Omar Ayuso da una clase magistral de transgresi¨®n en la alfombra roja de ¡®?lite¡¯
El actor de la serie de Netflix eligi¨® un esmoquin sin camisa que, de manera consciente o inconsciente, es toda una lecci¨®n de historia de la moda
Nadie dudaba de que Omar Ayuso (Madrid, 1998) ser¨ªa uno de los protagonistas indiscutibles del estreno de la segunda temporada de ?lite, celebrado la semana pasada en la madrile?a plaza de Callao. El actor no solo interpreta un personaje con una fuerte carga subversiva sino que, desde que salt¨® a la fama, parece disfrutar experimentando con su imagen y con su visibilidad p¨²blica. Lo que tal vez no esperaban los asistentes ni la prensa era que Ayuso luciera uno de los looks m¨¢s transgresores que jam¨¢s ha lucido un actor espa?ol sobre la alfombra roja. Y lo hizo, parad¨®jicamente, acudiendo a la madre de todas las prendas aburridas: el esmoquin.
En teor¨ªa, el esmoquin es la m¨¢s conservadora de las decisiones indumentarias que puede tomar un hombre en un evento vespertino. Este traje oscuro, habitualmente negro, con solapas de raso y precisi¨®n milim¨¦trica, es la elecci¨®n que marca la etiqueta para todo acontecimiento social de altura que transcurra al atardecer o por la noche. Sin embargo, lo normal suele ser vestirlo con camisa blanca, pechera y pajarita, y no con el torso desnudo, como decidi¨® hacer Ayuso.
El esmoquin, firmado por la casa francesa Balmain, resume los motivos que han llevado a la fama a su director creativo desde 2011, Olivier Rousteing. Corte afilado, esp¨ªritu nocturno y lujo visible. Posiblemente haya sido decisi¨®n de Ayuso o de sus estilistas prescindir de camisa y llevar la chaqueta directamente sobre la piel. Eso s¨ª, sin renunciar al faj¨ªn protocolario, que aporta un cierto aspecto andr¨®gino y modela la silueta en un gesto que recuerda al de los bailarines de voguing de los a?os ochenta (y, tal y como comentamos en su momento, al homenaje que les ha dedicado Sam Smith en su video m¨¢s reciente).
?Hay una referencia a las subculturas queer en esta decisi¨®n de Ayuso? Es una posibilidad, aunque tampoco hay que descartar un gui?o a la dimensi¨®n er¨®tica del esmoquin, h¨¢bilmente empleada por dise?adores de moda femenina. En los ¨²ltimos tiempos Kim Kardashian, Gwyneth Paltrow, Lady Gaga, Cara Delevingne o Rihanna han llevado vertiginosos esm¨®quines sin camisa como un modo de jugar con los c¨®digos del g¨¦nero.
El origen de este gesto, por supuesto, hay que buscarlo en Yves Saint Laurent, que en los a?os sesenta inaugur¨®, con su esmoquin de alta costura, un modo distinto de reafirmar el potencial femenino y sexi de una prenda considerada protocolaria y aburrida. As¨ª que no es descabellado pensar que lo que Omar Ayuso luci¨® en el estreno madrile?o de la segunda temporada de ?lite es una paradoja muy ilustrativa acerca de la capacidad de la moda para llevarse la contraria a s¨ª misma y jugar con sus contradicciones. Un gesto subversivo de ida y vuelta que, para rizar el rizo, es dinamita para las redes sociales.
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