Listeria

Cuando me desped¨ª de ustedes, antes de las vacaciones, no sab¨ªa lo que era la listeriosis. Despu¨¦s, sin haber probado la carne mechada, me han alcanzado los efectos de esa bacteria asesina. La listeria ha convertido mi rabia en desolaci¨®n, mi indignaci¨®n en desesperanza. El consejero de Sanidad de Andaluc¨ªa no s¨®lo se ha permitido el lujo de acusar a la oposici¨®n de alarmismo. Tambi¨¦n ha presumido de su gesti¨®n de una crisis que ya ha provocado tres muertes y la p¨¦rdida de los beb¨¦s que esperaban cinco mujeres embarazadas. Ciudadanos y PP le han respaldado con la misma energ¨ªa con la que aprueban, supongo, que D¨ªaz Ayuso le haya dado un cargo a quien fue director de Seguridad del Madrid Arena. Mientras Arrimadas y ?lvarez de Toledo se pasan de vueltas al interpretar el papel de fieras parlamentarias, Casado y Rivera, muy discretos ¡ªresulta llamativa la divisi¨®n sexual del trabajo en la derecha¡ª, ilusionan a sus votantes con la promesa de una futura alianza. Y yo me pregunto, ?de verdad hace falta que nos sigan escupiendo en la cara? Y pregunto a los dirigentes del PSOE y de UP, ?de verdad nos vais a dejar en manos de esta gente? La repetici¨®n de elecciones es un error insostenible, que s¨®lo agravar¨¢ el profundo disgusto de los votantes de ayer, m¨¢s que probables abstencionistas de ma?ana, que ven c¨®mo la derecha pacta y pacta sin pudor mientras la izquierda es incapaz de llegar a un acuerdo. De la valent¨ªa a la temeridad hay un paso. De la temeridad al fracaso, ni eso, pero lo que nos jugamos es otra cosa. La listeria mata, la Junta escurre el bulto, Madrid avala la gesti¨®n de Sevilla, Rivera sigue hablando de regeneraci¨®n, y pelillos a la mar. Si fuera un guion de cine, la pel¨ªcula ser¨ªa de terror. No pod¨¦is obligarnos a vivirla.