La torre dos en uno de Tel Aviv
La densidad y la necesidad de dotar de identidad al creciente n¨²mero de edificios en altura caracteriza la torre doble que Ron Arad ha concluido en Israel
?Un iceberg? ?Un diamante? Ron Arad (Tel Aviv, 1951) bromea. No sabe c¨®mo los ciudadanos apodar¨¢n su Torre ToHa, el rascacielos que este arquitecto afincado en Londres desde hace d¨¦cadas ha concluido en el centro de Tel Aviv. Asegura que la identidad es clave para arraigar hoy un edificio de altura y relacionarlo con la ciudad. Es justamente su ubicaci¨®n, en el centro de Tel Aviv, y el futuro -denso- de las ciudades, lo que requiere la diferenciaci¨®n que facilita esa identidad marcada que se presta a apodos de la que habla.
Conseguir muchos metros ocupando poco espacio, -la densidad deriva de la condici¨®n de utilizar el m¨ªnimo suelo posible- tambi¨¦n es clave en el dise?o de los edificios urbanos del futuro. Se trata de lograr la mayor cantidad de metros cuadrados comercializables sin que esa prioridad econ¨®mica descuide la calidad arquitect¨®nica o deteriore la marca de los rascacielos. As¨ª, aunque todo parece negocio, no todo es tan pragm¨¢tico y mercantilista en el dise?o de un gran edificio.
La densidad, que es buena para la rentabilidad, puede serlo para los ciudadanos -reduce sus tiempos de desplazamiento- o incluso puede ser llegar a ser mejor si el espacio que rodea al edificio es p¨²blico, como es el caso de la torre doble de Arad. La normativa de pa¨ªs y las legislaciones de los Ayuntamientos se encargan de medir ese equilibrio entre p¨²blico y privado y de decidir el porcentaje de espacio compartido que debe cuidar -dise?ar, construir, sembrar, y mantener- cada nuevo edificio. No es una cuesti¨®n altruista, un edificio aislado y encerrado termina por generar plazas m¨¢s peligrosas y espacios de trabajo, comercio y negocio menos atractivos. La gente es un activo en las ciudades. Y algunos arquitectos y promotores saben considerarlo.
Arquitect¨®nicamente, es dif¨ªcil saber si este rascacielos son dos torres unidas o un edificio doble. Apoyado en dos patas de 29 plantas de altura, el rascacielos forma una puerta de acceso, una especie de arco, a un parque p¨²blico de casi 30 metros de altura. En el interior del edificio, un atrio alcanza la cubierta para llevar luz natural a las oficinas del rascacielos. La cubierta, ideada por Arad en colaboraci¨®n con su socio local, Yashar Architects, tendr¨¢, adem¨¢s de varios restaurantes-atalaya, dos terrazas y un circuito perimetral con vistas sobre la ciudad.
Como los icebergs, o como los diamantes a los que alude Arad, los vol¨²menes de este rascacielos se ensanchan en el centro y vuelven a estilizarse cuando ganan altura. Se trata de aprovechar al m¨¢ximo la densidad permitida y de utilizar, como dec¨ªamos, la m¨ªnima cantidad de suelo. Las fachadas escalonadas de las oficinas contribuyen a una mejor iluminaci¨®n natural y, a su vez, controlan la incidencia del sol con un voladizo. M¨¢s all¨¢ del vidrio, el principal acabado de la fachada es un material de ¨²ltima generaci¨®n -el Dekton, que comercializa la empresa Cosentino- que consigue superficies ultracompactas, no porosas y por lo tanto muy resistentes. Esos paneles superpuestos forman un tejido que permite la ventilaci¨®n. Los acabados y el dise?o de las torres definen, m¨¢s all¨¢ de una forma carism¨¢tica y una densidad rentable, la relaci¨®n de la torre con el clima. Un certificado Leed Platinum asegura el ahorro energ¨¦tico junto al recurso de los brise soleil, las terrazas y la ventilaci¨®n para reducir el consumo energ¨¦tico del rascacielos.
As¨ª, Arad, que se hizo un nombre en los ochenta reciclando asientos de coche para protagonizar el dise?o m¨¢s punk de la escena londinense, construye de nuevo en Israel tras firmar uno de los edificios m¨¢s emblem¨¢ticos de su renovaci¨®n urbana. El Museo de Dise?o de Holon ideado con Bruno Asa en 2010, es un cilindro din¨¢mico que se abre a los visitantes. Como ese icono, la torre-puerta del rascacielos ToHa quiere renovar otro barrio de Tel Aviv y construye su identidad a partir de dos objetivos: rentabilizar el espacio, reducir el consumo energ¨¦tico.
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