El grito de la ecolog¨ªa

La econom¨ªa, la crisis clim¨¢tica y la inmigraci¨®n han sido los principales factores que han impulsado el voto de los europeos en los comicios del pasado 26 de mayo, seg¨²n los datos del Eurobar¨®metro. En 17 pa¨ªses ¡ªentre ellos Grecia, Croacia e Irlanda y en menor medida Espa?a¡ª, la situaci¨®n econ¨®mica pes¨® de manera especial en los electores a la hora de escoger su papeleta. La encuesta sit¨²a a Malta y B¨¦lgica como los Estados en los que el motor del voto fue la inmigraci¨®n. Los finlandeses colocaron en el mismo plano la defensa de los derechos humanos y las pol¨ªticas verdes a la hora de elegir. Y en el caso de Dinamarca, Suecia y los Pa¨ªses Bajos, sus ciudadanos evaluaron ante todo las propuestas de las distintas formaciones para combatir el cambio clim¨¢tico.

La agenda ecologista ha prendido con fuerza entre los ciudadanos de la Uni¨®n. Los Verdes han pasado a ser la cuarta fuerza pol¨ªtica de la Euroc¨¢mara, con 74 representantes. Atenta a las inquietudes de los ciudadanos del Viejo Continente, la nueva presidenta de la Comisi¨®n Europea, Ursula von der Leyen, ha lanzado un gui?o dif¨ªcil de rechazar. Consciente de que ¡°el tiempo apremia¡±, ha llamado a actuar con urgencia contra el calentamiento global y a reducir sin demora los gases de efecto invernadero. Pol¨ªticos y organizaciones ecologistas saben que la transici¨®n hacia energ¨ªas limpias no se pueden demorar. El clima lo demanda a gritos.

Algunos dirigentes, sin embargo, hacen o¨ªdos sordos. Trump no est¨¢ solo. El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha arremetido contra el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales, cuyos estudios evidencian la cada vez m¨¢s acelerada deforestaci¨®n del Amazonas. Bolsonaro mantiene que los datos de ese organismo son ¡°mentirosos¡± y generan ¡°psicosis ambiental¡±. Tan insensato es decir que ¡°si todos los datos de deforestaci¨®n de los ¨²ltimos 10 a?os fueran verdad, la Amazonia ya no existir¨ªa¡±, como asegurar que con el plan Madrid Central de restricci¨®n del tr¨¢fico ha aumentado la contaminaci¨®n, como ha sostenido sin sonrojarse el alcalde de Madrid, Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez-Almeida.

La ecolog¨ªa est¨¢ en auge y aspira que su voz se oiga con fuerza en los Parlamentos y en los foros de decisi¨®n. Europa grita alto y fuerte, pero al otro lado del Atl¨¢ntico ni Brasil ni Estados Unidos escuchan.