Finn Wolfhard, de ¡®Stranger Things¡¯: ¡°No hago nada por dinero. A¨²n no he llegado a ese punto y espero poder evitarlo¡±
Adem¨¢s de estar en la serie m¨¢s vista de Netflix, el actor tiene una l¨ªnea de moda y un grupo de rock
Finn Wolfhard (Vancouver, 2002) luce una sudadera en la que puede leerse su nombre impreso. Pertenece a una colecci¨®n c¨¢psula que ha creado junto a la firma Pull & Bear y que se encuentra presentando en el festival Primavera Sound. Dos d¨ªas antes de que el evento arranque, el actor canadiense, c¨¦lebre por la serie de Netflix Stranger things y cada vez un poco m¨¢s por su banda de rock, Calpurnia, se pasea relajado por la explanada del festival, cotillea en la tienda que la casa de moda ha armado y se sube a esos carritos de golf con los que los trabajadores del evento se trasladan por este terreno con tama?o de pa¨ªs peque?o en que se ha convertido el Primavera Sound. Se vuelve a mirar la sudadera. ¡°?Sabes? Mi padre alucina con esto, porque este apellido le dio bastantes dolores de cabeza en el colegio. No era demasiado guai. Y mira ahora¡±. Le comentamos que, en un principio, pensamos que su nombre era inventado. Demasiado perfecto para ser real. Nos mira con cara de no entender nada. Le devolvemos la misma mirada, pero con mucho peor cutis y muchas m¨¢s dioptr¨ªas.
Finn supo que era famoso en su tel¨¦fono antes que en la calle. Subieron los seguidores de Instagram mucho antes de que nadie le reconociera en alguna tienda
¡°Cuando empec¨¦ a hacer entrevistas, todo esto me parec¨ªa muy divertido. Poder hablar de muchas cosas de la serie que hab¨ªa estado haciendo. Lo que quer¨ªa era contarle a mis colegas todo lo de la serie, pero, claro, no pod¨ªa, porque no me permit¨ªan desvelar nada. Entonces, lleg¨® la promoci¨®n¡ ?y pod¨ªa largarlo todo! Aunque fuera a gente mayor que no conoc¨ªa de nada¡±, comenta Finn, mientras el s¨¦quito de personas mayores que han decidido monitorizar la entrevista se va reduciendo hasta casi quedar solos redactor y estrella.
Se puede confiar en Finn. No va a desvelar nada de la tercera temporada de Stranger things, que empezar¨¢ a emitirse un mes despu¨¦s de que este encuentro tenga lugar y solo flirtear¨¢ en un par de ocasiones con la idea de que igual le apetece, a veces, un poco m¨¢s, pero no mucho, solo un poco, tocar en directo o hacer versiones de Weezer o Television (¡°tienen un tema muy largo llamado Marquee moon que ahora tocamos y que me encanta¡±) que rodar durante 16 horas. Obviamente, hay un elemento que separa de forma casi gal¨¢ctica Calpurnia de Stranger things: el poder medi¨¢tico y econ¨®mico que poseen ambos productos hoy en d¨ªa no puede ser m¨¢s dispar. Calpurnia es una banda indie a la espera de su primer disco largo; Stranger things es el producto m¨¢s visto de la historia de Netflix.
Sea como sea, honra a Wolfhard el que iguale una gira promocional por hoteles de lujo con sus compa?eros de reparto con otra en furgoneta con la banda. ¡°Es como un viaje de fin de curso, pero m¨¢s largo y m¨¢s inc¨®modo. No s¨¦, yo no hago nada por dinero. A¨²n no he llegado a ese punto y espero poder evitarlo¡±, dice. Y se encoge de hombros. Nosotros tambi¨¦n, aunque el izquierdo lo tenemos algo jodido tras golpearnos ayer con la puerta de un ascensor. ¡°Adem¨¢s, la relaci¨®n con los actores de la serie y con los del grupo es similar. Lo ¨²nico es que con la serie a¨²n nos molestamos un poco si otro tiene una escena que nos gustar¨ªa hacer a nosotros¡±.
Cuenta Finn que supo que era famoso antes en su tel¨¦fono que en la calle. Subieron los seguidores de Instagram mucho antes de que nadie le reconociera en alguna tienda. Sensato y pausado, agradece a sus padres que le hayan ayudado a no convertirse en alguien ¡°muy de Hollywood¡± y a sus compa?eros que tengan su edad y muchas de sus mismas inquietudes, por lo que se ahorra el trauma de tantos actores infantiles de estar siempre rodeados de gente mayor, lo que hace que o crezcan muy r¨¢pido o no lo hagan nunca. ¡°Es bueno que cada vez haya m¨¢s gente muy joven importante en esta industria. Que se nos escuche, que se nos reconozca y valore, a pesar de ser muy j¨®venes¡±. Y nos mira con cara de joven. Y apagamos la grabadora y, como se?ores mayores, le pedimos que no se vaya antes de comprobar que todo se grab¨®. Y lo hace. Sin quejarse.
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