Activar las pol¨ªticas
Las pol¨ªticas activas de empleo son una nueva forma de entender los mecanismos de protecci¨®n social
Casi hab¨ªa agotado su tiempo de intervenci¨®n en la sesi¨®n de investidura del pasado 25 de julio cuando de pronto sac¨® su ¨²ltima carta: ¡°(¡) renunciamos al Ministerio de Trabajo a cambio de que nos cedan ustedes las competencias para dirigir las pol¨ªticas activas de empleo de este pa¨ªs¡±. Las palabras de Pablo Iglesias provocaron un cierto alboroto en el hemiciclo y aplausos ahogados entre sus filas. El presidente gestualizaba un contenido, pero persistente, no.
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Tan perif¨¦rica es esta pol¨ªtica que los medios corrieron a explicar qu¨¦ es y para qu¨¦ sirve. Sencillamente, es el recurso a trav¨¦s del cual las administraciones tratan de ayudar a las personas desempleadas a encontrar un hueco en el mercado laboral espa?ol. Atendiendo a los ¨ªndices de desempleo de corta y larga duraci¨®n, de temporalidad o la calidad del empleo para una gran masa cr¨ªtica de nuestra fuerza laboral, se intuye una utilidad m¨¢s bien limitada, aunque con precisi¨®n no lo podemos saber. Explicaba el reciente informe de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) que la dispersi¨®n administrativa es tal que resulta casi imposible estimar su efectividad. Esto es, a cu¨¢nta gente se consigue realmente rescatar del paro para ofrecerle una opci¨®n de empleo digno. Tampoco sabemos bien cu¨¢nto esfuerzo presupuestario destinamos a este tipo de pol¨ªticas de empleo. La propia AIReF estimaba unos 6.000 millones de euros, una cifra lejana a los 18.000 millones que gastamos en pol¨ªticas pasivas, l¨¦ase, prestaci¨®n al desempleo.
?Por qu¨¦ pedir¨ªa Iglesias dirigir algo tan poco relevante? ?Por qu¨¦ querr¨ªa controlar un ¨¢mbito de pol¨ªtica p¨²blica perif¨¦rica, con las competencias transferidas a las autonom¨ªas y con un presupuesto limitado a la vez que incierto, en cuanto que depende de la aprobaci¨®n de los Presupuestos Generales del Estado? ?Qu¨¦ inter¨¦s podr¨ªa tener UP en gestionar los paquetes de incentivos a la contrataci¨®n, la orientaci¨®n laboral o los cursillos de formaci¨®n que parecen servir para poco? ?Se referir¨ªa Ione Belarra a esto cuando dijo que su formaci¨®n no hab¨ªa llegado de las plazas para convertirse en un jarr¨®n chino?
La propuesta de Pablo Iglesias en el Congreso tuvo m¨¢s fondo del que unos y otros le atribuyeron en aquellos momentos de vocer¨ªo
En estos d¨ªas veraniegos de tiempo detenido, me pregunto si quiz¨¢ la propuesta tuvo m¨¢s fondo del que unos y otros le atribuyeron en aquellos momentos de vocer¨ªo y confusi¨®n. Quiz¨¢ no estaba Iglesias pensando en lo que son, las pol¨ªticas activas de empleo, sino en lo que podr¨ªan llegar a ser. ?Y si en lugar de un ¨²ltimo intento desesperado por entrar en el Gobierno se tratara de una propuesta genuina de reformulaci¨®n de nuestro Estado de bienestar? Cierto es que valen poco las pol¨ªticas activas y que casi se extinguen en la ¨²ltima crisis, pero ?no llevan a?os los Estados de bienestar m¨¢s consolidados buscando inexplorados equilibrios entre las cl¨¢sicas pol¨ªticas pasivas ex-post y las nuevas pol¨ªticas ex-ante? Con los niveles de extrema precariedad y la dram¨¢tica falta de expectativas entre las generaciones m¨¢s j¨®venes, ?no deber¨ªa de ser el programa de Garant¨ªa Juvenil un eje central de las pol¨ªticas de empleo en lugar de un min¨²sculo sat¨¦lite sin ¨®rbita?
Por fin alguien escucha, pens¨¦. Acud¨ª al programa electoral de Unidas Podemos con la esperanza de encontrar el resto de la baraja y, a decir verdad, encontr¨¦ poco. El apartado sobre justicia laboral est¨¢ casi en exclusiva dedicado a proponer mejoras en las pol¨ªticas pasivas. No es que la protecci¨®n por desempleo, la revalorizaci¨®n de las pensiones, las pensiones m¨ªnimas o la jubilaci¨®n anticipada no sean importantes, sin duda lo son. La constante amenaza de las pol¨ªticas de austeridad de la ¨²ltima d¨¦cada obliga a las fuerzas progresistas a defender la retaguardia con el fin de preservar derechos conquistados, pero no es suficiente. Su capacidad de respuesta a las casu¨ªsticas de cada vez m¨¢s individuos y a la realidad de nuestro mercado laboral es limitada. Hace tiempo que sabemos que el desempleo ha dejado de ser ese episodio extraordinario y breve en la historia de un trabajador o una trabajadora que debemos de proteger hasta que regrese por la senda prescrita. En numerosas trayectorias vitales las grietas se multiplican sin que nuestro entramado institucional sea capaz de evitar la ca¨ªda. Las pol¨ªticas activas de empleo no son ruedas de h¨¢mster para los desdichados, ni el ¨²ltimo eslab¨®n en una cadena de fracasos que alguien acumula desde la escuela primaria. Son una nueva forma de entender los mecanismos de protecci¨®n social ante los enormes retos que plantean procesos como el de la globalizaci¨®n, la revoluci¨®n tecnol¨®gica o la creciente diversidad social. Ampliar el horizonte nunca es f¨¢cil, pero unos partidos est¨¢n mejor posicionados que otros para reivindicar las nuevas coordenadas que nos ayuden a navegar por este cambiante mundo antes de que se terminen por achicar las bases que legitiman nuestras democracias. ¡°No hay m¨¢s caminos que aquellos de llegada¡±, escribi¨® Szymborska en Utop¨ªa. Para qu¨¦ iba nadie a querer asaltar los cielos desde las plazas, si no para esto.
Margarita Le¨®n es profesora de Ciencia Pol¨ªtica de la Universitat Aut¨°noma de Barcelona.
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