Anis del Mono

El An¨ªs del Mono represent¨® durante muchos a?os en Espa?a el empuje, o la resistencia, seg¨²n fueran las cosas, frente a la reacci¨®n, al salvajismo de la derecha, la sinraz¨®n del clero. Era un gui?o a la ilustraci¨®n, con su mono con la cara de Darwin, para luchar contra el creacionismo.

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EDITORIAL | Gesto ambivalente

La huida de la ciudad sin nombre; por Guillermo Altares

Hoy, el Estado vaticano ha emprendido una empresa neocreacionista en Madrid, en lo que era Madrid Central. El embajador del poderoso Estado cat¨®lico abri¨® el fuego hablando de la tumba de Franco. Pero se trataba solo del principio: un mont¨®n de humildes parroquias abrir¨¢n en los pr¨®ximos d¨ªas fuego contra el r¨¦gimen constitucional. Van a empezar hablando de los derechos del colectivo LGTBI. Contra lo que parece, sin embargo, hay un argumento muy serio que ya exhiben los militantes del D¨ªa del Orgullo: el movimiento no supone el desorden sexual contra el que claman tantos p¨¢rrocos, sino justamente lo contrario: el orden de cada inicial de las que forman el acr¨®nimo, frente al desorden universal de los negacionistas.

Hay una parroquia en Madrid Central que parece querer hacerse con el liderazgo de este p¨ªo movimiento: San Ildefonso, que a golpe de campana obedece las consignas del Vaticano y de Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez-Almeida, el nuevo alcalde.

Bajo la bandera del Vaticano, y ondeando a la vez la nacional, se toca a rebato contra gais y otros des¨®rdenes, y a favor de la contaminaci¨®n disparada contra ancianos, ni?os y dem¨¢s especies en peligro. Al nuevo alcalde y al p¨¢rroco de casi siempre no les va a temblar el pulso frente a la enorme marea de gais, ecologistas y vecinos en general que reclaman sus derechos a vivir como deseen y a respirar con menos humos y menos ruidos.

Los ¨ªndices de contaminaci¨®n son f¨¢ciles de medir. Y est¨¢ claro que han pegado un bajonazo con Madrid Central. La felicidad de los sujetos que escogen su pareja, o quiz¨¢s no tenerla, con las reglas de la libertad, es m¨¢s dif¨ªcil de medir, pero las caras de quienes van orgullosos hoy no enga?an. Liquidar Madrid Central no es un acto pol¨ªtico, sino una odiosa majader¨ªa propia de los que hasta hace pocos a?os nos destrozaban la vida a todos desde muchos p¨²lpitos religiosos o seglares.

En los d¨ªas pr¨®ximos, la orgullosa marea musculada dejar¨¢ Madrid, y muchos nos sentiremos desamparados. Nos quedar¨¢ una botella del Mono, aunque no nos guste el an¨ªs.