Deber cumplido
La oferta de un puerto espa?ol para el ¡®Open Arms¡¯ es un gesto necesario
El Gobierno espa?ol ofreci¨® a mediod¨ªa de ayer Algeciras y horas despu¨¦s Baleares como puertos para desembarcar al centenar de n¨¢ufragos que contin¨²an a bordo del Open Arms, si bien los responsables del barco descartaron ambas propuestas por estimar que el buque no est¨¢ en condiciones de emprender una nueva traves¨ªa, que exigir¨ªa de cuatro a seis d¨ªas adicionales de navegaci¨®n. El gesto del Ejecutivo en funciones que preside Pedro S¨¢nchez es, no obstante, necesario y digno de elogio, en contraposici¨®n a la violaci¨®n de la legislaci¨®n internacional por los Gobiernos de Malta y de Italia.
Estas dos semanas, el vicepresidente y ministro del Interior de este ¨²ltimo pa¨ªs, Matteo Salvini, ha pretendido capitalizar la crisis con fines pol¨ªticos: mientras exhibe una supuesta firmeza contra el tr¨¢fico de personas, ha intentado dinamitar el Gobierno del que forma parte y forzar un adelanto electoral, aprovechando su protagonismo en esta odisea como aval de sus posiciones xen¨®fobas y antieuropeas. El plan ha concluido en fracaso, y el peso de la responsabilidad por la suerte de todos los pasajeros del Open Arms, y no solo de los que se ha visto obligado a acoger, sigue recayendo sobre sus hombros.
El gesto espa?ol solo puede ser interpretado como el rechazo a la l¨®gica nacionalista que Salvini ha intentado infructuosamente inocular entre socios europeos. A diferencia de ¨¦l y de la execrable demagogia con la que quiere envilecer las instituciones europeas, Francia, Alemania, Portugal, Luxemburgo y Rumania, adem¨¢s de Espa?a, han entendido que no son las bravatas fascistas del ministro italiano las que merecen respuesta, sino la dram¨¢tica situaci¨®n en la que se encuentran un centenar y medio de personas rescatadas en alta mar. Es decir, han procedido con el mismo criterio que la justicia italiana y que algunos pol¨ªticos que comparten Gabinete con Salvini, pero que son contrarios a su posici¨®n y que est¨¢n salvando la dignidad del pa¨ªs que ¨¦l est¨¢ dispuesto a arruinar por oportunismo y egolatr¨ªa.
El tr¨¢fico de personas y las mafias que lo llevan a cabo son un problema, pero en ning¨²n caso una excusa. La situaci¨®n objetiva en la que se encontraban las personas en el momento de ser rescatadas por el Open Arms entra?aba un peligro para sus vidas que hace irrelevante el motivo por el que llegaron a encontrarse en ella. El deber legal de los Estados era ponerlas a salvo de inmediato, para, a continuaci¨®n, adoptar las medidas pol¨ªticas necesarias para evitar que el riesgo se repita.
Espa?a y el resto de los pa¨ªses que se han ofrecido a facilitar el desenlace de la crisis del Open Arms han acreditado suficiente disposici¨®n para cumplir con un deber que es a la vez jur¨ªdico, pol¨ªtico y moral, y se encuentran en inmejorables condiciones para reclamar en todas las instancias de la Uni¨®n la b¨²squeda de una soluci¨®n europea. No solo en el pr¨®ximo Consejo de Ministros de Interior, en el que participar¨¢ Salvini, sino tambi¨¦n en el primer Consejo Europeo en el que la cuesti¨®n pueda ser abordada. La importancia de esta gesti¨®n a varios niveles no reside ¨²nicamente en la gravedad de la materia; lo que la crisis del Open Arms?ha puesto adem¨¢s de manifiesto es que el ministro del Interior de una fuerza de extrema derecha ha querido erigirse en caudillo frente a su propio Gobierno, y a trav¨¦s de ¨¦l, frente a la Uni¨®n. Y eso Europa no puede consentirlo.
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