨ªa renunciar a que los valores est¨¦n en el centro de su estrategia. Cuando parece que la confrontaci¨®n, el juego de suma cero, el conmigo o contra m¨ª, dominan las relaciones, la UE puede y debe representar otra forma de actuar, pero para ello tendr¨¢ que superar la crisis de confianza y la fragmentaci¨®n en la se encuentra.
De todo esto se ha hablado esta semana en la reuni¨®n anual del ECFR celebrada en Lisboa. En los c¨ªrculos intelectuales y pol¨ªticos europeos se est¨¢ poniendo mucha fe en las figuras que liderar¨¢n las instituciones en esta nueva etapa. Los pr¨®ximos cinco a?os ser¨¢n, para muchos, la ¨²ltima oportunidad para salvar el proyecto. Ojal¨¢ que lo consigan.
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