Tir¨¢rselo a los perros

El Centro Democr¨¢tico, el partido de Gobierno y cuyo l¨ªder es el actual senador y expresidente ?lvaro Uribe, funciona como una secta. En lo fundamental, la decisi¨®n siempre la tiene su l¨ªder m¨¢ximo y no importa la circunstancia, siempre estar¨¢ primero ?lvaro Uribe y no el Gobierno de Iv¨¢n Duque. As¨ª, por ejemplo, el partido meti¨® al presidente Duque a un callej¨®n sin salida durante el primer a?o de su Gobierno, unas objeciones a la ley estatutaria de la Jurisdicci¨®n Especial para la Paz (JEP), las cuales eran abiertamente inconstitucionales y que llevaron a una par¨¢lisis en el Congreso de la Rep¨²blica. En el fondo, el objetivo era destruir a la JEP para que nunca el expresidente ?lvaro Uribe pasara por la justicia transicional, pues son varios casos en temas de derechos humanos en los cuales estar¨ªa envuelto.

En la actual coyuntura dos son las preocupaciones del uribismo. Por un lado, en algunas semanas el expresidente Uribe deber¨¢ comparecer en la Corte Suprema Justicia por el tema de ¡°volteo de testigos¡±. En este caso ya no hay dudas, existen interceptaciones telef¨®nicas legales, y claramente se logran ver los comportamientos no ajustados a derecho del actual senador Uribe y su intenci¨®n de torpedear la justicia. Por otro lado, la imagen del presidente Duque se encuentra en su punto m¨¢s bajo, ronda el 30%, no se ve rumbo en su Gobierno, a nivel territorial reina del desgobierno y, sobre todo, el ala m¨¢s radical del uribismo ya comenz¨® a dejarlo solo.

Para las pr¨®ximas elecciones locales del mes de octubre, el senador Uribe hab¨ªa calculado lograr cerca de 500 alcald¨ªas de las poco m¨¢s de 1.100 que existente en el pa¨ªs. En las ¨²ltimas semanas su sue?o se vino al suelo, en muchas regiones debi¨® ceder el aval de su partido a pol¨ªticos tradicionales y dejar solos a sus propios candidatos. La imagen del uribismo se ha deteriorado bastante. Dicha situaci¨®n llev¨® al ala m¨¢s radical de su partido a poner fecha al presidente Iv¨¢n Duque para recuperar la imagen de su Gobierno: junio de 2020.

Un exgeneral del ej¨¦rcito en retiro sentenci¨®: ¡°de no recuperarse se lo tiramos a los perros¡±. Dicha frase significa, en el contexto pol¨ªtico, dejarlo solo y entregarse a la oposici¨®n para que lo destrocen. Su estrategia es difundir la idea de que Duque no era un verdadero uribista, que traicion¨® el movimiento y que su excesivo ¡°santismo¡± lo llev¨® al fracaso.

La situaci¨®n ya es tan visible que dos de los precandidatos del Centro Democr¨¢tico tienen armados equipos de campa?a, mensajes y andan en reuniones cerradas aglutinando fuerzas pol¨ªticas. Uno de ellos es Rafael Nieto Loaiza, quien ha recorrido el pa¨ªs en las ¨²ltimas semanas y ha logrado aglutinar, por ejemplo, una gran parte del generalato en retiro. En sus discursos ya comienza a hacer p¨²blico el mensaje sobre la necesidad de un ¡°verdadero¡± uribista y la traici¨®n de Duque.

En todo caso, en las ¨²ltimas horas un hecho har¨ªa acelerar o mejor, pondr¨ªa a prueba a todo el Centro Democr¨¢tico. Se refiere al llamado a indagatoria que hizo la Corte Suprema de Justicia al expresidente Uribe. Incluso, podr¨ªa terminar detenido en dicho llamado a indagatoria. La estrategia del expresidente y de su c¨ªrculo m¨¢s cercano, es, como era obvio, hacerse la v¨ªctima y llevar a que el Estado de derecho sea reemplazado por un Estado de opini¨®n. Es decir, se pretende que la movilizaci¨®n de las bases radicales logre echar abajo los principios del Estado de derecho. Tambi¨¦n se prev¨¦n hasta medidas como el llamar a una Asamblea Nacional Constituyente, un sue?o que siempre ha tenido el uribismo.

Toda esta situaci¨®n pondr¨¢ a prueba el Gobierno Duque, pues, aunque es un Gobierno de corte neopopulista, ha demostrado en el primer a?o que estira el caucho hasta un punto, pero no hasta que se reviente, es decir, hasta desconocer el Estado de derecho. Si la situaci¨®n jur¨ªdica del expresidente Uribe se complica, el ala radical del partido exigir¨¢ al Gobierno medidas extraordinarias y ah¨ª es cuando Duque puede arreglar las cosas con su partido o romper con ¨¦l.