Golazos femeninos
Ya no cabe hablar de un Mundial de f¨²tbol femenino, sino de un Mundial femenino de f¨²tbol
No hay vuelta atr¨¢s, el f¨²tbol femenino es un fen¨®meno imparable. Incluso en Espa?a, donde su fant¨¢stica progresi¨®n bien merece un marco adecuado, no solo un brindis al sol de la Federaci¨®n, que ahora tutelar¨¢ la nueva Liga. No basta con que se d¨¦ amparo a una competici¨®n, sino que las jugadoras tengan la cobertura profesional necesaria, para lo que resulta imprescindible ¡ªy sin demora¡ª un convenio colectivo acorde con los tiempos que contemple salarios, horarios, maternidad y otras cuestiones b¨¢sicas en toda relaci¨®n laboral. No es suficiente que por fin ellas lleven sus nombres en la camiseta. Es hora de que se regule su profesi¨®n. Es hora de que ellas viajen en business como ellos. Y para esto se requiere del empuje y convencimiento de todos los sectores, entes deportivos y pol¨ªticos, medios de comunicaci¨®n y el propio f¨²tbol masculino. Hasta el Real Madrid, el m¨¢s reticente, ya cocina, aunque a fuego lento, al modesto Tac¨®n. Y no hay que olvidar que algunos de los t¨¦cnicos m¨¢s prestigiosos de la actualidad ¡ªErnesto Valverde (Bar?a) y Mauricio Pochettino (Tottenham)¡ª tambi¨¦n se instruyeron en los banquillos de equipos de mujeres.
Editoriales anteriores
Tras a?os de invisibilidad y caspa machista, los clubes y la selecci¨®n espa?ola han procurado un despegue extraordinario del f¨²tbol femenino y han seducido a una afici¨®n que festej¨® con fervor el reciente Mundial de Francia, o la clasificaci¨®n del Bar?a para la final de la ¨²ltima Champions. Para llegar hasta aqu¨ª fueron muchas las pioneras que se vieron obligadas a darse de bruces con barreras de todo tipo en un deporte que desgraciadamente tanto ha presumido de testosterona. Hoy ya ni Donald Trump puede callar a Megan Rapinoe, la activista por excelencia del f¨²tbol femenino. Gracias a ella y a otras antepasadas sin el mismo escaparate, son muchas las que ahora reclaman con todo el derecho el altavoz que merecen. Ya no cabe hablar de un Mundial de f¨²tbol femenino, sino de un Mundial femenino de f¨²tbol. Y en Espa?a no es suficiente con que la Federaci¨®n tome nota. Hay que actuar ya.
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