UE, emigrantes y el ¡°inter¨¦s de la justicia¡±

Miles de personas, sin futuro en sus pa¨ªses de origen, destinadas a morir de hambre o por violencia armada, aquellos a quienes Frantz Fanon denominaba ¡°condenados de la Tierra¡±, se lanzan al Mediterr¨¢neo a la b¨²squeda de Europa. Provienen de Estados fallidos del sur global, carentes de ley, en permanentes guerras tribales o sectarias, donde hombres, mujeres y ni?os son objeto de inacabable violencia, asesinatos masivos o de un bandidaje sin cuartel.

Pero la Europa que esos desheredados de la historia ans¨ªan se halla profundamente dividida sobre c¨®mo hacer frente a los que huyen de sus devastadas sociedades. Una Europa de la que ya en 2016 el presidente Juncker dijo que ¡°se encuentra en una crisis existencial..., nunca antes hab¨ªa visto que hubiera tan pocas cosas en com¨²n entre nuestros Estados miembros¡±. Fragmentaci¨®n y opiniones enfrentadas de los Estados ante la crisis migratoria, que yo preferir¨ªa denominar crisis europea ante el fen¨®meno migratorio forzoso.

Esa crisis existencial incluye el derrumbe de los valores, principios y deberes, espec¨ªficamente el de la solidaridad, que est¨¢ da?ando, quiz¨¢s irreversiblemente, el espl¨¦ndido proyecto europeo. Angela Merkel lo manifest¨® meridianamente en agosto de 2015: ¡°Si Europa fracasa en la cuesti¨®n de los refugiados, si se rompe el estrecho lazo con los derechos civiles universales, ya no estaremos ante la Europa a la que aspir¨¢bamos¡±. Obviamente, la canciller alud¨ªa a los valores y principios que durante a?os han sido consustanciales con la naturaleza de la Uni¨®n, explicitados en el art¨ªculo 2 del Tratado de la Uni¨®n Europea: ¡°La Uni¨®n se fundamenta en los valores de respeto de la dignidad humana, libertad, democracia, igualdad, Estado de derecho y respeto de los derechos humanos¡±.

Un colectivo de juristas ha denunciado la pol¨ªtica migratoria de la UE por cr¨ªmenes de lesa humanidad

Hastiados de la dejaci¨®n europea de los mencionados valores, distintas organizaciones, movimientos y sociedad civil que mantienen, impulsan y pretenden impedir la desaparici¨®n de los mismos, han reaccionado. En junio, un colectivo de juristas ha denunciado la pol¨ªtica migratoria de la Uni¨®n Europea (UE) ante el Tribunal Penal Internacional (TPI) en cuanto causante de cr¨ªmenes de lesa humanidad. Aporta pruebas que implican a funcionarios de la Uni¨®n y de diversos Estados miembros en la comisi¨®n de dichos cr¨ªmenes, formando parte, seg¨²n ellos, de una pol¨ªtica premeditada para detener los flujos migratorios desde ?frica a partir de 2014. Las pruebas ¡ªadmisibles por la jurisdicci¨®n del TPI¡ª incluyen la muerte por ahogamiento de miles de migrantes, el retorno forzoso de decenas de miles que intentaban huir de Libia y la complicidad en los delitos de deportaci¨®n, asesinato, esclavitud, tortura, violaci¨®n y otros actos inhumanos que tienen lugar en los campos de detenci¨®n libios.

No ha sido el colectivo de juristas el ¨²nico en denunciar las barbaridades perpetradas. Entre otros, lo han hecho las propias Naciones Unidas (Desperate and Dangerous: Report on the Human Rights Situation of Migrants and Refugees in Libya, 18-12-2018) y espec¨ªficamente el relator especial del Consejo de Derechos Humanos (15-08-2017) y el relator especial sobre la tortura (26-02-2018), y a¨²n m¨¢s recientemente Human Rights Watch, en un informe asimismo escalofriante: No Escape from Hell. EU Policies Contribute to Abuse of Migrants of Libya (21-01-2019).

El TPI tiene la palabra sobre la perpetraci¨®n de actos que desear¨ªamos que no se produjeran en ninguna parte

El Tribunal est¨¢ apoyado y en parte financiado por la propia Uni¨®n Europea a trav¨¦s de sus Estados miembros y comparte los mismos principios y valores que la Uni¨®n, raz¨®n por la que ambos firmaron en 2006 un acuerdo de cooperaci¨®n y asistencia mutua, en virtud del cual la Uni¨®n debe defender y actuar conforme a los valores del Estatuto de Roma. As¨ª las cosas, ?actuar¨¢ el Tribunal Penal Internacional imparcialmente en relaci¨®n con la comunicaci¨®n ante ¨¦l presentada con el fin de investigar, enjuiciar y, en su caso, condenar a la Uni¨®n Europea? No creo que ser¨ªa f¨¢cil para la Corte hacer o¨ªdos sordos. Precisamente esa proximidad jur¨ªdica, pol¨ªtica y moral debe empujar a la Corte a examinar actos supuestamente delictivos sobre la base de pruebas fehacientes. Otra cosa son los impedimentos de forma ¡ªjur¨ªdicos¡ª o de fondo ¡ªjur¨ªdico-pol¨ªticos¡ª con que pueda topar. Podr¨ªa ser invocado el art¨ªculo 53c del Estatuto, que establece que ¡°existen razones sustanciales para creer que, aun teniendo en cuenta la gravedad del crimen y los intereses de las v¨ªctimas, una investigaci¨®n no redundar¨ªa en inter¨¦s de la justicia¡±. El concepto ¡°inter¨¦s de la justicia¡±, nunca definido, es uno de los aspectos m¨¢s complejos del Tratado. La mayor¨ªa de los analistas y de la doctrina estima que la vaguedad del concepto choca con los muy concretos criterios jur¨ªdicos que vertebran el Estatuto y sustentan la lucha contra la impunidad y los derechos de las v¨ªctimas a la verdad y la justicia. Podr¨ªa asimismo darse el caso de que la pol¨ªtica doblegara a la justicia y forzara a la Corte a rechazar una petici¨®n de investigaci¨®n.

Acaba de suceder. El Fiscal hab¨ªa solicitado investigar al Gobierno afgano, a los talibanes y a fuerzas norteamericanas y la CIA por supuestos cr¨ªmenes de guerra, pero la Sala de Cuestiones Preliminares, ampar¨¢ndose en que tal actuaci¨®n no ir¨ªa ¡°en inter¨¦s de la justicia", ha cerrado el caso (Tribunal Penal Internacional sobre la situaci¨®n en la Rep¨²blica Isl¨¢mica de Afganist¨¢n, 12-04-2019).

Como ciudadano europeo y antiguo eurodiputado he le¨ªdo con dolor y preocupaci¨®n los argumentos, hechos, datos y pruebas, con rigor presentados, que el colectivo de juristas expone en su comunicaci¨®n de 244 p¨¢ginas al Fiscal del Tribunal Penal Internacional. Estimo que en esas p¨¢ginas no hay demagogia ni actitud antieuropea alguna. Es m¨¢s, los autores se sinceran as¨ª: ¡°Existe una dificultad psicol¨®gica en percibir a la Uni¨®n Europea ¡ªr¨¦gimen plenamente democr¨¢tico, quiz¨¢s la comunidad liberal m¨¢s desarrollada¡ª como una organizaci¨®n criminal. Argumentarlo implica consecuencias materiales y riesgos profesionales. Resulta violento utilizar esa terminolog¨ªa respecto a personas que nos representan, pero sentimos tambi¨¦n gravitar sobre nosotros un peso moral al ser ciudadanos de un espacio pol¨ªtico convertido en perpetrador de actos que habr¨ªamos deseado no volvieran a suceder en ning¨²n lugar del mundo y mucho menos en Europa¡± (p¨¢gina 214, punto 1007). El Tribunal Penal Internacional y la Uni¨®n Europea tienen la palabra.

Emilio Men¨¦ndez del Valle es embajador de Espa?a y antiguo eurodiputado.