Fr¨ªo laboral
La EPA diagnostica desaceleraci¨®n del empleo y ratifica la precariedad
La evoluci¨®n del empleo y del mercado de trabajo en el segundo trimestre presenta algunos signos de debilidad que, en todo caso, ser¨¢n preocupantes si se confirman durante los pr¨®ximos trimestres. Seg¨²n la encuesta de poblaci¨®n activa (EPA), la creaci¨®n de puestos de trabajo entre enero y junio, aunque positiva, ha tenido un ritmo menor que en el primer trimestre del a?o; de la misma manera, tambi¨¦n la reducci¨®n del paro ha sido inferior. Ha ca¨ªdo en 123.000 personas, la m¨¢s escasa desde 2012, y ha dejado la tasa de desempleo en el 14,02%. Estas son las se?ales m¨¢s llamativas del trimestre, pero no las ¨²nicas. Habr¨ªa que prestar atenci¨®n tambi¨¦n al crecimiento de la poblaci¨®n activa en 210.000 personas, un dato que podr¨ªa interpretarse como una mejora de las expectativas de encontrar empleo en una ciudadan¨ªa desanimada durante los ¨²ltimos a?os.
Pero, m¨¢s all¨¢ de las mejoras coyunturales, como el descenso de los hogares con todos sus miembros en paro ¡ªya est¨¢n por debajo del mill¨®n¡ª, atribuibles a la inercia del crecimiento econ¨®mico acumulado desde 2015, la EPA refleja con fidelidad lo que ya son males end¨¦micos de la econom¨ªa espa?ola. La tasa de temporalidad (26,4%) es la m¨¢s elevada de Europa, es decir, que las empresas siguen sustituyendo contratos fijos y estables por contratos temporales; la tasa de empleo de las mujeres est¨¢ once puntos en tasa anual por debajo de la de los hombres; y, para colmo, la recuperaci¨®n es m¨¢s bien discutible. Hoy todav¨ªa hay 551.000 ocupados menos que en 2008; y las tasas de ocupaci¨®n en industria y en construcci¨®n son inferiores a las registradas inmediatamente antes de la crisis.
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La EPA sit¨²a la gesti¨®n de la pol¨ªtica espa?ola ante una realidad incontestable: es necesario, y cada d¨ªa que pasa m¨¢s urgente, actuar sobre el mercado de trabajo para cerrar el d¨¦ficit de ocupaci¨®n, reducir la precariedad y acabar paulatinamente con la brecha entre hombres y mujeres. Son tareas que deber¨ªan haberse afrontado incluso antes de la crisis, agravadas por la recesi¨®n, a pesar de lo cual han sido sistem¨¢ticamente ignoradas por todos los Gobiernos en los ¨²ltimos diez a?os. La ausencia prolongada de Gobierno es el peor entorno pol¨ªtico para tomar iniciativas al respecto.
Muchas de las decisiones correctoras son casi un lugar com¨²n. Hay que modificar partes sustanciales de las leyes laborales de Rajoy, por supuesto, aunque nada de esto qued¨® claro en los discursos de investidura; aprobar nuevas pol¨ªticas activas de empleo contra el paro juvenil y el de larga duraci¨®n; vigilar intensamente que las tareas que exigen empleos fijos no sean servidas por contrataci¨®n temporal, y eliminar los obst¨¢culos para que las mujeres accedan a los empleos y puedan continuar en ellos. Y hay que buscar enfoques nuevos para entender la precariedad. Deber¨ªa aceptarse con franqueza que una de las causas de los empleos basura est¨¢ en la excesiva atomizaci¨®n de la estructura empresarial. En Espa?a est¨¢n registradas casi 1.350.000 empresas, que dan trabajo a 14.300.000 asalariados; el 97,7% de ellas tiene menos de 50 trabajadores y el 85%, menos de 10. Ha llegado el momento de activar la concentraci¨®n de empresas en aquellos sectores y mercados donde pueda lograrse. El minifundio empresarial no es el orden econ¨®mico m¨¢s adecuado para producir empleos estables.
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