Frenar el proteccionismo
El nacionalismo econ¨®mico vuelve hoy con fuerza: las dos principales econom¨ªas han recrudecido su guerra comercial

Cuando hace m¨¢s ya de una d¨¦cada la crisis financiera asol¨® las principales econom¨ªas del mundo, una de las primeras preocupaciones era que cometi¨¦ramos los mismos errores que en los a?os treinta del siglo pasado. Entonces, tentados por el impulso de defender a sus productores, los Gobiernos adoptaron medidas proteccionistas que provocaron un deterioro a¨²n mayor de la econom¨ªa global, y que azuzaron los conflictos nacionalistas que acabaron desembocando en la Segunda Guerra Mundial.
En un primer momento, el temor a que la Gran Recesi¨®n provocara una vuelta del proteccionismo pareci¨® exagerado. Los Gobiernos se mostraron razonablemente predispuestos a cooperar y a invertir en el mantenimiento de un orden global abierto. Economistas, historiadores y polit¨®logos construyeron hip¨®tesis para explicar por qu¨¦ la tentaci¨®n proteccionista era m¨¢s d¨¦bil en el siglo XXI que en el periodo de entreguerras. Primero, los l¨ªderes de hoy habr¨ªan aprendido las lecciones de la historia. Segundo, tras d¨¦cadas de exitosa integraci¨®n econ¨®mica, las medidas aislacionistas no son tan electoralmente atractivas como en el pasado: ?c¨®mo convencer a los exportadores del cierre de sus mercados, o a los consumidores de precios m¨¢s caros? Tercero, la existencia de cadenas de producci¨®n global hace que no sea evidente que un freno a las importaciones logre estimular la producci¨®n local. Cuarto, a diferencia de los a?os treinta, hoy disponemos de estructuras de gobernanza multilateral dise?adas para dificultar la adopci¨®n de medidas proteccionistas. Por ¨²ltimo, las sociedades contempor¨¢neas disponen de Estados del bienestar m¨¢s o menos generosos, que amortiguan las consecuencias sociales de las crisis econ¨®micas, y que indirectamente logran contener la demanda pol¨ªtica por opciones rupturistas con el orden liberal.
Sin embargo, el nacionalismo econ¨®mico vuelve hoy con fuerza. En este mes, las dos principales econom¨ªas han recrudecido su guerra comercial, de tal manera que el arancel medio que afrontar¨¢n los bienes chinos que entran en Estados Unidos, y el de los estadounidenses que entran en China, ser¨¢ nada menos que del 25% (hace dos a?os eran del 3% y del 8%, respectivamente). Las repercusiones pol¨ªticas y econ¨®micas de esta escalada son impredecibles.
?Igual deber¨ªamos pensar en c¨®mo reactivar los frenos al proteccionismo?
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