Precario G7
La crisis del multilateralismo agrava los problemas de las grandes potencias
En Biarritz, con m¨¢s escepticismo que esperanza, vuelve a escenificarse una reuni¨®n en la cumbre del G7, ese grupo de l¨ªderes supuestamente representativos del mayor poder econ¨®mico del mundo y de la defensa de lo que hasta ahora conoc¨ªamos como el ¡°orden internacional¡±. Ser¨ªa dif¨ªcil localizar un momento m¨¢s plagado de razones para procurar el entendimiento de las grandes potencias. Pero la realidad obliga a relativizar esas aspiraciones. Ni esos siete ¡ªEstados Unidos, Alemania, Jap¨®n, Reino Unido, Francia, Canad¨¢, Italia¡ª son todos los m¨¢s importantes en la escena global, ni est¨¢n algunos de los que, adem¨¢s de su dimensi¨®n econ¨®mica y geopol¨ªtica, son los que hoy ocupan el centro de atenci¨®n, en una precaria estabilidad mundial.
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Si la referencia de evaluaci¨®n fuera el resultado de las dos anteriores reuniones a las que ya ha asistido Donald Trump, las esperanzas tampoco ser¨ªan mayores. A los problemas que ocuparon la agenda de la cumbre en Canad¨¢ ¡ªcambio clim¨¢tico, guerra comercial y tecnol¨®gica¡ª habr¨ªa que a?adir las insinuaciones de una guerra de divisas, las renovadas tensiones con Ir¨¢n, las mayores probabilidades de un Brexit sin acuerdo, la crisis abierta en Italia y, en modo alguno ajeno a esas circunstancias, las amenazas de recesi¨®n en algunas de las econom¨ªas cuyos responsables estar¨¢n presentes en Biarritz.
De esos l¨ªderes, dos de ellos, el presidente de EE UU y el nuevo primer ministro brit¨¢nico, no son precisamente muy amigos del entendimiento multilateral. Sin embargo, sus econom¨ªas son vulnerables a la continuidad del desencuentro al que ambos contribuyen. La brit¨¢nica se encuentra al borde del colapso si Johnson no modifica su negociaci¨®n con la UE. La econom¨ªa estadounidense acusa ya las tensiones comerciales creadas por el presidente estadounidense que en mayor medida ha contribuido a que ese concepto de orden internacional que legitim¨® la creaci¨®n del G7 est¨¦ hoy absolutamente desacreditado.
Por mucho esmero que Emmanuel Macron haya puesto en la organizaci¨®n de esa cumbre, por flexible que se muestre prescindiendo incluso de la elaboraci¨®n del habitual comunicado final, para evitar mayores roces, es dif¨ªcil que pueda emerger alg¨²n acuerdo m¨ªnimamente relevante para evitar mayores amenazas sobre la prosperidad global. Con todo, el presidente franc¨¦s hace bien en mantener la apuesta de la Uni¨®n Europea por la negociaci¨®n multilateral de cada uno de esos temas en el seno de instituciones internacionales, como la Organizaci¨®n Mundial de Comercio, donde est¨¢n presentes los otros protagonistas en los conflictos actuales, como China y Rusia.
Para Espa?a la estabilidad global no es un asunto menor. El presidente del Gobierno en funciones, Pedro S¨¢nchez, ha entendido mejor que su predecesor la necesidad de hacerse notar m¨¢s en la escena internacional, y estar¨¢ el domingo en Biarritz. Sus movimientos en el seno de la UE, en la crisis migratoria o en la ocupaci¨®n de los cargos de responsabilidad en las instituciones comunitarias, han destacado frente al mutismo europeo de los Gobiernos de Rajoy. Es esencial que se asuma que el bienestar de cualquier econom¨ªa nacional, desde luego la de una tan abierta como la espa?ola, precisa de un entorno internacional suficientemente propicio. No solo facilitando log¨ªsticamente la celebraci¨®n de esa cumbre, sino participando en los debates en defensa de negociaciones multilaterales.
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