?Salvar¨¢ la Amazonia los derechos humanos?
Muchos de los poderes militares y econ¨®micos que amenazan el medio ambiente tambi¨¦n sean violadores de derechos humanos
Los ¨¢rboles de la Amazonia son talados, los l¨ªderes ind¨ªgenas son asesinados. El presidente brasile?o Jair Bolsonaro dijo que la Amazonia es ¡°como una virgen que desean todos los extranjeros pervertidos¡±, y no permite datos o evidencias cient¨ªficas que demuestren el vertiginoso crecimiento de la deforestaci¨®n. En lugar de cient¨ªficos serios, asumen los puestos bur¨®cratas serviles que dicen: ¡°el calentamiento global no es lo m¨ªo¡±, y que est¨¢n de acuerdo con la censura del Gobierno de que los ¡°datos alarmistas¡± ser¨¢n revisados antes de que sean p¨²blicos. Las pol¨ªticas autoritarias y depredadoras de Bolsonaro fueron portada de The Economist y tema de un art¨ªculo provocativo de Stephen Walt, profesor de relaciones internacionales de Harvard Kennedy School, publicado en Foreign Policy.
Walt pregunta "?qui¨¦n salvar¨¢ a la Amazonia?", y parte de una escena fantasiosa de la pol¨ªtica internacional en 2025, donde el futuro presidente de los Estados Unidos amenaza con invadir Brasil para evitar una cat¨¢strofe global. La provocaci¨®n se refiere al uso de sanciones militares, econ¨®micas y pol¨ªticas aplicadas a pa¨ªses en crisis humanitarias (como lo hizo recientemente el presidente Trump con Venezuela), si se mantuvieran las pol¨ªticas ambientales depredadoras en Brasil. Si la Amazonia es de importancia mundial y su destrucci¨®n tendr¨¢ consecuencias m¨¢s all¨¢ de las fronteras del pa¨ªs, a nivel planetario, la analog¨ªa parece funcionar: del mismo modo que el derecho internacional reconoce la legitimidad del uso de la fuerza para salvar a los pueblos del exterminio, tambi¨¦n lo har¨ªa para recuperar un bien de inter¨¦s para la humanidad, el medio ambiente.
¡°A diferencia de Belice o Burundi, lo que haga Brasil puede tener un gran impacto¡±, afirma Walt, que tiene cuidado de no hacer una defensa expl¨ªcita de la intervenci¨®n militar, sino de operar en el campo hipot¨¦tico entre el uso leg¨ªtimo de la fuerza para proteger los derechos humanos de las poblaciones en riesgo, como en Siria, o de manera an¨¢loga para salvar el medio ambiente. Walt sabe que no es solo la historia lo que lo separa de la realidad de una confrontaci¨®n de poderes mundiales contra Brasil: lo describe como una "paradoja cruel" ¨Clos pa¨ªses m¨¢s peligrosos para el medio ambiente son tambi¨¦n las principales potencias nucleares o econ¨®micas, como China, Estados Unidos, India, Jap¨®n y Rusia¨C.
La paradoja es a¨²n m¨¢s cruel de lo que Walt muestra: el poder militar y econ¨®mico determina el silencio sobre las pol¨ªticas ambientales y de derechos humanos. No es casualidad que muchos de los poderes militares y econ¨®micos que amenazan el medio ambiente tambi¨¦n sean violadores de derechos humanos. De nuevo, el Brasil de Bolsonaro es un caso paradigm¨¢tico: la alegor¨ªa de la selva amaz¨®nica como "virgen" y su posesi¨®n como el deseo de un "pervertido" extranjero denuncia, como dice Jason Stanley, algunos de los s¨ªntomas de la pol¨ªtica fascista, como la "ansiedad sexual" y la "jerarqu¨ªa" que impulsa la "irrealidad" de los l¨ªderes. Incluso si est¨¢ alineado con pol¨ªticas globales ultraconservadoras, como las introducidas en?Hungr¨ªa, de persecuci¨®n de los estudios de g¨¦nero en universidades, Bolsonaro establece su propia l¨®gica jer¨¢rquica del mundo: "ellos" son todos los que est¨¢n en contra de los intereses econ¨®micos y militares que impulsan su agenda de desarrollo de explotaci¨®n del medio ambiente y despojo de los pueblos ind¨ªgenas.
Es en la irrealidad de la fantas¨ªa fascista que los l¨ªderes mienten y promueven la persecuci¨®n de cient¨ªficos y de universidades, el "antiintelectualismo" descrito por Stanley. No sin raz¨®n el presidente del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil?fue despedido despu¨¦s de demostrar un crecimiento de 40% en la deforestaci¨®n de la selva amaz¨®nica en los ¨²ltimos 12 meses. Es un hecho alarmista y, por lo tanto, "antinacionalista". Pero, inesperadamente, podr¨ªa ser que la Amazonia ofrezca el salvavidas a un pa¨ªs que se hunde mediante pol¨ªticas fascistas. El Papa Francisco dijo que estaba preocupado por la ¡°mentalidad ciega y destructiva que prioriza el beneficio econ¨®mico a la justicia¡± y convoc¨® el S¨ªnodo para la Amazon¨ªa para definir el papel de la Iglesia Cat¨®lica en la defensa de la regi¨®n y de los pueblos ind¨ªgenas. Es cierto que son diferentes agentes pol¨ªticos, ya que la misma Iglesia que promueve la homofobia y la misoginia que deleitan a los l¨ªderes ultraconservadores, es la que se manifiesta contra las pol¨ªticas ambientales depredadoras. Por lo tanto, debe haber esperanza de que, en la fragmentaci¨®n de las alianzas de poder, la Amazon¨ªa salve los derechos humanos.
Debora Diniz es brasile?a, antrop¨®loga, investigadora de la Universidad de Brown.
Giselle Carino es argentina, polit¨®loga, directora de IPPF/RHO
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.