¡®Nuevas¡¯ profesiones: se?aladores y censores
Biaggio de Cesena se meti¨® con el 'Juicio final' de la Capilla Sixtina. Miguel ?ngel le hizo pasar a la historia, lo pint¨® en el infierno con una serpiente mordi¨¦ndole las pelotas
Cuando en 1541 Miguel ?ngel termin¨® el Juicio final en la Capilla Sixtina el l¨ªo fue monumental. Para lo que se supon¨ªa que era uno de los ¨¢bsides m¨¢s importantes del catolicismo se hab¨ªa barajado escenificar la Resurrecci¨®n. Una menudencia; el fundamento de la doctrina cristiana. Pero, como sucede en las reuniones de trabajo, a alguno con influencias esto le debi¨® parecer poco extraordinario y avanz¨® la idea de plasmar la derrota de los ¨¢ngeles rebeldes. Ya se sabe: Make the Church Great Again. Pero los ¨¢ngeles son inmateriales y al ser humano le va la marcha de poner cara ¡ªy conocida¡ª al malo, de manera que se opt¨® por el Juicio final. Pero resulta que cuando el sacerdote, normalmente el Papa, elevaba la forma en la consagraci¨®n ¡ªla misa se celebraba de cara al altar con este adosado al muro¡ª y alzaba la vista se encontraba¡ con los atributos del mism¨ªsimo Cristo. Y si desviaba la vista, ten¨ªa el mismo espect¨¢culo por toda la pared. Porque Miguel ?ngel, que hab¨ªa hecho los deberes, se hab¨ªa centrado en lo importante: el ser humano desnudo ante la responsabilidad de los propios actos y sus consecuencias.
Naturalmente, el coro de los acusadores se ceb¨®. Lo ven¨ªan haciendo durante toda la ejecuci¨®n de la pintura y eso que no ten¨ªan, como hoy, multinacionales cibern¨¦ticas que ganan dinero a espuertas gracias a usuarios que creen estar haciendo la revoluci¨®n, cuando en realidad se han colocado voluntariamente en el escal¨®n m¨¢s bajo del capitalismo m¨¢s extremo: trabajas para m¨ª gratis y dame las gracias porque te hago un favor. En ese coro destacaba Biaggio de Cesena quien, en un estilo f¨¢cilmente reconocible en cualquier hilo de Internet, dijo que el Juicio final estaba bien ¡°para decorar una taberna¡±. Miguel ?ngel tuvo la generosidad de hacerlo pasar a la historia. Lo pint¨® en el infierno con una serpiente mordi¨¦ndole las pelotas. Cuando Biaggio se quej¨® al Papa este le respondi¨® que todav¨ªa en el purgatorio podr¨ªa haberle ayudado, pero que el infierno quedaba fuera de su jurisdicci¨®n. Quien ha pasado a la historia como censor es Daniele de Volterra. Pint¨® un pa?o por aqu¨ª y otro por all¨¢. Mote inevitable: il braghettone. Pero cuando Volterra actu¨®, los Cesenas ya llevaban mucho tiempo acusando.
Parece que censor es una profesi¨®n con futuro, pero se?aladores y acusadores tienen ya un magn¨ªfico presente.
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