Socialdemocracia fallida
El desdibujamiento de su vinculaci¨®n al mundo del trabajo ha fomentado fuerzas neofascistas y de ultraderecha en Europa
Porque parece evidente que lo est¨¢. El hecho de que los parlamentarios socialistas espa?oles sean la columna vertebral del grupo de socialistas europeos as¨ª lo demuestra. El PSOE ha ganado, merecidamente, las elecciones generales¡ con un n¨²mero de votos parecidos a los que alcanz¨® nuestro querido Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, resultado entonces contemplado como derrota hist¨®rica. Ha ido bien porque a la derecha le ha ido peor.
La socialdemocracia europea ha sabido superar situaciones muy dif¨ªciles, como cuando se pretend¨ªa atraparla entre el fascismo reaccionario y racista y los revolucionarios violentos que cre¨ªan que hab¨ªa que ¡°matar a hombres para hacer que vivan los sue?os¡±. Supo inyectar confianza en el futuro, la socialdemocracia era el futuro. En Espa?a, el PSOE, en los albores de nuestra democracia constitucional, representaba la esperanza en el futuro, que era ingresar en Europa, nuestro futuro era y es Europa.
La socialdemocracia ten¨ªa un discurso unificador cre¨ªble, hacia el futuro (la derecha es conservar el presente), basado en la convicci¨®n de que el trabajo y los derechos asociados son el factor de integraci¨®n social y democr¨¢tica m¨¢s formidable para el asentamiento de la paz y la convivencia, con el objetivo del pleno empleo.
?ngel Gurr¨ªa, de la OCDE, afirma que la recesi¨®n que se inici¨® en 2008 ha dejado una severa crisis de confianza en Europa y el resto de los pa¨ªses desarrollados, que, debilitando la percepci¨®n del futuro, debilita, a su vez, los ideales de la izquierda, como afirma Raffaele Simone en su libro El monstruo amable.
La vinculaci¨®n de la socialdemocracia y el trabajo con derechos se ha ido difuminando durante los ¨²ltimos 40 a?os, entre otras razones por su incapacidad de contrarrestar la embestida de Reagan y Thatcher, que, parad¨®jicamente, desde una ¨®ptica nacionalista, impusieron un brutal giro desregulador a la globalizaci¨®n, iniciando la hegemon¨ªa de la econom¨ªa financiera sobre la productiva. La puntilla la dio la etapa de Schr?der en Alemania con sus recortes laborales y sociales, a trav¨¦s de las reformas Hartz.
El trabajo y los derechos asociados son el factor de integraci¨®n social y democr¨¢tica m¨¢s formidable para el asentamiento de la paz y la convivencia
La propuesta socialdem¨®crata en Europa ha cambiado, en definitiva, el aguafuerte del trabajo con derechos, por una paleta de colores desva¨ªdos, verdes, morados y otras tonalidades que la convierten en una suma de pol¨ªticas, m¨¢s que en una propuesta sencilla, atractiva y que genere ilusi¨®n.
Coincidimos tambi¨¦n con aquellos que piensan que el desdibujamiento de la socialdemocracia en su vinculaci¨®n al mundo del trabajo ha sido una de las causas de la reaparici¨®n de fuerzas neofascistas y de ultraderecha en Europa. La historia se repite. Hace casi 40 a?os, Max Diamant, socialdem¨®crata alem¨¢n, periodista y brigadista antifascista en la guerra de Espa?a, nos contaba a un grupo de j¨®venes sindicalistas espa?oles c¨®mo, en los a?os treinta, en Alemania, hubo quienes pasaron de manifestarse el 1 de Mayo bajo las banderas rojas, a desfilar con las camisas pardas.
El presidente en funciones, Pedro S¨¢nchez, explicaba hace unos d¨ªas los ejes de su propuesta para la acci¨®n de gobierno, y la identificaba con los siguientes ejes: cambio clim¨¢tico, digitalizaci¨®n, desigualdad y Europa. Creemos que hay una ventana de oportunidad de recuperar un discurso unificador que devuelva confianza en el futuro, y que, de nuevo, se asiente sobre la se?a de identidad primigenia de la socialdemocracia, el trabajo con derechos. El trabajo deber¨ªa ser la abrazadera que conecte estos cuatro ejes. ?Por qu¨¦? Porque la lucha contra el cambio clim¨¢tico supone limitar el uso de recursos naturales, y eso conlleva la limitaci¨®n de unos empleos, y con seguridad la aparici¨®n de otros. Porque la digitalizaci¨®n est¨¢ en la base de la fuerte polarizaci¨®n del mercado laboral, est¨¢ reproduciendo las desigualdades laborales de g¨¦nero, exige cambios continuos y a corto plazo en las habilidades para el empleo y, por tanto, en la formaci¨®n. Porque el aumento brutal de la desigualdad ha venido de la mano de la irrupci¨®n del trabajador pobre; ya un empleo no te protege de la trampa de la pobreza. Porque todo esto tiene como terreno de juego Europa, y la socialdemocracia espa?ola deber¨ªa utilizar su actual situaci¨®n de preeminencia para incorporar entre los socialistas europeos esta visi¨®n. La hegemon¨ªa conservadora en los pr¨®ximos cargos de las instituciones europeas, y la consiguiente derrota socialista, tendr¨ªa que servir de acicate para ello.
Por ¨²ltimo, todo esto tiene que contar, en la mejor tradici¨®n socialdem¨®crata, con un di¨¢logo social fuerte y con visi¨®n de futuro, que otorgue un papel muy importante a las organizaciones sindicales confederales europeas y espa?olas y a las organizaciones empresariales al mismo nivel.
Proteger a la clase trabajadora, en toda su diversidad, de las incertidumbres, m¨¢s all¨¢ de las vicisitudes cambiantes de los puestos de trabajo y de la duraci¨®n de su vida laboral, deber¨ªa ser el objetivo esencial de la socialdemocracia en este siglo.
C¨¢ndido M¨¦ndez fue secretario general de la UGT de Espa?a y Gregorio Mart¨ªn es catedr¨¢tico de Ciencias de la Computaci¨®n en la Universidad de Valencia.
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