Los Morancos, lazos de familia y humor de soci¨®logos de barrio
Jorge y C¨¦sar Cadaval celebran 40 a?os sobre los escenarios y preparan un documental de tono personal sobre su infancia en Sevilla y an¨¦cdotas a la altura de sus parodias
Jorge Cadaval llega a la entrevista cruzando de norte a sur dos de las calles m¨¢s emblem¨¢ticas del barrio de Triana, en Sevilla, donde sigue viviendo a pesar de que su carrera art¨ªstica junto a su hermano C¨¦sar le haya obligado a dar la vuelta al mundo. Ha pasado por varias obras: la edificaci¨®n de una vivienda que est¨¢ siendo criticada por los vecinos por ser ¡°demasiado moderna¡± para el marco tradicional en el que se levanta; y unos saneamientos en la calzada que incomodan a todo el que pasa.¡°Venir escuchando todo lo que dice la gente en la calle es una mina, es lo que llevamos haciendo desde que comenzamos: observar nuestro entorno, palpar el sentir popular y llevarlo a nuestros guiones. Somos los soci¨®logos de nuestro barrio¡±, asegura Jorge, cincuenta por ciento de Los Morancos, el d¨²o humor¨ªstico en activo m¨¢s popular del pa¨ªs.
¡°Me encanta tener tan clara nuestra identidad¡±, le apostilla C¨¦sar, el hermano peque?o de los Cadaval, que celebra en este 2019 los 40 a?os de su carrera art¨ªstica en Los Morancos junto con su reciente condici¨®n de abuelo, hitos vitales y profesionales que les sirven para para hacer balance y mirar hacia atr¨¢s en el tiempo. ¡°Lo importante es que tanto en lo personal como en lo profesional, seguimos siendo dos ni?os con la misma ilusi¨®n¡±, asegura Jorge. Y se remonta a esos j¨®venes criados en el pulm¨®n art¨ªstico de Sevilla que fue Triana en la d¨¦cada de los 70, donde el flamenco m¨¢s tradicional conviv¨ªa con los experimentos del rock andaluz, y que fue escuela para estos hijos de una catalana de Tarragona que hab¨ªa conocido en el teatro a un sevillano de enorme personalidad que trabajaba como representante de Antonio Mach¨ªn.¡°Somos lo que somos por culpa de pap¨¢¡±, reflexiona Jorge mirando de frente a C¨¦sar mientras relata c¨®mo fueron sus or¨ªgenes.?
Cuarto y quinto de seis hermanos?¡ªla m¨¢s peque?a, Maite, es la ¨²nica que se ha unido en ocasiones a la trayectoria art¨ªstica de la pareja¡ª, C¨¦sar y Jorge crecieron entre risas y boleros de Mach¨ªn. ¡°Quiz¨¢s los menos graciosos de mi casa fu¨¦ramos nosotros¡±, dicen humildemente estos c¨®micos para quienes, junto al barrio, han tenido en la familia un puntal imprescindible y que no creyeron, de j¨®venes, estar predestinados para el espect¨¢culo: ¡°Mi hermano quer¨ªa ser ganadero de reses bravas, f¨ªjate; y yo iba a estudiar veterinaria¡ Pero nos quedamos en faranduleros¡±, bromea Jorge.
Todo sucedi¨® de forma casual, empujado por ese entusiasmo juvenil que se traduce en ¡°una gran irresponsabilidad y mucha poca verg¨¹enza¡±. Fue C¨¦sar el primero en subirse, de manera amateur, a los escenarios de festivales ben¨¦ficos y otros saraos del barrio junto con un amigo del instituto, Curro Ruz, con el que hac¨ªa un n¨²mero en el que aparec¨ªan ¡°vestidos de moros¡±, de donde adoptaron el sobrenombre de Los Morancos.
Jorge se salt¨® una clase para ir a verlo actuar y se sum¨® al experimento. Era 1979, y el resto es historia: ¡°Primero hac¨ªamos BBC ¡ªbodas, bautizos y comuniones¡ª, actu¨¢bamos en las casetas de la Feria de Sevilla en unas condiciones imposibles, y mi padre nos compromet¨ªa para hacer todas las galas ben¨¦ficas del mundo hasta que Jorge se plant¨® porque no ve¨ªamos un duro¡±, rememora C¨¦sar. Hasta que les lleg¨® la gran oportunidad: una actuaci¨®n en el tablao Los Canasteros de Madrid en una noche que contaba con un espectador de excepci¨®n: el c¨¦lebre humorista Eugenio. ¡°Fue ¨¦l quien nos vio all¨ª y quiso proponernos a Chicho Ib¨¢?ez Serrador, que nos dio una oportunidad para aparecer en Un, dos, tres¡±. De ah¨ª, al especial de Nochevieja de 1985, programas de televisi¨®n que, en esa Espa?a que sal¨ªa del blanco y negro y reun¨ªa a toda la familia frente a la caja cat¨®dica de solo dos canales, eran vistos por m¨¢s de 24 millones de personas. ¡°Pensar en esas audiencias hoy en d¨ªa es impensable¡±, reconoce Jorge.?
A partir de ah¨ª, su trayectoria, marcada por la televisi¨®n, ha contado con hitos como sus primeros n¨²meros caracterizados de mormones norteamericanos, sus parodias de videoclips musicales como el himno por la diversidad Pluma Gay en 2004 ¡ªescuchado y bailado en las discotecas de toda Am¨¦rica Latina¡ª y, c¨®mo no, Los consejos de Antonia y Oma¨ªta, que los apuntalar¨ªa para siempre en la historia del humor en Espa?a con dos personajes ¡°que resumen nuestros or¨ªgenes y nuestra idiosincrasia¡±, asegura Jorge: ¡°Nosotros hemos mirado en nuestro barrio para construir a estos personajes, pero si te das cuenta, todo lo que ha venido despu¨¦s es lo mismo, pero sin nuestro acento, como la serie A¨ªda¡±, reflexiona el mayor de Los Morancos.
Precisamente, Antonia y Oma¨ªta son el letimotiv que soporta su ¨²ltimo espect¨¢culo, Por 40 m¨¢s, con el que celebran sus cuatro d¨¦cadas en el mundo del humor y que les mantendr¨¢ un par de a?os m¨¢s sobre los escenarios de todo el pa¨ªs. ¡°Despu¨¦s de haber hecho tanta televisi¨®n, el contacto directo con el p¨²blico es m¨¢gico¡±, aseguran. Sin embargo, Los Morancos tambi¨¦n se han subido a los escenarios virtuales, con un canal de Youtube que mueve m¨¢s de dos millones de seguidores. Sus parodias musicales en las redes sociales tienen cientos de miles de visualizaciones y les sirven ¡°para entrar en contacto con un p¨²blico m¨¢s joven¡±.
Pero cuando se bajan del escenario, los Cadaval desarman por su humanidad y esa frescura intacta de los que siguen siendo los ni?os del barrio que jugaban en las mismas calles que Isabel Pantoja o Chiquetete. ¡°Siempre hemos hecho la vida en Triana, no sabr¨ªamos hacerla en otro lado¡±, asegura C¨¦sar. Aqu¨ª ha visto el menor de los Cadaval crecer a sus hijos, hoy todos vinculados al mundo del arte: C¨¦sar, el mayor, es actor y trabaja en la serie de televisi¨®n Amar es para siempre; Alfonso pelea por hacerse un hueco como matador de toros y Marta, periodista, es la responsable de la oficina de Los Morancos. Tan s¨®lo la peque?a, Patricia, tiene a¨²n la carrera por definir mientras termina sus estudios de Periodismo. Jorge, por su parte, lleva ¡°felizmente casado¡± doce a?os ¡ªdice a boca llena¡ª con el actor norteamericano Ken Appledorn, al que hemos podido ver en series como Arde Madrid (Movistar Plus) y que mantiene una simbiosis perfecta con su nuevo entorno, como dej¨® de manifiesto en su libro De Detroit a Triana (Planeta).
De todo ello dar¨¢ cuenta un documental que preparan actualmente sobre su historia personal forjada en este peque?o universo que se asoma al r¨ªo Guadalquivir. ¡°Estamos a¨²n en la fase de guion, porque queremos que ah¨ª est¨¦ toda nuestra verdad¡±, confiesan. Una pel¨ªcula que estar¨¢ plagada de an¨¦cdotas que les hacen sonre¨ªr, como cuando conocieron al hoy rey em¨¦rito Juan Carlos I durante un almuerzo en el que Jorge tuvo que confesarle al monarca que la comida le hab¨ªa producido una gastroenteritis, el caso ¨²nico de ¡°nuestro amigo Jes¨²s V¨¢zquez llam¨¢ndonos desde Argentina mientras bailaba el Pluma Gay en una discoteca donde por lo visto ¨¦ramos el hit del verano¡±, recuerda Jorge; o c¨®mo C¨¦sar estuvo a punto de ser fichado por el Sevilla F¨²tbol Club ¡°pero le tiraba m¨¢s la calle, era poco disciplinado¡±, le acusa entre bromas su hermano.
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