Trileros
O¨ªd el sonido de los cubiletes de las tres derechas que esconden el guisante, visto y no visto, a la hora de repartirse el bot¨ªn
Un d¨ªa ya muy lejano un adolescente que se debat¨ªa entre la fe y la raz¨®n, le pregunt¨® a un cura m¨¢s bien corto de luces c¨®mo era posible que Dios fuera uno en esencia y trino en persona, que tuviera tres naturalezas y una sola sustancia. La pregunta sorprendi¨® a aquel cura bonach¨®n mientras se estaba liando un cigarrillo de picadura selecta, tambi¨¦n llamado caldo de gallina. Guard¨® silencio. Pas¨® la lengua por la goma del papel de fumar, peg¨® lentamente la hebra con los dedos y, mir¨¢ndole muy apesadumbrado, el cura exclam¨®: ¡°Misterios, hijo m¨ªo, misterios¡±. Luego dio una profunda calada y expuls¨® todo el dogma envuelto en humo por la nariz sin m¨¢s problemas. Confieso que a lo largo de mi vida el misterio de la Trinidad no me ha quitado ni un minuto de sue?o. En cambio, me he roto la cabeza tratando de averiguar en cu¨¢l de los tres cubiletes est¨¢ el guisante que manipulan los trileros, un misterio para m¨ª mucho m¨¢s complicado que el de la Sant¨ªsima Trinidad. Finalmente, a estas alturas de los a?os se me han desvelado ambos problemas, el dogma teol¨®gico unido al arte de los trileros, a trav¨¦s de la derecha espa?ola. Ved, si no, a Aznar, guardi¨¢n del nacionalcatolicismo con ropaje ultraliberal, que se manifiesta simult¨¢neamente como uno y trino a trav¨¦s de Casado, Rivera y Abascal, a los que considera manifestaciones de su acci¨®n creadora. O¨ªd, si no, el sonido de los cubiletes de las tres derechas que esconden como trileros el guisante, visto y no visto, a la hora de repartirse el bot¨ªn. La experiencia demuestra que si un individuo tiene tres personalidades acaba en el frenop¨¢tico, pero mientras llegan los enfermeros bragados con las camisas de fuerza hay que procurar vivir la realidad de cada d¨ªa, que en este caso consiste en crearse un espacio preservado donde uno pueda tomarse un gin-tonic sin pensar en los pol¨ªticos.
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