Una tasa en apuros
El impuesto sobre las tecnol¨®gicas es necesario para equilibrar las cuentas p¨²blicas de 2019 y 2020
La ministra de Econom¨ªa en funciones, Nadia Calvi?o, acaba de recordar que Espa?a est¨¢ dispuesta a aprobar una tasa sobre los ingresos de los servicios digitales de las grandes tecnol¨®gicas, conocida para abreviar como tasa Google, en caso de que la Uni¨®n Europea no acuerde su implantaci¨®n. La advertencia, m¨¢s bien recordatorio, de Calvi?o coincide con la aprobaci¨®n de una tasa GAFA (Google, Amazon, Facebook y Apple) en Francia que ha desatado la irritaci¨®n p¨²blica de Washington. La administraci¨®n Trump, que tiene pocos escr¨²pulos en utilizar instrumentos de retorsi¨®n estatal en el exterior en beneficio de sus compa?¨ªas estrat¨¦gicas, ha amenazado con imponer aranceles a aquellos pa¨ªses que apliquen cargas fiscales sobre sus compa?¨ªas.
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La tasa Google est¨¢ en una situaci¨®n de impasse pol¨ªtico que los Estados europeos no aciertan a desbloquear. Lo ideal ser¨ªa, por supuesto, que la Uni¨®n aprobase un modelo impositivo para la eurozona, pero algunos pa¨ªses como Irlanda, Suecia, Finlandia o Dinamarca se niegan en redondo. No hay argumentos de fondo en contra de una fiscalidad unificada sobre las tecnol¨®gicas. La ministra Calvi?o tiene raz¨®n cuando esgrime que, en el caso de las tecnol¨®gicas, el valor a?adido no est¨¢ en el lugar de origen de la inversi¨®n, sino en el sitio de procedencia de los datos, que es donde se generan los ingresos. Por a?adidura, existe un amplio repertorio de informes y estad¨ªsticas que demuestran las pr¨¢cticas de evasi¨®n fiscal de las empresas digitales. La l¨®gica de un impuesto cae por su propio peso. No es justo que los Estados se vean privados de ingresos fiscales a los que tienen derecho.
La tasa hoy est¨¢ encerrada en un laberinto. Ser¨ªa deseable aplicarla de forma coordinada en toda Europa, pero hoy su aprobaci¨®n requiere unanimidad. Ser¨¢ m¨¢s racional aplicar una aprobaci¨®n por mayor¨ªa, lo cual exigir¨ªa cambios normativos. La OCDE prepara su aplicaci¨®n en todos los pa¨ªses de su ¨¢mbito, pero los tr¨¢mites son largos. Desde el exterior, EE?UU presiona para cerrar las puertas y ventanas al gravamen, de forma que las expectativas de aprobarla e imponerla en las condiciones id¨®neas son m¨¢s bien raqu¨ªticas.
Lo ideal choca con lo urgente. El ¨²nico resquicio es imponerla de forma provisional Estado a Estado, como ha hecho Francia. En Espa?a se da el agravante opresivo de que la falta de Gobierno impide que se puedan aprobar nuevos ingresos que aumenten la recaudaci¨®n, sea para las cuentas de 2019 o de 2020. De ah¨ª que los 1.200 millones anuales que puede rendir un impuesto sobre los ingresos de las tecnol¨®gicas sean imprescindibles para equilibrar las cuentas p¨²blicas. Por eso el recordatorio de Nadia Calvi?o es oportuno y no deber¨ªa caer en saco roto en la discusi¨®n fiscal para los pr¨®ximos ejercicios.
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