Este madrile?o pas¨® de dise?ar el bolso que enamor¨® a Lady Di a hacer de las sandalias un objeto de lujo

La trayectoria del dise?ador madrile?o ?lvaro Gonz¨¢lez despeg¨® por casualidad, cuando la princesa Diana de Gales empez¨® a pasearse con un bolso de piel que ¨¦l hab¨ªa dise?ado en Tod¡¯s, la firma para la que trabajaba. Conocido luego como D-Bag, sirvi¨® para que la casa italiana, famosa por sus zapatos, arrasara tambi¨¦n en el sector de los complementos. ¡°Fue uno de los primeros it bags de los noventa¡±, recuerda Gonz¨¢lez desde su casa florentina. ¡°El due?o de la marca guardaba el recibo de la compra de la princesa como uno de sus mejores tesoros¡±.

Aquello fue el detonante de una s¨®lida carrera. De Tod¡¯s pas¨® a dise?ar complementos para Valentino, Jimmy Choo y Loro Piana, y de ah¨ª a asesorar a Emilio Pucci, Max Mara o Calvin Klein. Sin embargo, en 2012 decidi¨® hacer un par¨®n y dedicarse a un producto habitualmente secundario en el mercado del lujo: la sandalia, ese calzado de verano que, bien ejecutado, a¨²na artesan¨ªa y utilidad. Con una dosis de sensibilidad contempor¨¢nea y ¡°reduccionista¡±, como ¨¦l mismo la describe, Gonz¨¢lez ha sabido convertirla en un objeto de lujo perfecto para un mercado saturado de grandilocuencia. El propio ?lvaro cuenta la g¨¦nesis de este proyecto. ¡°Durante mis a?os en Jimmy Choo, con las sobras de las pieles de los bolsos de cocodrilo sol¨ªa hacer cinturones y fundas de gafas para mi marido y para m¨ª. Cuando iba a la Costa Amalfitana, encargaba sandalias¡±, apunta.

El pasatiempo se convirti¨® en negocio cuando, durante una cena, sus dise?os llamaron la atenci¨®n de los due?os de Mr. Porter y de la boutique Colette. ¡°La colecci¨®n de mujer lleg¨® de forma a¨²n m¨¢s casual¡±, asegura. ¡°En 2013, Nick y yo celebramos nuestra boda con una fiesta en Florencia. El dress code fue esmoquin con sandalias para los hombres y, para las mujeres, vestido largo con sandalias planas dise?adas por m¨ª. Cuando algunas invitadas volaron a la semana de la moda de Nueva York con mis sandalias puestas, empec¨¦ a recibir emails pidi¨¦ndome ver la colecci¨®n de mujer, que no exist¨ªa¡±.

Hoy Gonz¨¢lez cuenta con una tienda en Marylebone y vive en Florencia, donde tambi¨¦n dise?a bolsos para Rodo, una marca que colecciona desde 1990 y que demuestra que lo que cuenta es la intuici¨®n.