Campe¨®n, Colombia, campe¨®n (Lima, Per¨²)
Es francamente conmovedor que nuestras deportistas le entreguen semejante victoria en las manos a un pa¨ªs que a duras penas se ha volteado a mirarlas

De vez en cuando alguien cree, no sin algo de raz¨®n, que tanto la palabra ¡°colonia¡± como la palabra ¡°Colombia¡± vienen del apellido del navegante Col¨®n. La verdad es que este pa¨ªs no s¨®lo fue una colonia durante un poco m¨¢s de tres siglos, sino que a ratos parece que siguiera si¨¦ndolo. ¡°Colonia¡± siempre se ha referido, en lat¨ªn, al ¡°territorio establecido por gente que no es de ah¨ª¡±. Y los colombianos seguimos port¨¢ndonos todos los lunes como extranjeros que no acaban de entender este lugar, o como expatriados que se han impuesto a s¨ª mismos la tarea de reivindicar a su patria, o como invasores que no quieren que nadie se meta en sus asuntos, pero que al tiempo pretenden que los sienten en la mesa de los grandes. Lo digo porque la semana pasada el mundo se la pas¨® rese?ando a Colombia para bien y para mal. Y s¨®lo hizo falta que aqu¨ª por fin nos lo tom¨¢ramos como algo usual.
As¨ª fue. Se critic¨® duramente, en prestigiosos e innegables medios de afuera, el primer a?o de este Gobierno en ciernes a¨²n a estas alturas. The Economist titul¨®: ¡°El improductivo primer a?o de Duque¡±. BBC Mundo tuite¨®: ¡°Subpresidente: la pesada carga del presidente de Colombia por ser el elegido de ?lvaro Uribe¡±. Deutsche Welle sentenci¨®: ¡°Iv¨¢n Duque, el presidente que se reh¨²sa a crecer¡±. Y EL PA?S concluy¨® en su editorial: ¡°El presidente de Colombia necesita alejarse de los sectores m¨¢s intransigentes de su partido para sacar a su pa¨ªs de la par¨¢lisis¡±. Y fue evidente que este a?o tan err¨¢tico nuestro Estado perdi¨® buena parte de su tiempo en la venganza personal de unos cuantos pol¨ªticos con delirio de mayor¨ªa y que el ¨¢rido partido uribista no supo ser partido de Gobierno, sino oposici¨®n y sombra.
Fue claro tambi¨¦n, sobre todas las cosas, que hoy es menos necesario que nunca ser ciudadano de un pa¨ªs para criticarlo: que el mundo entero est¨¢ en su derecho de poner en su lugar a ese Donald Trump nefasto que se atreve a hacer las paces con las armas en memoria de los masacrados y a aquel Jair Bolsonaro desquiciado que propone defecar d¨ªa de por medio para preservar el medio ambiente. Si la idea es que ¡°colombiano¡± sea sin¨®nimo de ¡°humano¡±, si el prop¨®sito es que todo lo que pase en las sociedades de la Tierra pueda discutirse de igual a igual entre personas de cualquier naci¨®n, si la esperanza es que el titular ¡°?Estados Unidos de Am¨¦rica certific¨® la lucha contra las drogas de Colombia!¡± no suene a buena noticia entre la gente de ac¨¢, sino que suene a vieja infamia, entonces hay que estar dispuestos a recibir la mirada de afuera.
Y a servirle: a explicarle que nuestra selecci¨®n femenina de f¨²tbol se merec¨ªa quedarse con la medalla de oro en los Juegos Panamericanos de Lima, en Per¨²¨C¡°campe¨®n, Colombia, campe¨®n¡±, gritaban, al fin reivindicadas, en el camerino¨C, luego de ganarle por penales la final a la estupenda selecci¨®n argentina, pero de ninguna manera fue un logro de un Estado que no ha querido creer en las magn¨ªficas futbolistas que tiene, ni mucho menos fue un triunfo de los directivos que durante tanto tiempo ningunearon y humillaron a las jugadoras de todos los modos posibles, sino la proeza de estas mujeres que no se han dejado callar. Repito: Colombia es un amor no correspondido. Y es francamente conmovedor que nuestras deportistas le entreguen semejante victoria en las manos a un pa¨ªs que a duras penas se ha volteado a mirarlas.
Y es francamente incre¨ªble que esta suma de individuos que se han hecho a s¨ª mismos, contra el viento y la marea de Colombia, a¨²n no haya dado como resultado un pa¨ªs emancipado, adulto, certificado por s¨ª mismo.
Pero la verdad es que una colonia s¨®lo deja de ser otra colonia cuando cae en cuenta de que suele arregl¨¢rselas sola.
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