Diosdado tira del tren a Nicol¨¢s Maduro
?Es impensable un Gobierno con Juan Guaid¨® y un gabinete harvardiano en 'entente cordiale' con militares de la catadura de Diosdado y sus cortagargantas?
¡°No preguntes y no te mentir¨¢n¡±, rezaba el lema entre los lemas que guiaban a Kim, el sagaz esp¨ªa adolescente, trasunto de Rudyard Kipling en la antigua India brit¨¢nica.
No soy esp¨ªa ni vivo en la India, pero desde que tantos venezolanos en el exilio aspiran a un lugar, si no en la Historia de Hispanoam¨¦rica, al menos s¨ª en la n¨®mina del hasta ahora mitol¨®gico ¡°Gobierno de transici¨®n¡±, presidido por Juan Guaid¨® y tutelado por generales a quienes el consejero John Bolton ofrece desembozadamente perdonarles todo a cambio de que derroquen a Maduro, Bogot¨¢ se ha convertido en un paraje moralmente evocativo de la Lisboa ¡°neutral¡± durante la Segunda Guerra.
En consecuencia, Bogotown es el sitio donde puedes enterarte de todo a condici¨®n de que navegues con bandera de p¨¢nfilo y aguces las orejas. Lo dem¨¢s lo hace la naturaleza caribe, gregaria, expansiva y, sobre todo, estent¨®rea de los venezolanos.
Emisarios de todas las Venezuelas, esp¨ªas y subesp¨ªas de Maduro, gerentes petroleros defenestrados hace casi 20 a?os por Ch¨¢vez y que hoy creen ver llegada su vindicta, candidatos a embajadores de Guaid¨®, corresponsales de la prensa global, generales chavistas ca¨ªdos en desgracia, antiguos perros de presa de la proterva Fiscal¨ªa chavista que intentan hoy pasar ?y vaya si lo logran! por activistas de derechos humanos, polit¨®logos que de ¨¢ulicos de Ch¨¢vez de la primera hora pasaron a ser ¡°chavistas cr¨ªticos¡±, pol¨ªticos de la IV Rep¨²blica que cre¨ªamos en el retiro, correveidiles de los exilios de Miami y Madrid, hombres de negocios, comisionistas, m¨²sicos de salsa.
La idea, as¨ª sea vagarosa, de un inminente Gobierno ¡°de unidad nacional¡± anima en cada quien una tolerancia, una amplitud que, en su promiscuidad, descorazonar¨ªa a m¨¢s de un guerrero de Twitter de esos que solo se dar¨¢n por satisfechos cuando vean marines clavando la bandea de barras y estrellas en el sarc¨®fago de Hugo Ch¨¢vez.
No todo lo que ves en esta Casablanca suramericana es morralla de una corte malandra; tambi¨¦n va y viene gente de pro, gente muy ch¨¦vere animada de buenos prop¨®sitos. Con todo, la imagen que me hago de la Bogot¨¢ del exilio venezolano ¨C y para el caso, tambi¨¦n de Madrid y de Miami, en ese orden? es la del promiscuo saloon intergal¨¢ctico que en Star Wars I congrega a todo bicho con dientes, ya sean sedicentes dem¨®cratas o ¡°gente del proceso¡±. Y todos compiten en hacer saber que est¨¢n muy bien enterados de lo que va a pasar, todos cuentan sin recato lo que creen saber y lo que saben de cierto.
En noches pasadas acud¨ª a una dinner party donde rozaban codos, por ejemplo, un antiguo alto funcionario de la feroz Fiscal¨ªa que encarcel¨® con pruebas ama?adas a Leopoldo L¨®pez y autorizados operadores del presidente encargado. ¡°No preguntes y no te mentir¨¢n¡±, me dije una vez m¨¢s. Esa noche entrev¨ª lo que, salvo un cataclismo, indefectiblemente ha de venir.
La composici¨®n del trance que nos espera la dict¨® una frase o¨ªda al pasar: ¡°Diosdado no se va a calar que lo dejen por fuera como la guayabera. Sin ¨¦l, ?no hay nada! ¡±. Segu¨ªa una composici¨®n de m¨®viles y ocasiones muy convincente pero, a mi parecer de entonces, inveros¨ªmil.
Sin embargo, un despacho muy bien averiguado de la Associated Press, verdadera primicia, un scoop, un ¡°tubazo¡± firmado por Joshua Goodman, confirma hoy en todos sus t¨¦rminos lo escuchado una noche por entre una p¨¦rgola: Diosdado Cabello est¨¢ dispuesto a tirar del tren a Nicol¨¢s Maduro. Y tiene valedores en Washington. Todo depende de las seguridades que puedan darle a Maduro y su retinue de un hipot¨¦tico exilio adinerado.
Pi¨¦nselo unos segundos, presione el bot¨®n fast forward de la imaginaci¨®n hist¨®rica: ?es impensable un Gobierno con Guaid¨® desplegando un programa econ¨®mico del Fondo Monetario Internacional, con un gabinete harvardiano en entente cordiale con militares de la catadura de Diosdado y sus cortagargantas? ?No lo cree posible?
Venezuela es un bot¨ªn, se?oras y se?ores, y como dice David Rieff, el mundo es un matadero.
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