Planeta en llamas

La activista Greta Thunberg suele afirmar, al intentar que los adultos despierten ante la emergencia clim¨¢tica: ¡°Nuestra casa est¨¢ en llamas¡±. La sueca de 16 a?os atraviesa ahora el oc¨¦ano en velero rumbo a la cumbre de la ONU. Sin embargo, puede que Greta no haya imaginado algo todav¨ªa m¨¢s aterrador: hacendados prendiendo fuego a la selva como manifiesto pol¨ªtico. Es lo que sucedi¨® en la Amazonia el 10 de agosto.

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Hacendados del suroeste de Par¨¢, una de las regiones m¨¢s conflictivas de la Amazonia brasile?a, organizaron el D¨ªa del Fuego, en el que quemaron ¨¢reas para pastos y en proceso de deforestaci¨®n. Seg¨²n uno de los l¨ªderes, entrevistado por el peri¨®dico de la ciudad amaz¨®nica Novo Progresso, los hacendados se sienten ¡°amparados por las palabras de Jair Bolsonaro¡±. Tambi¨¦n afirmaron que deseaban mostrar al presidente de Brasil ¡°que quieren trabajar¡±. Todo indica que lo consiguieron. Seg¨²n los datos del Instituto Nacional de Estudios Espaciales, en esa fecha los incendios aumentaron un 300% en Novo Progresso, con 124 focos. Al d¨ªa siguiente, el n¨²mero subi¨® a 203.

Mientras Greta navega hacia Nueva York, su frase se vuelve literal: hay incendios en diferentes partes del planeta, de Gran Canaria a Siberia. La conexi¨®n con la crisis clim¨¢tica puede ser m¨¢s o menos directa. Julio fue el mes m¨¢s caluroso de la historia. En el ?rtico, el r¨¦cord de incendios ha creado un ciclo vicioso: el fuego suelta CO2 en la atm¨®sfera y agrava el colapso clim¨¢tico. En todas partes, las olas de calor y la falta de humedad dificultan la labor de los bomberos.

Las malas noticias para sobrecalentar el planeta no paran. Ante la explosi¨®n de deforestaci¨®n en el Gobierno de Bolsonaro, Alemania y Noruega han congelado casi 65 millones de euros destinados a la protecci¨®n de la Amazonia. Bolsonaro ha respondido al gobierno alem¨¢n: ¡°As¨ª Alemania dejar¨¢ de comprar la Amazonia a plazos¡±. Y a los noruegos: ¡°Coged la pasta y ayudad a Merkel a reforestar Alemania¡±.

Bolsonaro no es solo est¨²pido. Las declaraciones sirven para agudizar la paranoia de sus seguidores: el presidente defiende que la preocupaci¨®n por la selva es una excusa para quitarle la Amazonia a Brasil. El curioso nacionalismo que predica Bolsonaro maldice a Europa en nombre de la soberan¨ªa y dobla el espinazo hasta que se le ven los calzoncillos ante Estados Unidos. La ¨²nica buena noticia econ¨®mica de su Gobierno fue el acuerdo entre la UE y el Mercosur. Mientras Europa no deje de comprar carne de deforestadores y siga aceptando productos empapados de pesticidas, la agroindustria predatoria va a continuar celebrando m¨¢s d¨ªas de fuego. El lunes por la tarde, el humo de los incendios en la Amazonia hizo que anocheciera en S?o Paulo, la mayor ciudad de Brasil, a miles de kil¨®metros de distancia.

Traducci¨®n de Meritxell Almarza